EDITORIAL

Asturias se prepara para la Navidad, pero esta vez no lo hace bajo el desencanto que producía una situación política deplorable y una desesperanza en la calle fruto de batir todos los records de incompetencia inimaginables.
En Asturias ahora hay un gobierno que invita a la esperanza y un principio de resurgimiento que promete futuros mejores acordes con lo que esta región y sus gentes nos merecemos.
Y aunque las sombras negras del cambio de milenio también planean sobre nosotros, pensemos que la unión de todos nos aportará la fuerza necesaria para elevarnos por encima de los nubarrones y ver el cielo despejado.
Entramos en un nuevo ciclo de tiempo y debemos hacerlo de la mano del espíritu navideño, de la ilusión, de la esperanza, de los sueños y de la sonrisa de los niños que son los herederos del futuro.
Velemos porque la psicosis de las máquinas no apague nuestros sueños infantiles y no convierta nuestras Navidades en una pesadilla.
Feliz Navidad a todos los asturianos y gracias a todos aquellos que creen y colaboran con nuestro proyecto.