EDITORIAL

Leo una noticia en la que nos dicen que los empresarios asturianos son los sextos más optimistas de España en cuanto a expectativas para el presente año. A esa conclusión llegaron las Cámaras de Comercio en un informe elaborado tras una macro encuesta a empresarios europeos.
Y digo yo que el optimismo siempre es bueno, sobre todo si está basado en realidades y no en ilusiones o conjeturas hipotéticas.
Lo que ocurre es que dicho optimismo empresarial parece que choca un poco con otras realidades que casi a diario leemos o escuchamos en los medios de comunicación astures. Y también con la realidad del empleo y con el lugar que ocupa Asturias en el ranking de crecimiento económico de España.
Al final no sabe uno a qué atenerse. ¿Vamos bien...? ¿Vamos mal...? ¿No vamos...?
Tal vez esa eterna incógnita, que además depende de múltiples variantes, sea el juego que el mundo de la economía se trae entre manos para así manejar las riendas de una región, de un país o del planeta entero.
Al final todo queda reducido a la realidad del estado económico de cada uno, de cada familia, que es la auténtica base sobre la que se debería construir todo lo demás.
De cualquier forma, si los empresarios asturianos son de los más optimistas, pues nos alegramos todos. Que así sea. ∆