Un país de leyenda
La poesía del paisaje berciano
dibuja canciones en el corazón de todos los que se dejan seducir
por sus acogedores bosques y escarpadas sierras. Porque ésta es
una tierra donde los árboles frutales cantan cada vez que se
recoge su abundante fruto, ya sean uvas, cerezas, castañas,
manzanas o peras.
La música del agua de sus cascadas y ríos dibuja un sendero
serpenteante que murmura suavemente a la vez que riega las
fértiles huertas. Y en el camino no faltan las palabras de sus
gentes, que se caracterizan por la hospitalidad y el corazón
abierto. No en vano los bercianos son buenos conversadores,
muchos incluso reconocidos escritores. En nuestro paseo veremos
cómo el sonido del pasado regresa una y otra vez a través de sus
monumentos pétreos -castros, castillos, casonas, iglesias y
monasterios-, sus antiguas minas de oro y sus casas
tradicionales.
Por último, como un susurro, la voz de la mina que ya se apaga,
da el relevo a un nuevo turismo en consonancia con la
naturaleza. Entre todos escriben las líneas de una leyenda que
se perpetúa en el imaginario colectivo: el paraíso perdido.
Podría ser El Bierzo.
Textos: Mar Castaño. Foto: Nan
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