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SUPLEMENTO ASTURIAS 

 Asociación de asistencia a víctimas de agresiones sexuales y malos tratos 

"No hemos sido educadas para ser nosotras mismas"

MARITI PEREIRA


MARITI PEREIRA
Foto: I.G.

El mundo de las mujeres se resiente cada vez que sucede un nuevo episodio de malos tratos o de agresión sexual. Superar esa experiencia no siempre es fácil, por eso se ha creado la Asociación de asistencia a víctimas de agresiones sexuales y malos tratos, un colectivo destinado a ayudar a muchas mujeres en los momentos más difíciles.

 

 

 

 

 

 

 

"Hay la creencia de que el matrimonio es la base fundamental de socialización, de que la familia es lo más importante. Ella no quiere ser quien rompa la familia, y si la rompe se siente culpable de ello"

 

 

 

 

 

 

 

 

"Los medios de comunicación están vendiendo el tema de la violencia contra la mujer para vender morbo"
Foto: M.A.Oliva

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"No es la mujer la que tiene que ir a un centro de acogida. Ella debería quedarse en casa y él debería irse. El agresor, el delincuente es él"


Texto: Isabel Muñiz

La Casa de Encuentros de Mujeres de Gijón abre en horario de mañana y de tarde. Allí, junto con otras ONG, tiene su sede esta asociación. Al frente de ella se encuentra su presidenta, Marití Pereira, que junto con otras cinco mujeres se encarga de asesorar a todas las mujeres que lo necesitan.

-¿Cuál es vuestra labor como asociación?
-La función de la asociación, como su nombre indica, es asistencial. Tenemos un equipo de abogadas y un equipo de psicólogas para trabajar con las víctimas de malos tratos. Lo que hacemos cuando una mujer se acerca a la asociación es intentar concienciarla de la situación en la que está inmersa y darle las opciones que hay de salida.
En muchos casos reciben asistencia sin hacer denuncia, porque el hecho de venir a la psicóloga les ayuda a salir adelante y a tomar decisiones que en un principio solas por su cuenta no tomarían. Si la mujer pone una denuncia entonces lo que hacemos es personarnos como acusación particular de forma totalmente gratuita.
Otra función que para nosotras es muy importante, es la de sensibilización y prevención de esas situaciones de violencia. Consideramos que la única forma de erradicarlas, de cara a un futuro, es con la prevención de las mismas. Esto pasaría por la educación de los jóvenes, de los niños. También es importante la formación de los estamentos que están implicados en la atención de estas víctimas. Hay una serie de carencias a nivel sanitario, a nivel policial y a nivel judicial, evidentemente. Nosotras hemos hecho cursos de formación y sensibilización para cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y también para los equipos sanitarios de los hospitales y las gerencias del Insalud de aquí de Asturias.

-¿En qué estado se encuentra una mujer cuando llega aquí a pedir vuestra ayuda?
-Depende, pero suelen llegar en un estado de bastante ansiedad, se encuentran muy perdidas y no saben lo que van a hacer. Se les cae el mundo encima porque la decisión que tendrían que tomar sería romper esa relación. También depende de la intensidad del episodio violento. Si hablamos de una mujer que ya viene con una paliza considerable, que no ha ido todavía ni al hospital ni a ningún sitio, porque no sabe que es lo que va a hacer, su situación anímica y psicológica es mucho más grave. Se unen los dos sentimientos: el de rabia y el de miedo.

