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SUPLEMENTO GALICIA DICIEMBRE 2004

Suso de Toro
Foto: Tino Viz / Arquivo Xerais

 

Suso de Toro

  Escritor

Su literatura, su lenguaje claro y directo, puede o no gustar, pero lo que está claro es que los lectores, que son los que al final colocan a cada cual donde se merece, le han abierto la puerta de sus bibliotecas personales y la han otorgado un lugar de privilegio en sus estanterías. Trece Badaladas -con la que ha conseguido el Premio Nacional de Narrativa-, Morgún, Nunca máis Galiza á intemperie, Españois todos y Ten que doer -todos ellos editados por Xerais- son las últimas creaciones de este escritor gallego.


Espacio de libertad

Las letras le asaltaron en su juventud. Los sueños se mezclaron con las palabras y ambos formaron un espacio propio, en el que la imaginación campó a sus anchas. "Estos males vienen de la infancia, o no vienen. Tiene relación con las cosas que se te dan bien, con tu propia naturaleza soñadora, con tus tendencias autistas. A mí se me fue ocurriendo entre los doce y los dieciséis. Aunque luego lo dejé y volví a ello a los veintisiete". Dice, orgulloso, que siempre ha escrito lo que ha querido. Su libertad es su vida y cuando la abandone, estará muerto.

-¿Qué ha aportado Galicia a Suso de Toro?
-Realmente no existe "Galicia", existen personas, lugares, memorias, palabras. Con todo eso armamos argumentos que llamamos "mi tierra", "mi país". Cada uno nacemos en un humus de memoria y lenguaje. A mí me tocó este lugar extraño, contradictorio y difícil de definir al que hemos convenido en llamar Galicia. A estas alturas creo que es una parte importante de mi destino.

-¿Y Suso de Toro a Galicia?
-Galicia aún no tiene perspectiva para saberlo, y yo no estoy muy seguro por lo de ahora. Quizá una aventura personal. Los países se construyen con muchas aventuras personales.

"Para mí un buen gobernante es alguien con ideología y principios éticos que intenta luego hacer política práctica. Con imaginación y ambición, no sólo un gestor, pero sin despegarse de la realidad"

-¿Qué has aprendido con la última novela que has escrito?
-Siempre aprendo a ser más atrevido, más libre. Aprendo a atreverme.

-Con todo lo que nos rodea actualmente, ¿hace falta recurrir a la imaginación para escribir buenas novelas?
-Siempre. Una cosa es la Historia y otra la literatura. La literatura es una cosa que ocurre en la imaginación, que es un lugar que todos tenemos dentro, quien escribe y quien lee. Y sin imaginación no somos casi nada.

-¿Te has sentido lo suficientemente libre como para escribir lo que has querido?
-Es de las pocas cosas de las que puedo chulearme, de haberme atrevido a ser libre. Por ahora. Ya veremos en adelante. Pero si dejo de serlo estaré muerto.

-¿En qué espejo tendría que reflejarse Galicia para despegar definitivamente?
-En la Galicia que fue, "Galiza". La nación republicana a la que le fusilaron los alcaldes de sus siete ciudades, el país creativo y fértil que exportó dos millones de hijos en cien años y a pesar de ello tuvo energía para crear su nacionalidad, ser reconocida por la Sociedad de Naciones, conseguir su estatuto de autonomía en el 36.En fin, tuvo fuerza para existir libremente. Antes de la amputación que fue la represión fascista y la sangría de la emigración de los años 50.

-Gallegos, vascos, catalanes, españoles, europeos. ¿Dónde queda la conciencia de ciudadano universal?
-Todos esos y muchos más son los ciudadanos universales. No son marcianos llegados de Marte, las personas casi todas venimos de algún lugar y desarrollamos sentimientos no solo hacia otras personas sino también a lugares, casas, montes, caminos. Los humanos tenemos ese defecto, la memoria. Y eso hace que llevemos dentro algún lugar querido, y a las personas que habitan ese lugar, y los nombres de las cosas.

-¿No debería ser el mestizaje de culturas e ideologías un valor al alza?
-Yo me cago en el mestizaje siempre que puedo. Los mestizos históricamente nacieron de la violación, cuando el amo montaba a las esclavas negras, indias. Creo en las relaciones humanas en pie de igualdad, en los intercambios en las dos direcciones, no solo que los mismos tengan siempre que aprender lo de los amos. No tengo problema en hablar inglés, castellano, lo que sea, pero me gustaría que alguna vez algún español castellano se molestase en aprender gallego o portugués. De eso no muere nadie.

-"Nunca máis", "No a la guerra", ¿qué se puede y qué se debe esperar del poder del ciudadano?
-Depende de la ciudadanía. Para mí la democracia no son las leyes ni las elecciones, la democracia es la ciudadanía. Sin eso leyes y elecciones son una farsa vacía y autoritaria.

"La literatura es una cosa que ocurre en la imaginación, que es un lugar que todos tenemos dentro, quien escribe y quien lee. Y sin imaginación no somos casi nada"

-Has declarado "Yo quiero gobernantes como Suárez y Calvo Sotelo, que no pretendían hacer historia". ¿Cuál debe ser el perfil de un buen gobernante? Aznar y su mandato, ¿cómo pasarán a la historia?
-Entiéndaseme bien, no soy de derechas. Soy una persona íntimamente conservadora, como todo escritor, pero supongo que políticamente debo ser eso que llaman "izquierda". Cuando decía eso me refería a que Aznar en su segunda legislatura lo que hizo fue pura ideología alejada de la realidad de la ciudadanía, y contra la gente. Los anteriores presidentes, Suárez, González, aunque arrancaban de la ideología hacían política, no vivieron en un mundo autista y paranoico como Aznar.
Para mí un buen gobernante es alguien con ideología y principios éticos que intenta luego hacer política práctica. Con imaginación y ambición, no sólo un gestor, pero sin despegarse de la realidad.

-"Es necesario que haya derecha, pero con una nueva cultura democrática" ¿Cómo debe ser esa cultura?
-Renunciar a la herencia que tiene el PP: la cultura política nacida de la guerra civil y el franquismo. Haciendo una crítica a la rebelión militar y al franquismo, y desde ahí ya se puede hablar de cultura democrática. Sin eso, no.

-Se empieza a hablar de valores y palabras casi olvidadas como: diálogo, compromiso, honestidad. ¿Un nuevo talante?
-Sin duda. Y si olvidamos el valor de eso volveremos a caer en manos de la gente que aviva odio y división civil. A esta derecha española lo que le gusta es que haya desgracias y las cosas vayan mal, que gane Bush, que haya ETA. En fin, trabajan, objetivamente, contra la sociedad. Ojalá nazca pronto una derecha democrática, que ya está bien de aguantar esta política de malas personas.
/ Texto: Marta Malde

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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