-Somos una comunidad pequeña. ¿Se corresponde eso con el
peso que tenemos futbolísticamente?
-Bueno, ahora se ha bajado un poco el nivel, pero hemos tenido
dos equipos en primera división durante muchos años, y eso tiene un gran
mérito en una comunidad de apenas un millón de habitantes. Es algo que
no se da en ningún otro sitio, que yo sepa.
-¿Se podría decir entonces que el fútbol "se nos
da bien" a los asturianos?
-Se nos da bien, yo creo que porque empezamos desde muy
pequeños. Mira, tú vas a un colegio y los críos pueden no entender bien
las matemáticas, o los problemas que les pongan, pero les puedes
preguntar lo que quieras sobre Ronaldinho, Zidane, o Raúl, y se lo saben
todo, de ellos, y de cualquier jugador de primera división. Y luego en
el recreo o en sus tiempos libres, todos juegan al fútbol, desde muy
pequeños, y eso se nota en los clubes, en la afición, y en los jugadores
que salen de aquí.
-Tú que has estado jugando en el Barcelona varios
años, ¿cómo se valora desde fuera el peso de Asturias en el fútbol
nacional?
-Asturias ha aportado grandes jugadores que han salido fuera de
la tierra y han dado excelentes resultados en diferentes zonas del país.
Fuera se dice: "el norte da buenos jugadores", pero es que además han
encajado en cualquier sitio a donde han ido, porque sucede, que algunos
jugadores cambian de lugar, y por lo que sea no se acoplan en su nuevo
club, pero no es el caso de los nuestros, que por cualquier club que han
pasado, han dejado el nombre de Asturias muy alto.
-Mirando ahora un poco hacia dentro, en Asturias
el fútbol siempre ha estado marcado por una eterna rivalidad entre
Oviedo y Sporting. ¿Eso ha beneficiado o perjudicado al fútbol
asturiano?
-La competencia es muy buena en todos los aspectos porque
siempre tratas de superarte. Y esa rivalidad es positiva, como los
derbys Oviedo-Gijón, que yo creo que no deberían de desaparecer nunca,
porque quizá no sea cuando mejor se juega, pero hay algo especial en
ellos, porque se viven con otra intensidad durante toda la semana, y son
partidos que crean afición. Todo eso es bueno, en su medida, pero en
ningún caso tiene que haber violencia de ningún tipo. A mí me gusta una
rivalidad sana, ésa en la que tú eres del Oviedo, yo del Sporting, o al
revés, y podemos ir juntos a ver el partido y a animar cada uno a su
equipo.
-¿Por qué aquí la afición de unos equipos de
segunda o tercera división, es tan numerosa que parece que sean de
clubes de primera?
-Yo creo que eso forma parte de nuestro carácter. Se trata de
los sentimientos que hay hacia unos colores, y eso está siempre. Además
en cuanto ganas y te sitúas un poco arriba, la gente se engancha muy
fácilmente, te llena el estadio, y eso no es fácil. A mí me dicen, "es
que el Madrid convoca en su estadio a 80 ó 90 mil aficionados", y yo
digo sí, pero son cuatro o cinco millones de habitantes. Y en Gijón, que
somos menos de trescientos mil, nos juntamos veinticinco mil personas en
El Molinón. Esa proporción quiere decir mucho. Y si viajas para jugar
lejos de Asturias, por muy difícil que sea el viaje, siempre hay gente
del Sporting con el equipo, lo mismo que cuando viajaba el Oviedo,
aunque sea sólo para ver el partido, y luego meterse otras diez u once
horas de viaje de vuelta. Es nuestro carácter, nuestra entrega y la
razón por la que desde que está Fernando Alonso en la F-1, por ejemplo,
ves siempre en las gradas la bandera asturiana, ya sea en Japón, en
Brasil o en cualquier lugar del mundo. Somos gente valiente, que se
entrega, con un corazón de la leche, y se nota en todo lo que hacemos.
-¿Sobre qué debe levantarse nuestro fútbol, en un
lugar donde no hay clubes de grandes presupuestos?
-Yo creo que por suerte los equipos tenemos que "vivir" de lo
que hay aquí, y eso implica cuidar la juventud, cuidar la cantera,
aunque a veces te venga gente de fuera, que siempre son bien recibidos
porque somos muy abiertos, y enseguida abrimos las puertas y el corazón
a los demás, pero claro, hay que cuidar también a los chavales de aquí.
Hay que ir sacándolos y también hay que tener paciencia, que de eso
tenemos poco, la verdad, porque metemos un chaval en un partido y si no
funciona ya queremos quitarlo, y no puede ser. Todos hemos salido desde
la base y todos necesitamos una oportunidad, y eso requiere que se le dé
continuidad. Con eso, con una cantera bien trabajada y una economía
saneada, se tienen los cimientos para levantar algo grande. ∆