EDITORIAL

El primer toque de atención ha sonado ya. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte y el gerente de CADASA-Consorcio de Aguas- advierten de que Asturias no tiene garantizado el abastecimiento de agua como todo el mundo cree.
En efecto, los asturianos miramos hacia el resto de España y nos sentimos aliviados por creernos inmunes a la tremenda sequía que año a año avanza sobre la península. Pero nada más lejos de la realidad.
Es el momento de ser muy realistas, de tomar medidas preventivas, de no creer que la gallina de los huevos de oro durará eternamente.
El cambio climático nos tocará sufrirlo a todos, unos más otros menos, pero dudo que nadie se libre.
Lo que sí podemos hacer es retrasar sus efectos negativos. ¿Cómo? pues cuidando el agua.
Hace falta educación ciudadana en el tema, mentalización, y también medidas tales como el control de las pérdidas, que suponen un 20% de agua canalizada. Y eso es mucha agua.
El agua será más apreciada que el oro en un futuro cercano. Si los responsables son previsores y los ciudadanos tomamos conciencia de nuestra parte de responsabilidad, Asturias puede seguir siendo, al menos de momento, el paraíso del agua.
El aviso ya ha sido dado, ¿seremos capaces de tomar medidas o nos limitaremos a quejarnos cuando ya no exista solución?
Tiempo al tiempo. ∆