Texto y foto: Lupercio González
NOVELANDO EN
NEGRO
A
Justo Vasco se le conoce bastante bien en los ambientes literarios y en
particular en la Semana Negra de Gijón, porque es el encargado de
coordinar el encuentro de escritores de este evento multicultural.
Cuando escribe se toma su tiempo: "Como escritor soy un vago de siete
suelas, tardo mucho en terminar una novela. Al ritmo que voy, o viviré
una larga vida y publicaré un par de novelas más o me moriré antes de
verme publicado de nuevo. Me encanta empezarlas; tengo el ordenador
lleno de novelas sin terminar".
-Creo que sientes pasión por los cuentos.
-Sí, me gustan mucho, todos los años hago uno o dos cuentos que
van a parar a alguna antología, o a alguna revista, aunque un poco les
pierdo la pista. En esto soy una desgracia, porque tengo más relaciones
editoriales que las que he usado toda la vida. También me satisface
mucho mi columna periodística, quizá porque me permite insultar con
cierto nivel de impunidad a quien me da la gana; meterme con los
poderes. Me encantó que un diario asturiano publicara mi opinión sobre
la huelga como el artículo del día. El artículo se llamaba: "Razón de
Estado" y terminaba diciéndole a Aznar que por qué no aprendía de Fidel
y sacaba un manifiesto para obtener nueve millones de firmas y así
derogaba el derecho a la huelga de los obreros españoles cuando vinieran
las visitas, y cosas por el estilo.
-De tus obras escritas hasta ahora ¿cuál destacarías?
-Creo que "Contra Candela", que escribí junto con Daniel
Chavarría. Literariamente es la más conseguida. En esa novela nos
movemos en un mundo más complejo y por primera vez, por ejemplo, la
policía cubana está presente, pero sólo como un telón de fondo. Nos
centramos más en la psicología del criminal, de un tipo desgastado, y la
novela va ganando en calidad humana a partir de que se enamora de una
mujer. Pero lo que no sabe es que esa mujer es tres veces más vampira
que él. Ella es inteligente, tiene formación y lo va a exprimir, lo va a
dejar sin nada. Después está la parte de la venganza. Lo fácil hubiera
sido una venganza lograda, pero la historia muestra que el criminal
brutal no puede nada contra el criminal inteligente, siempre sale
perdiendo. Hasta en el crimen hay clases.
"La
literatura, además de entretener, sirve para que la gente
comprenda que, más allá de todas esas zarandajas de fronteras,
supersticiones religiosas y demás, todos somos seres humanos" |
-¿Es importante en tus novelas que aparezca siempre una
mujer?
-Es muy difícil meterse en una novela sin caracteres femeninos,
de la misma manera que es más fácil narrar una derrota que una victoria.
En estos momentos, y después de tantos años de meditación, me resulta
más fácil hacer un carácter femenino fuerte y decidido que uno
masculino. A veces se usan muchos tópicos en eso. La novela negra actual
está llena de personajes femeninos fuertes, que son los que llevan la
acción o la encauzan.
-¿Prefieres el lenguaje directo para escribir?
-Me gusta a veces escribir en presente, el narrador objetivo que
acompaña y ve las cosas desde los ojos protagonistas. La primera persona
no me gusta mucho, pero sí a veces. Además, tengo cierta tendencia a que
mis personajes sean gente que mira en torno suyo, por lo menos los
policías. Para mí el policía de patada en la puerta y culatazo es un
buen personaje para una escena de acción, para crear una atmósfera de
brutalidad o algo así, pero no me interesa como primer personaje. Yo
prefiero el policía que se pregunta qué parte tiene él en una sociedad
que delinque, hasta que punto él es culpable. Por eso me gustan los
policías listos, eso de: "Era tan listo que no podía ser inocente". Es
decir, somos tan listos que no podemos ser inocentes de lo que pase en
nuestra sociedad. O contribuimos por acción o a veces por omisión. Lo
único decente es gritar "¡No, no contribuyo!".
"La novela negra dejó de ser negra, es pura novela costumbrista"
-¿Crees que la vida es una gran novela negra?
-Mi tesis es que la literatura costumbrista de nuestra época es
la novela negra. No hay un solo artículo del código penal, sea el de New
Yersey, el antiguo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o el
de donde se nos ocurra, que no se vulnere constantemente en nuestro
tiempo, y no sólo por criminales, sino por ciudadanos normales, por
empresarios, por empresas, por gobiernos, por la Iglesia... O sea, somos
sociedades altamente criminales, hemos llegado a una situación tal, que
incluso aparece el delito mucho antes de que esté tipificado, como los
delitos en el ciberespacio, donde hay de todo, desde la explotación
sexual de niños anormales hasta todo tipo de estafa. Apenas se están
haciendo las primeras leyes y es un delito que tiene una década ya. Cada
vez que hay un avance tecnológico, los listos aprovechan eso para
delinquir y las medidas para proteger a la población de eso llegan mucho
después, y creo que, en algunos casos no llegarán, porque cuando las
adopten ya será una tecnología superada y quedarán obsoletas esas
medidas. Somos unas sociedades altamente criminales donde la ley del más
fuerte es la única verdaderamente universal. El principio ético que
pueda aplicar un gobierno a la hora de cambiar las regulaciones sobre el
despido, o la Iglesia a la hora de poner el dinero en una cuenta
secreta, o el cártel de Medellín a la hora de lavar su dinero, ¿qué
diferencia ética hay entre los tres a la hora de tratar la riqueza?
