EDITORIAL
Como dice el escritor Suso de Toro, "Galicia no existe. Existen personas, lugares, memorias, palabras. Con todo eso armamos argumentos que llamamos "mi tierra", "mi país". Cada uno nacemos con un humus de memoria y lenguaje. A mí me tocó este lugar extraño, contradictorio y difícil de definir al que hemos convenido en llamar Galicia". Cierto es que año tras año comprobamos que tales palabras son el resumen de una realidad con la que convivimos de manera cotidiana. Personas y personalidades. Paisajes, sabores, colores y olores. Palabras. Todo cuanto tenemos es todo cuanto forma Galicia y también nos forma a nosotros como personas. Es difícil definir a este pueblo sin recurrir a los tópicos bajo los que es habitual dibujar el carácter del gallego. Pero tal vez podamos asomarnos un poco al futuro de esta tierra a través de la gente con la que hemos compartido parte de nuestro viaje. Personas a las que les ha gustado nuestra idea y han querido colaborar con su esfuerzo para que estas páginas sean una realidad. Hombres y mujeres de la tierra y el mar de los que hemos aprendido una lección de dignidad. Personas que a través de la música, las letras o el deporte no se han querido conformar y apuestan por la aventura de descubrir cuánto queda todavía por hacer. Nos hemos encontrado gente que comparte su vida con otros que no tienen con quien compartirla. A todos ellos gracias porque nos han permitido conocer y vivir otras realidades, muchas veces ajenas. Con ellos renovamos también nuestras ganas de seguir adelante. Lo dicho. Gracias a todos. ∆