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ABRIL 2008
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La Valdivia
Un mundo fantástico de gran valor geológico se esconde en la zona de
La Valdivia, situada al noroeste de la provincia de Palencia y junto
a Aguilar de Campoo. Los pueblos son puntos de partida para conocer
paisajes tan inusuales como Las Tuerces, Covalagua o la Cueva de los
Franceses. Alrededor de estos lugares se ha creado toda una red de
senderos y nuevos accesos para facilitar las visitas a los turistas. |
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Foto: Valvanera
En el Monte Bernorio se está llevando a cabo una
investigación arqueológica en un yacimiento de la Edad
de Hierro. |
Pomar
de Valdivia
Arte
humano y natural
L os cuatro elementos se han
entretenido en modelar con sus dedos un paisaje de rocas calizas, y
su acción ha dado lugar a numerosas cuevas, rocas de extraña
apariencia e incluso un impresionante cañón excavado por el río
Pisuerga. Estas manifestaciones artísticas naturales, que llevan
aquí desde hace cientos de años, probablemente hayan sido la
inspiración para los hombres que más tarde dejaron su huella
arquitectónica en la zona. Por esa razón proponemos un paseo donde
apreciaremos diferentes obras de arte de todos los estilos. Podemos
comenzar con el Monte Bernorio, que se divisa desde varias
poblaciones de La Valdivia y guarda mucha historia entre sus
piedras. Su altitud destaca entre la llanura, por lo que varios
pueblos lo consideraron un bastión estratégico. Se sabe que estuvo
habitado en la Edad del Hierro y quizás en la de Bronce, así como
por los celtas y los romanos. Tiene una muralla visible que data del
siglo V al III a.C. Debido a su importancia, la Universidad
Complutense de Madrid está realizando actualmente una investigación
arqueológica en el yacimiento correspondiente a la Edad de Hierro
(s. IX al I a.C.). Este lugar representa para la zona la protección
que ofrece la tierra, pues fue refugio de comunidades cristianas
durante la Reconquista y se excavaron trincheras en la Guerra Civil.
Incluso en su base se encuentran cuevas naturales en las que se
establecieron ermitaños.
Bajamos de las alturas y nos encaminamos ahora a otro paisaje
natural conocido como Las Tuerces. Formado por rocas erosionadas que
tienen forma de seta entre las que destacan la bautizada como Peña
Mesa, el lugar se completa con cuevas, pasillos y arcos de piedra.
Seguimos el paseo, donde ahora el agua es la protagonista, porque ha
sido el río Pisuerga el encargado de excavar el cañón de la
Horadada, de cuatro kilómetros de longitud. En su impresionante
pared se pueden encontrar oquedades como la Cueva Tino, donde se
encontraron restos funerarios de la Edad de Bronce. Continuamos el
viaje hacia la impresionante Cueva de los Franceses, cuyo interior
calizo dibuja formas caprichosas a base de estalactitas y
estalagmitas que se llegan a unir en columnas. Muy cerca está
Covalagua, un bosque de hayas, tejos y acebos situado en el Páramo
de la Lora, que es el refugio de un manantial de agua procedente de
la Cueva de los Franceses. El agua baja en cascadas, configurando un
entorno de gran belleza.
Desde el Mirador de Valderredible o Valcabado, a una altura de 1.173
metros, tendremos una excelente visión de todo este entorno. En la
ladera del monte y como punto final nos espera la Cueva de los
Lobos, que en realidad es una sima natural hacia el interior de la
tierra.
Ahora que hemos admirado el arte natural, conozcamos las maravillas
que el hombre ha dejado en estas tierras del municipio de Pomar de
Valdivia, como la formación megalítica conocida como Canto Hito.
Cada uno de sus trece pueblos tiene arte para ofrecer, sobre todo
iglesias románicas que, debido a su gran valor y antigüedad, se
están procediendo a recuperar. Así que uno de los grandes atractivos
puede ser organizar una ruta monumental de pueblo en pueblo,
partiendo de Pomar de Valdivia y su iglesia parroquial de la Santa
Cruz, que es del siglo XVI aunque de origen románico. Lo que aquí ya
no podremos visitar es la iglesia rupestre en la que había altares,
sepulcros en el suelo y pinturas rojas en las paredes. Fue demolida
y sólo nos queda su recuerdo. Continuamos hacia la iglesia
renacentista de Báscones de Valdivia en cuyo pórtico se aprecian
columnas dóricas, que nos servirán para poner a prueba nuestros
conocimientos de arte. En Cezura disfrutaremos de una iglesia
románica del siglo XII dedicada a Santiago Apóstol, con sus
características ventanas de rendija. Y así, pueblo a pueblo
descubriremos pequeños templos que conservan su encanto rural como
la iglesia dedicada a San Pantaleón en Helecha, o la consagrada a
Nuestra Señora de la Asunción en Villallano. Entremedias, no podemos
faltar a la cita con múltiples cuevas que fueron utilizadas por
ermitaños, muchas de las cuales conservan inscripciones y nos llevan
al tiempo de los primeros cristianos, cuando no había templos y su
religión era perseguida. Toda una lección de arte e historia. § |
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