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SUPLEMENTO ASTURIAS   -  AGOSTO 2005

JORGE MARQUINEZ


JORGE MARQUINEZ

Presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte

 El agua vital


La gestión de los recursos naturales desde la perspectiva pública siempre fue la preocupación de Jorge Marquínez. Este geólogo de profesión ha velado por nuestro patrimonio natural, primero desde el Instituto de Urbanismo y Ordenación del Territorio (INDUROT), y hoy desde la presidencia de la Confederación Hidrógráfica del Norte.

Texto y foto: Lupercio González

Antes que otra cosa, Jorge Marquínez es un profundo enamorado de su tierra. Sabedor de que el agua es un elemento vital cada día más escaso, defiende una política que aborde soluciones en previsión de un futuro próximo en el que el problema de la escasez de agua cobrará gran relevancia. "El agua es un elemento básico de la vida -señala Jorge Marquínez. Poco a poco estamos siendo conscientes de que realmente es un recurso escaso. Eso está dándole a la política del agua un peso que no tenía".

-Se suele decir que Asturias es una región rica en recursos hídricos. ¿En qué medida esto es cierto?
-Es cierto, pero con muchos matices. Aquí llueve mucho más que la media española y eso significa que la cantidad de agua que recibe la región es muy grande, pero tenemos un relieve muy fuerte, cauces que son muy pendientes. Digamos que el agua permanece muy poco tiempo en Asturias. Estamos ante un ciclo hidrológico muy rápido, diferente por ejemplo al de la Meseta del Duero. Allí llueve menos, pero una gran parte de esa agua que llueve queda almacenada en profundísimos acuíferos. Estos acuíferos tienen un ciclo lento. Son muy fértiles en cuanto a capacidad para almacenar el agua, que luego se libera lentamente. Nosotros, debido a que el agua circula con mucha rapidez, tenemos problemas para la utilización del recurso. No tenemos grandes acuíferos que almacenen agua y la liberen lentamente a los cauces. En Asturias, por ejemplo, podríamos tener una situación de sequía si no lloviera durante tres meses, cosa impensable para las cuencas mediterráneas.

-En verano es curioso ver zonas en nuestra región padeciendo sequía, o restricciones de agua.
-En efecto. La regulación natural es baja porque los manantiales tienen un régimen también muy rápido, funcionan con mucho caudal en la época de lluvia y cuando cesa la lluvia el caudal se reduce con una rapidez muy superior a la media española. Y hay más cosas, tenemos una población muy dispersa también alimentada desde sistemas muy vulnerables, pequeños manantiales. Cuando no llueve durante un período de tiempo largo suele haber restricciones con facilidad. Desde ese punto de vista somos una región vulnerable.

-Y a ello hay que añadir los efectos del cambio climático.
-Sabemos que el cambio climático se está produciendo a escala global. No es un modelo científico, sino algo constatado. Lo que es más difícil es hacer modelos predictivos: ¿qué va a pasar?, ¿cómo nos va a afectar? En las predicciones es donde hay un poco más de literatura y menos seguridad. Hay modelos que apuntan a que los recursos se incrementarán en el norte de Europa y se reducirán drásticamente en la zona mediterránea. Pero ¿qué pasará en Asturias? Nosotros estamos en una zona de transición y es difícil hacer una predicción adecuada. Se apunta a que va a haber menos agua y que se van a incrementar los eventos extremos; esas predicciones, aunque son muy preocupantes y negativas, no ofrecen una garantía absoluta.

"El esfuerzo de depuración ha dado ciertos resultados, especialmente en los ríos de las cuencas, pero tenemos mucho camino todavía que recorrer"

-Asturias, a pesar de ser una región privilegiada por sus acuíferos, en los años sesenta presentaba una situación dramática en cuanto a suministro de agua a la población e industrias de la región, y también en cuanto al estado de los ríos en la Zona Central. ¿Cómo ha cambiado esta situación a día de hoy?
-Hay dos cosas: una es el agua como recurso y otra son los ecosistemas acuáticos. El esfuerzo de depuración ha dado ciertos resultados, especialmente en los ríos de las cuencas. La calidad ha mejorado, pero tenemos mucho camino todavía que recorrer. La garantía de suministro de agua también ha mejorado, aunque no demasiado. No tenemos más infraestructura. Como sabemos, nuestros ríos son muy rápidos y estamos abasteciéndonos de aguas fluyentes, por lo que muchas veces Asturias tiene escasa cantidad de suministro y eso es algo preocupante.
En cuanto a los ecosistemas acuáticos, a los fluviales les hemos dado un varapalo impresionante al edificar polígonos industriales y ciudades enteras en la zona inundable de nuestros cauces. Esto lo considero muy preocupante, porque esa ocupación es bastante irreversible y tiene un coste ambiental enorme que no hemos sabido valorar. Dada la naturaleza de nuestro sistema fluvial, es una pérdida dolorosa y muy grave para una región como Asturias. En resumen, tenemos más calidad que la que teníamos antes, pero debemos mejorar. Tenemos en suma una garantía de suministro escasa y un ecosistema fluvial fuertemente afectado por la ocupación urbana e industrial.

