Quizás sea muy difícil resumir los mayores
problemas ambientales asturianos. Intentaremos reflejar aquellos que más
coinciden con muchos que se están dando en todo el mundo.
El cambio
climático que se padece en el mundo, tiene mucho que ver con el uso de
combustibles como el carbón para la producción de energía. No podemos
olvidar que somos la región española con un mayor parque de centrales
térmicas, con cinco en funcionamiento para la red (Aboño, Narcea, Soto
Ribera, Lada, Pereda) y dos de empresas (Aceralia y Ceasa).
Esta sobreproducción eléctrica nos genera importantes problemas de
emisiones contaminantes, así como una importante actividad extractiva para
abastecer a algunas térmicas, lo que está produciendo el mantenimiento de
las peligrosas minerías a cielo abierto y las subterráneas, con sus
escombreras y vertidos. Otro problema añadido es la multitud de líneas de
alta tensión que tenemos, a las que quieren sumar dos nuevas que irían
desde Lada en Llangreu a Guardo en Palencia y la de Soto Ribera a
Penagos-Cantabria.
Otra fuente de contaminación atmosférica no menos importante son las
numerosas instalaciones industriales. Muchas de ellas presentan un estado
deplorable por culpa del abandono tecnológico y de la permisividad de la
administración ante las constantes emisiones que están fuera de norma.
La pérdida de biodiversidad que afecta a todo el planeta, relacionada con
la sobreexplotación de los recursos y la pérdida de hábitats para
especies significativas, tiene aquí su reflejo en la situación de la
desaparición de especies vegetales del litoral que son endemismos
amenazados, la reducción de nuestros bosques, donde viven centenares de
especies que de esta manera ven amenazadas sus hábitats.
Un ejemplo de sobreexplotación es la desaparición de numerosas especies en
los caladeros marinos, lo que produce que nuestra flota tenga que irse a
pescar a otros lugares más alejados. Se siguen utilizando "artes"
tan perniciosos como el arrastre, que no resulta un método selectivo en sus
capturas.
Las actuaciones en nuevas infraestructuras, embalses, nuevas construcciones
afectan a lugares de elevado interés, generando no sólo un impacto
paisajístico, sino permitiendo que una mayor accesibilidad a muchos lugares
ponga en peligro los valores naturales de muchas zonas que han perdurado
gracias a su aislamiento.
Otro grave problema son los continuos incendios forestales que amenazan no
sólo a los árboles, sino también a todos los seres que en ellos viven,
poniendo también vidas humanas en peligro. La mayoría de estos incendios
tienen un carácter intencionado, por lo que es necesario establecer una
política de prevención, aumentando los medios, y educativa, sin olvidar
las tareas de extinción que también son necesarias. Es necesario tomar
medidas claras y contundentes contra los pirómanos, de tal manera que se
sientan rechazados por la sociedad.
La pérdida de recursos es un grave problema mundial que tiene una mayor
incidencia en los países y regiones más pobres en beneficio de los más
ricos. Un ejemplo claro es el carácter de monocultivo con especies
exóticas que se nos ha impuesto, con el tema de los cultivos de eucaliptos,
sin tener en cuenta el impacto que generan a nuestros bosques y sus
alrededores, con el objetivo de producir materia prima para las papeleras la
de Navia y las ubicadas en otras comunidades como Cantabria y Burgos.
Otro ejemplo es el monocultivo energético: las térmicas y las minas de
carbón a cielo abierto, los embalses que han destruido la cuenca del Navia,
los proyectados en el Nalón y Narcea, las numerosas mini hidráulicas
instaladas y previstas, como las de Ponga, situadas en lugares inhóspitos.
No menos preocupante es el afán de llenar toda la parte noroccidental de la
región con parques eólicos para exportar todavía mas energía.
Otro punto importante es la instalación de industrias indeseables y
peligrosas en zonas ya degradadas, como por ejemplo la planta de pesticidas
que Dupont ha puesto en su complejo químico, que ha supuesto unas
importantes ayudas estatales y que no generan valor añadido alguno en la
región. Otro ejemplo sería la extracción de oro con cianuro, como es el
sistema usado en las minas de Belmonte, con el riesgo que esto supone por su
dependencia del carácter cíclico del mercado, quedando para entonces los
residuos como único recuerdo de tal actividad.
Y esto no es todo. Quedan muchos problemas, pero son más particulares y de
carácter menos global que los anteriores. ∆
(*) De la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies.
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