OTRAS DIMENSIONES: Apertura
Mental
Un mundo diferente sólo
es posible en un entorno diferente. Y si nos fijamos, el ser humano vive
en una cárcel, que es el planeta, limitado por arriba y por abajo. Nos
cuesta un riñón salir al espacio y todavía no sabemos lo que hay en las
grandes simas marinas y no digamos en el interior de la tierra. Además,
nos tratan de convencer de que estamos solos en ese vasto universo, en
ese maravilloso cielo plagado de estrellas, de planetas, de mundos
rebosantes de vida.
En realidad, no tenemos entorno, sólo el que nos fabricamos cada uno
para poder sobrevivir a una sociedad cada vez más caníbal, o sea, que se
devora a sí misma.
Pensar siempre fue un riesgo. Soñar es cosa de chiflados. Ser idealista
no vende.
Es decir, todo aquello que nos puede ayudar a superar las barreras de
esta cárcel físico-mental que se llama planeta-sociedad, está
considerado como negativo, mal visto, en retroceso.
Pero, todo hay que decirlo, a pesar de los infinitos y sempiternos
intentos de destruir esa parte del ser humano que le conecta con el
infinito, los soñadores siguen naciendo, los idealistas no se extinguen,
los librepensadores se multiplican para desdicha de los carceleros de la
mente. Y eso, precisamente eso, es la prueba más evidente de que existen
otras dimensiones, niveles mentales, lugares donde la vida es otra cosa,
donde la energía se manifiesta de otra forma, donde una idea es un ser
vivo, inmortal, y donde un sueño es un hijo del gran Sueño, eterno e
inmutable.
Nunca existirá un mundo diferente en este entorno, al igual que no puede
existir libertad en una cárcel.
Pero sí es posible destruir o transformar la cárcel desde dentro, a base
de soñar, de imaginar, de creer que existe otra cosa, de luchar día a
día, minuto a minuto, por la realización de ese sueño, porque si el ser
humano, el hombre, es una idea ilimitada, no puede realizarse en un
medio limitado.
Lo que ocurre es que las fronteras de este mundo las colocaron aquellos
que odian la libertad, aquellos que no saben soñar, que no pueden
imaginar la belleza ni la fraternidad humana.
Pero son fronteras de cemento y de alambre, no son barreras para la
mente, para volar con la imaginación, para el amor, para la vida.
Se
necesita apertura mental para comprender lo aparentemente
incomprensible, para renovarse, para vencer la pesada losa del
tiempo, para moverse libremente por el espacio. |
El hombre debe romper las
barreras de las dimensiones conocidas y moverse con su mente por la
infinitud de la creación, porque aún no ha salido del sótano, y si se ha
asomado lo ha hecho con gafas oscuras, tan oscuras que sólo vio lo que
creía que iba a ver.
Se necesita apertura mental para comprender lo aparentemente
incomprensible, para renovarse, para vencer la pesada losa del tiempo,
para moverse libremente por el espacio.
Podemos ser lo que soñemos ser. Somos libres y creadores, dueños de
nuestra existencia. Sólo tenemos que no aceptar las condiciones, decir
no a la limitación, no dejar que piensen por nosotros, que escojan o
programen nuestros sueños, que dicten nuestras costumbres o nuestros
gustos.
Existen otras dimensiones y en ellas otras vidas, vidas que esperan por
nosotros, vidas que nos transportarán a mundos increíbles, a estados de
los que sólo la fantasía hizo algún reflejo.
Soñar y volar. Volar y aprender. Aprender y crear. Crear y vivir.
Esa es la cadena, ese es el camino.
Pero, es sólo para valientes. Con miedo no se puede viajar. ∆