-La mujer que acude aquí ¿qué tipo de apoyo busca fundamentalmente?
-Yo creo que en principio lo que la mujer busca es que se la escuche y no se la juzgue. Eso lo primero. Y viene a por un recurso jurídico que sabe que no está a su alcance y por una ayuda psicológica. El tema jurídico es un tema que a todas les preocupa mucho una vez que ya han dado los pasos de denuncia y demás. Toda la ayuda que ellas puedan recibir y todo lo que se haga para que sean autosuficientes y empiecen a quererse a sí mismas, es importantísimo de cara a que dejen de ser una víctima propiciatoria de maltrato.
En ocasiones se vuelven atrás, porque por diversas circunstancias su marido les ha vuelto a prometer a jurar y a perjurar que no va a pasar nunca más. Ella cree que todavía le quiere, y como hay toda una creencia de que el matrimonio es la base fundamental de socialización, de que su familia es lo más importante, ella no quiere ser quien rompa la familia, y si la rompe se siente culpable de ello.
El problema es que muchas mujeres que acuden a un centro como el nuestro, después de trabajar con nosotras durante seis meses con una denuncia, luego vuelven con él a posteriori, y si les vuelve a pasar el episodio violento no quieren volver al centro. Nosotras siempre les decimos que si eso vuelve a pasar que vuelvan a ponerse en contacto. Que no tiene nada que ver lo que ha pasado en ese momento, porque somos conscientes de que la situación de maltrato es así y de que muchas mujeres vuelven con ellos por un montón de circunstancias. Pero si esa mujer tiene un sitio donde ir puede que acabe de romper esa relación.

-¿El peso del matrimonio y el sentimiento de inferioridad son dos pesados lastres para las mujeres maltratadas?
-Si, suele ser lo que más les influye. Hay mujeres que durante años han sufrido los malos tratos y consideran que no sirven para nada. Sin él no son capaces de hacer nada. El piensa por ellas, habla por ellas, actúa por ellas. Y esa creencia y esa convicción la llevan tan adentro que romper la pareja es estrellarse contra un muro de veinticinco metros de largo y de diez metros de grosor, les parece casi imposible.

-¿Se ha incrementado el número de situaciones de maltrato o es que hay una mayor publicidad del tema?
-Yo no creo que haya un aumento, pero sí hay más concienciación social y que las mujeres cada vez más reivindican sus derechos, por eso quizá, aumenta el número de denuncias. Supongo que hace cuarenta años había muchísimas más que ahora, lo que pasa es que entonces era casi imposible poner una denuncia por maltrato.

-¿Cuál es la solución para erradicar los malos tratos?
-La educación desde la escuela, desde los medios de comunicación, o los juegos que se les da a los niños, es la única formula para poder erradicar esa situación de violencia. Los medios de comunicación están vendiendo el tema de la violencia contra la mujer para vender morbo. No quieren información sobre qué es la violencia contra la mujer, de lo que informan es que a fulanita le pegaron cuatro puñaladas, le sacaron un ojo y la quemaron viva.

-Actualmente una mujer que necesite separarse ¿tiene algún lugar donde ir?
-Hay varias casas de acogida, están las de Cruz Roja en Oviedo y en Gijón, y luego está una en Oviedo que ha creado el alcalde. Es un centro de acogida más complejo porque es también un centro de atención. Habría ahí una pequeña situación de riesgo, porque todo el mundo sabe dónde está y como es libre la entrada puede entrar cualquier marido. Lo que pasa es que debemos de empezar a cambiar el chip: no es la mujer la que tiene que ir a un centro de acogida. Ella debería quedarse en casa y él debería irse. El agresor, el delincuente es él. Ante una denuncia de maltrato doméstico, que se ve, que hay testigos, a quien tiene que coger la policía y sacarlo de su casa por orden judicial es a él, y además inmediatamente.

-¿Qué ocurre en la realidad?
-En el caso práctico no se hace porque no se reconoce. La única opción que se da es que la que salga sea la mujer, y las casas de acogida se hacen para las mujeres. Yo creo que vuelve a ser otra situación de maltrato, y en este caso una situación de maltrato social. No tiene porque cambiar ella su vida, su entorno, el entorno de sus hijos y estar con miedo, cuando ella es la víctima del maltratador.