Ninguna, entonces el ciudadano se ve incitado a hacer lo mismo;
entonces, la novela negra dejó de ser negra, es pura novela
costumbrista.
-Dentro del certamen Semana Negra de Gijón coordinas,
entre otras cosas, el Encuentro de Escritores. ¿Qué trascendencia tiene
este certamen en el panorama cultural asturiano?
-Creo que es una cosa muy importante para Asturias, ya que los
asturianos son un pueblo que tiene muy buenas tradiciones con respecto a
la lectura. Y podemos ver que eso no se ha perdido.
Poder leer un libro de alguien, conocerle y participar abiertamente en
un debate con él, es siempre interesante. Me encanta ver las caras de
esos paisanos mayores que siguen muy atentamente un debate sobre algún
conflicto que pasa muy lejos de Asturias, o sobre una novela escrita por
un autor que probablemente, cuando le dijeron que venía a Asturias tuvo
que abrir una enciclopedia. Me encanta ver cómo reacciona la gente a
todo ese tipo de cosas, cómo se acercan y compran un libro de un señor
cuya existencia acaban de descubrir hace veinte minutos. Yo tengo
bastante contacto con personas interesadas en la lectura, ya que imparto
varios talleres literarios en Gijón, y me hacen muchos comentarios,
porque conocen a autores, los comparan con otras cosas que han leído,
comparan episodios que hay en los libros con episodios de su propia
vida, digamos los años de la guerra civil o después, y es interesante.
Finalmente, desde un punto de vista ético, la literatura creo que además
de entretener sirve para que la gente comprenda que más allá de todas
esas zarandajas de fronteras, de supersticiones religiosas y de todo, lo
único que queda al final es que todos somos seres humanos.
Semana Negra es un acontecimiento que mueve una cantidad importante de
dinero en sectores inclusive muy alejados de ella. Conozco cinco o seis
novelas policiacas cuya trama se desarrolla en Asturias, en lugares como
Gijón, Candás o Cudillero, realizadas por escritores americanos que
vinieron aquí y quedaron impresionados con esta región.
"Me
satisface mucho mi columna periodística, quizá porque me permite
insultar con cierto nivel de impunidad a quien me da la gana;
meterme con los poderes" |
-¿Crees que el mestizaje cultural nos enriquece?
-Yo creo que sí, pero yo no creo en los multiculturalismos
postulados desde arriba, porque sólo el hombre puede ser multicultural.
Tiene que haber un mestizaje para que cada hombre pueda, en la medida de
sus deseos y de su inteligencia, acceder a una verdadera
multiculturalidad.
Con los años que he vivido en Rusia, por haber crecido en una época
importante cuando terminaba mi adolescencia, por los recuerdos, por el
idioma, por las tradiciones rusas que conozco, hay parte del tiempo en
el que yo soy ruso, y no por ello soy ni un ápice menos cubano. Aquí,
cuando escribo los artículos para la prensa y demás, noto que
lexicalmente mi lenguaje es más español de España que de Cuba. Es por la
necesidad de comunicación y eso lo asumo normalmente. Yo puedo pensar en
"ustedes" y escribir "vosotros". No he dejado de ser cubano, pero sí me
he enriquecido. Creo que así se logra una cierta multiculturalidad, y no
por decretos de gobiernos de derechas, ni por sueños ilusos de algunas
izquierdas trasnochadas. La multiculturalidad es cuando tú te educas.
-Creo que eres un gran aficionado a la ópera rusa.
-Sí y lamento mucho que aquí nunca venga una compañía rusa de
ópera. Y lo más que lamento es que alguna de mis óperas más queridas
todavía no han salido en compacto en Rusia, que es donde puedo
conseguirlo. Mis amigos me han prometido que en el 2003 saldrán dos y me
las enviarán.
"No podemos ser inocentes de lo que pase en nuestra sociedad. O
contribuimos por acción o a veces por omisión"
-Veo que el sentido del humor es importante en tu vida.
-Hombre, si algo aprendí con los años fue a ser paciente y
porque el sentido del humor es bastante inherente a la cultura cubana.
Esta mezcla viene muy bien porque cuando necesitas darte un tiempo pues
te ríes de algo y lo pasas mejor, no una risa nerviosa de ansiedad.
Mira, ante lo inevitable no puedes hacer nada. Entonces, si algo te jode
búrlate un poco de ello, y si te ayuda pues disfrútalo. ∆ |