EDITORIAL

Asturias, o su Gobierno, está siendo bombardeada sistemáticamente desde el gobierno central con cuestiones que tratan de sembrar la confusión, la duda o la desconfianza entre los asturianos.
Es la técnica del miedo, o sea, siembra miedos y recogerás votos. Huele a elecciones.
Ocurre con la cantinela de que el Principado está en bancarrota, afirmaciones gratuitas que no se alimentan de una sólida base, sino de especulaciones e intereses partidistas.
Ocurre también con las supuestas consecuencias que tendría para Asturias el modelo financiero propuesto por el nuevo gobierno catalán. Es evidente que se busca enfrentar a los socialistas, crear divisiones, separar. Es la otra técnica. Primero siembra miedo, desconfianza, luego separa, divide.
Y no deja de ser curioso que el Ministerio de Hacienda, desde Madrid, se preocupe así de pronto por el estado financiero de Asturias, curioso y sospechoso.
En cualquier caso, y si así fuera, les corresponde a ellos, a los que gobiernan, a los responsables de mantener esa cohesión, esa unidad patria, subsanar con medidas económicas que Asturias o cualquier otra autonomía, que son España, no se vieran perjudicadas.
¿O es que le corresponde a Asturias ocuparse de lo que ocurra en Cataluña?
Lo dicho, apesta a elecciones cercanas.