-¿Qué medidas propondrías para erradicar los malos tratos?
-Ya sé que la cárcel no es la solución para los problemas sociales que puedan surgir, pero mientras no inventemos otra cosa es la única solución que se ve ante situaciones de grave problema social. Existe un código penal que si se pusiera en práctica, muchos casos de maltrato dejarían de suceder y podrían servir como pauta preventiva para futuros maltratadores. Un maltrato habitual puede ser penado de tres a cuatro años de cárcel. Es un delito, pero yo no tengo conocimiento de que se haya puesto en práctica nunca esa pena aquí en Asturias.

-¿Por qué la justicia actúa de esta forma?
-Pues porque es un delito dentro de una familia, y ahí los jueces tienen su moral. La familia forma parte del mundo privado que nadie toca. Si fuera un problema público como el terrorismo, la drogadicción y demás, sí se metería mano, pero como es un problema privado que sucede entre los miembros de una familia y entre las cuatro paredes de una casa, a los poderes institucionales les cuesta muchísimo más intentar dar una solución. Y a veces se pretende que la solución sea que esa mujer se vaya de casa y que se separe de él. Mientras los jueces, fiscales y demás sigan considerándolo un problema privado, la solución no pasará por tribunales públicos ni por medidas públicas. Pero como hay demasiadas mujeres muertas en lo que va de año entonces se escribe un código y se redacta poniendo una legislación, pero los jueces intentan coger la parte más suave de la legislación y no imponerla como la deberían de imponer.

-¿Por qué el tema de la familia es intocable?
-Cuando hablamos de maltrato no se puede hablar solamente del golpe que da el maltratador a la víctima, sino que hay todo un concepto social de lo que es la violencia doméstica y lo que es la familia. En la mayor parte de los casos las mujeres hemos sido educadas para ser amantes esposas, fieles, madres, educadoras, criadoras, médicos, enfermeras, etc., pero nunca hemos sido educadas para ser nosotras mismas.

-¿Hay algún sector de población femenino que registre más agresiones sexuales?
-Las agresiones sexuales son la mayor parte a adolescentes. Si hay 30 agresiones denunciadas, de esas 30, 18 suelen ser de gente que no llega a la mayoría de edad. Además, las chicas jóvenes en muchos casos no lo denuncian, lo callan, se lo pueden comentar a alguna amiga y luego pueden venir aquí, pero no lo denuncian. Tenemos cinco casos así de adolescentes que están recibiendo terapia pero que no lo han denunciado porque además no saben quién fue.

-¿Hay algún factor común en esas agresiones?
-Algo que a nosotras nos está preocupando es que en muy poco tiempo tenemos casos similares de chicas que salen el sábado por la noche, pillan una borrachera impresionante, no recuerdan nada y al día siguiente tienen molestias, sangre en las bragas y se dan cuenta de que algo tuvo que pasar. Van al médico y les dictamina que han tenido una relación sexual, desde luego en contra de su voluntad, porque ni siquiera se enteraron. Luego empieza a entrarles el complejo de culpa, por el hecho de estar bebidas, y por eso les cuesta más superar la agresión. Y es algo que nos preocupa porque está pasando muy a menudo entre la población adolescente.

-¿Qué es lo más importante en la terapia?
-Desculpabilizar a la mujer de que le haya pasado eso. Porque cuando la víctima tiene una mínima relación con el agresor o tiene relación de amistad o familiar, la carga de culpabilidad es enorme, carga que aún encima el agresor no tiene. En el caso del agresor desconocido muchas mujeres se echan la culpa por haber ido solas a las cinco de la madrugada por la calle o por haber entrado en el portal y no haberse fijado que entraba alguien detrás de ellas. Las mujeres siempre estamos buscando alguna forma de culpabilizarnos del delito que se ha cometido contra nosotras. Si te roban un reloj de oro no piensas que la culpa es tuya por incitar al chorizo a robártelo. Jamás. ¿pues por qué en una agresión sexual tenemos que pensar que la culpa la tenemos nosotras? ∆

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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