La nueva Asturias

-Todo el proyecto se encamina hacia la Asturias del 2021.
-Es para cuando yo esté jubilado. Tendré justo sesenta y cinco años, y yo esperaba concretamente que para esa fecha Asturias saliese de las cuarenta crisis negativas en las que lleva inmersa… ¿cuántos años?

-¿Podrías explicarnos en unas pinceladas el contenido del libro?
-Muy fácil. "Repensando Asturias" es un proyecto de integración entre economía y arte. Yo siempre digo que el conservacionismo puro, in vitro, es un planteamiento falso habida cuenta de que tanto el elemento físico, natural, como el elemento histórico, no son dos ingredientes estáticos, sino dinámicos. El lema "Asturias, Paraíso Natural" me parece a mí que se ha agotado. Ese modelo, que es el mismo que tiene toda esa franja atlántica, simplemente se basa en la gastronomía. Es un modelo contemplativo, como yo digo, que no tiene porvenir; necesita emprendedores. Por eso junto al elemento natural, que hay que conservar, hay que incluir un elemento dinamizador, que son los emprendedores; ése es el factor económico. Esa lección la han aprendido los vascos - ahí está el Guggenheim-, la han aprendido los gallegos creando ese gran centro de Santiago, o la propia Cantabria con la neocueva. En España el modelo es la Comunidad Valenciana, que es la que más ha apostado por la integración de esos factores. El resultado es un modelo dinámico, en el que no existen ya diferencias entre el elemento natural y el elemento historicista o cultural, porque forman parte del mismo contexto. Esos factores son los que van a permitir que surjan justamente emprendedores. Si limitamos ese espacio a una actitud pasiva, lo lógico es que generemos un tipo de economía y un tipo de porvenir pasivo. Urge avanzar más en sentido contrario.

-¿Nos estábamos estancando en un modelo caducado?
-Tras el modelo de Jovellanos que duró doscientos años, no hubo un modelo alternativo, que generase ilusión; un modelo de plusvalías limpias, inteligente, en el que participásemos todos y que permitiese ganar el futuro. Yo entiendo que hay que conocer el pasado, comprender el presente pero construir el futuro. Ese es mi planteamiento, ésas son mis máximas.
Creaciones es un proyecto de arquitectura, de economía, medio, arte. Es un proyecto ilustrado, para una sociedad nueva, es decir para la sociedad del siglo XXI. Europa se está convirtiendo casi en un parque temático desde el punto de vista cultural; Asia, campo financiero; Africa, la reserva del futuro; y América del norte en este momento como el motor industrial o motor tecnológico. Es un reparto de papeles.

-Hay proyectos bastante complejos, como el de Navia, que necesitan un profundo estudio previo que muestre que es viable.
-Sí, sí, evidentemente, no solamente desde el punto de vista tecnológico, sino desde el punto de vista turístico, económico; desde el punto de vista presupuestario, financiación pública o privada...

-¿Y cuántos años llevas detrás de esto?
-El libro se empezó a gestar en 1995 y ya en el año 99 estaba muy avanzado. La verdad es que estuvo detenido por un problema financiero editorial. Al final tuvo que ser financiado íntegramente por la Fundación, no tuvo apoyo de ningún sector. Pero yo soy de las personas que creen que sólo lo que se piensa se hace, y he llevado mi máxima a su realidad. Tenía que traducirse en algo tangible. Después justamente lo importante es lo intangible, lo que no se ve, pero eso ya queda para aquel que quiera ver lo que hay detrás. Es tan importante lo que se omite como lo que se pone.

-Siempre hay que ir por delante de lo conocido.
-Evidentemente. Las cosas que diseñaba Leonardo se llevaron a cabo, las cosas que pensaba Julio Verne también, lo cual significa que lo que se piensa se termina haciendo.