OCTUBRE 2004
7. Ricos-Pobres
Pepe Mejía.
Responsable de Prensa y Comunicación de ATTAC, exportavoz
estatal de la Plataforma 0,7 y de la RCADE.
La globalización neoliberal es el actual sistema que garantiza el
control de las materias primas a favor de las empresas multinacionales,
y la base es la concentración creciente de empresas en sectores claves,
como el energético. El petróleo, una materia prima básica en muchos
países del Sur, se encuentra en poder de multinacionales europeas,
estadounidenses y japonesas.
Por otro lado, la globalización neoliberal impone unos valores
insolidarios, individuales y egoístas, basados en la competencia. Y los
medios de comunicación juegan también en ese sentido. Con su
participación, el sistema tiene garantizada su expansión. Así penetra en
países del Sur, envolviendo a todos y todas en el consumo, la base del
sistema. Se vende el espejo del Norte para emigrar y convertirse en mano
de obra barata, necesaria para que el mercado funcione. Un número
determinado de parados/as tienen que estar dispuestos para que el
mercado funcione, porque la globalización neoliberal tiene en el paro un
aliado fiel y persigue la privatización de todos los servicios públicos.
Así mismo, esta globalización neoliberal es un arma para seguir
sometiendo a los países del Sur. El sistema trae una creciente
dependencia de los países del Norte y de sus empresas multinacionales.
Para que éstas inviertan en el Sur, imponen garantías para introducir un
sistema de esclavitud y explotación a sus trabajadores. Así se implantan
con la seguridad de poder expatriar sus ganancias, porque éstas no se
quedan en los países donde se trabaja la materia prima sino que emigran
al Norte. Detrás queda un país roto, una zona contaminada, una región
que se ha volcado en el consumismo y que ahora no tiene nada.
"La globalización
neoliberal es un arma para seguir sometiendo a los países del Sur"
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En definitiva, asistimos a un modelo depredador con nuestro ecosistema,
que si hace falta recurre a la represión, a la intimidación, a la
criminalización de los que levantan su voz para denunciar esta
situación. En los países del Sur, las propias empresas multinacionales
ejercen ese papel como es el caso de Coca-Cola. En otros casos han
colaborado con dictaduras, facilitando la detención de sindicalistas o
simplemente facilitando el exterminio. El mismo sistema se aplica hoy en
países del Sur. En África, concretamente en Guinea, hemos visto
recientemente que los servicios de inteligencia de una potencia como
Inglaterra -de la mano del hijo de Margaret Thatcher-, estaban
preparando un golpe de Estado para introducir una variante en la
extracción y los beneficios del petróleo. Esta vez se ha sabido porque
otras potencias como Estados Unidos y Francia también medran en torno al
petróleo guineano.
La fuerza es el recurso que garantiza al sistema la extracción de
materias primas, el sometimiento y el control de esas riquezas para
asegurar el bienestar de unos cuantos. Una globalización alternativa
tiene que tener como eje fundamental el luchar contra esas
desigualdades. Una globalización de la justicia y la equidad. Que
destierre el consumo fácil y el afán de lucro. ∆ |