-La zona central de Asturias se va a convertir en un gran área metropolitana y eso implicará una mayor demanda de agua. ¿Qué previsiones hay al respecto?
-En Asturias tenemos una geología muy complicada que hace que los sistemas acuíferos sean más pequeños, aislados y más difíciles de explotar. La concentración de población en la zona urbana, aún previendo que no va a haber un aumento muy grande, exige incrementar las garantías para el futuro de esta zona. Este es uno de los caballos de batalla de la gestión del agua en Asturias y una de las discusiones de peso que están puestas encima de la mesa. En España, en general, el 82 u 83% del consumo de agua es para uso agrícola, en Asturias es casi un 7% menos. En este punto cabe un ahorro tremendo. Si sólo ahorráramos un 25% del agua agrícola duplicaríamos los recursos para otros usos. Si logramos optimizar el uso del agua especialmente de ese gran 82 u 83% de consumo agrícola, la población no tendría que tener problemas de suministro, o serían sólo problemas locales. Sin embargo en Asturias el consumo industrial es el 50% y el consumo urbano es altísimo. Nosotros estamos en una situación muy diferente al resto de España. Tenemos unos cauces con unos índices de escorrentía muy rápidos, muy altos, muy poco regulados. No tenemos acuíferos importantes explotables, o están todavía poco investigados, en fin, no tenemos acuíferos mesozoicos y terciarios como los de la cuenca del Duero o de la cuenca del Ebro, o del Guadiana, que son zonas llanas, de arenas y gradas repletas de agua.

-Al parecer la presa de Caleao es una opción, pero está originando polémica por su ubicación dentro del Parque de Redes. ¿Es necesario captar agua a cualquier precio?
-No; no debemos captar agua a cualquier precio. La mayor parte de las captaciones que hacemos ahora en los ríos es agua de un enorme coste ecológico, porque nuestros cauces tienen mucha agua sobrante en invierno pero en verano están todos incluso por debajo del caudal ecológico estimado por el antiguo Plan Hidrológico. A pesar de eso, en verano muchas de nuestras poblaciones están quitándole al río los caudales ecológicos propios. Esto no pasa sólo en Asturias, es una característica general de los abastecimientos en el norte peninsular. En definitiva, no debemos extraer el agua a cualquier precio. Necesitamos un modelo de consumo y de disposición del recurso que sea sostenible, lo menos malo posible para el medioambiente. En este sentido aparece esta infraestructura de Caleao, un pequeño embalse de unos treinta o treinta y cinco hectómetros de almacenamiento. Para nosotros es una cifra importante, pero en el contexto de nuestros embalses españoles que superan muchos los quinientos hectómetros, es un pequeño embalse. Es posible que Caleao no sea la única opción que tenemos para el abastecimiento del Área Central, pero es una opción válida, una opción segura, porque permite regular una cantidad suficiente para incrementar la garantía del recurso, tiene calidad y la afección es local. ¿Hay alternativas a Caleao? Es probable que las haya. ¿Son mejores o peores? No lo sé, porque hay que estudiarlas individualmente. Lo cierto es que Caleao es una solución posible que resuelve el problema con un coste ambiental limitado. Yo no creo que Caleao sea un desastre ambiental. El Area Central necesita una garantía de recursos que hoy no tiene, para no depender del caudal ecológico de los ríos en verano, y que sea una solución medioambientalmente aceptable.

"En Asturias podríamos tener una situación de sequía si no lloviera durante tres meses, cosa impensable para las cuencas mediterráneas"

-¿No se han planteado captaciones de aguas subterráneas?
-La búsqueda de la garantía subterránea es algo que está por hacer con seriedad. Como geólogo conozco bien el tema y me cuesta trabajo hacer afirmaciones rotundas al respecto. No obstante la empresa Aguas de la Cuenca del Norte está poniendo en marcha ahora dos trabajos sobre este tema para investigar aguas subterráneas en la Zona Central que pudieran ser utilizables. El esfuerzo es muy importante y el estudio va a ser de gran intensidad, porque los acuíferos son pequeños y problemáticos para su explotación debido a que sobre ellos hay una enorme cantidad de población, industrias, usos agrarios y ganaderos. Eso los hace vulnerables a muchas cosas y tenemos que dar garantía a la población de un agua de calidad. Esto es muy serio y exige que se aborde con mucha responsabilidad.

-Saneamiento, depuración, vertidos industriales. ¿Con qué nivel contamos?
-La labor de depuración que se ha hecho en Asturias en los años 80 y 90 ha sido muy importante. Se ha mejorado la situación de los grandes núcleos urbanos, pero además, tenemos grandes polígonos industriales cuyo saneamiento hemos resuelto razonablemente y que aún puede ser mejorado. Nos queda acabar el saneamiento de la Ría de Avilés o el saneamiento de Gijón, por ejemplo. En Asturias tenemos tres aspectos que nos hacen tener una problemática grande de saneamiento. Uno, tener una actividad industrial dispersa en muchas pequeñas unidades, muy intensa y que crea peligro de vertidos, no sólo de vertidos cotidianos, sino vertidos industriales de sustancias peligrosas en distintos puntos de la región. Luego, una población muy diseminada a la que es muy difícil resolver el problema de saneamiento, a unos costes altísimos, de ejecución, de saneamiento y de mantenimiento. Y por último, somos una región de actividad ganadera que genera una contaminación dispersa orgánica que también afecta a la calidad de las agua y que aún no tenemos bien resuelta. Por todo ello, aunque hemos mejorado mucho, nos quedan muchas cosas que hacer. El Gobierno Regional, los ayuntamientos y los responsables de saneamiento en general, están desbordados por esa problemática y se requiere mucho tiempo y esfuerzo, además de un control estricto de las actividades, digamos, más peligrosas.

-¿Estamos empezando a tomar conciencia?
-Sí, creo que la sociedad está tomando conciencia del valor del recurso y la política del agua ha pasado a primera plana, de lo cual me alegro muchísimo. En España se están viviendo las primeras limitaciones de uso, afortunadamente no en nuestra región, y eso hace que en algunos puntos la discusión sobre el agua tenga una virulencia y una fuerza que aquí no hay todavía. Pero tenemos muchas asignaturas pendientes. La última directiva europea sobre la gestión del agua, obliga a que se haga transparentemente con participación de la ciudadanía en general, porque en definitiva todos somos usuarios del agua. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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