| | SUPLEMENTO ASTURIAS
SAN MATEO '99
La fiesta del año
Texto: I.G.
La bien novelada o la
carbayona, como llaman en ocasiones a la ciudad ovetense, se prepara para vivir el último
San Mateo del milenio. Hay que apurar hasta el final las últimas gotas de diversión y
alegría. Hay que despedirlo como se merece. |
Durante
varios días la ciudad ofrece una amplia agenda de actividades para sus habitantes a los
que se suman un gran número de turistas. No es para menos. La calidad de sus festejos es
conocida en todo el Principado y es siempre una buena despedida para los meses estivales.
Como el solsticio de verano, San Mateo es la frontera, la separación entre el mundo de la
ilusión y la fanfarria y la vida cotidiana que nos espera al otro lado.
Desde el día 10 al 26 se suceden ininterrumpidamente todo tipo de acontecimientos
deportivos y culturales que visten la ciudad de colorido.
La música juega en estos días un papel importante. La plaza de toros, la de la catedral
y la del ayuntamiento serán las que recogerán en mayor medida los sonidos invitados.
Figuras como Víctor Manuel, Pedro Guerra, Sergio Dalma, Joaquín Sabina, Chaval de la
Peca y grupos como The Platters, Los Suaves, Elliot Murphy y Stormy MOndays, entre otros,
son algunos de los que podremos ver en escena. Habrá también un espacio para los grupos
asturianos, el flamenco, la salsa, y la música reggae, sin olvidarse de las numerosas
verbenas que ponen fin a cada jornada.
La tradicional romería de Monte Alto en el Parque de Purificación Tomás, el día 12 es
uno de los pilares de la semana mateína.
El Día de América en Asturias es también un acontecimiento esperado. El emigrante tiene
este día, el 19 de septiembre, un espectáculo en su honor, un desfile que nació en 1950
de la mano del artista local, Alfonso Iglesias. La mañana se viste de música con los
grupos folklóricos y fanfarrias de toda la región y por la tarde una cabalgata rebosante
de carrozas pasea durante tres horas por las principales calles de la ciudad dejando tras
de sí un rastro de confeti y serpentinas.
El día grande es el de San Mateo, 21 de septiembre. En esta jornada que es fiesta local
los campos de la ciudad se llenan de visitantes que acuden a comer el "bollu
preñau" acompañado del vino correspondiente y es posible comprar a la puerta de la
catedral "les paxarines", unas figuras de harina, yema de huevo y azafrán que
según cuenta la tradición protege a las casas frente a las tempestades.
No faltan en estas fiestas la cita con el teatro, la ópera, y numerosos acontecimientos
deportivos como el Tradicional Rallye Internacional Príncipe de Asturias o las diferentes
exhibiciones equestres. Las terrazas de los locales hosteleros y de los chiringuitos
contribuyen a animar el ambiente y ayudan a reponer fuerzas a los viandantes. Durante unos
días las actividades se concentran en el centro ciudad y de forma especial en su casco
histórico ahora peatonalizado. Por eso San Mateo es una fiesta para vivir a pie. Hay que
olvidarse por unos días del coche y prepararse a disfrutar sin límite. No hay tiempo
para la tristeza o el mal humor, San Mateo no regresa hasta el año que viene.
El Antiguo
Un viaje a través del tiempo
El casco viejo, el Antiguo, es el Oviedo entrañable que todo visitante se acerca
a conocer. En fechas mateínas un paseo por sus calles engalanadas transporta al visitante
a otra época al mismo tiempo que le habla de un presente pródigo y un futuro no menos
saludable.
Constituida la ciudad a finales del s.VIII por mandato de Alfonso II El Casto, la capital
asturiana conserva todavía vestigios de lo que fue la ciudad en la Edad Media. Las
callejuelas del casco antiguo, ahora peatonalizadas, permiten al visitante conocer la
historia de la ciudad medieval más antigua de la España cristiana. Monumentos,
auténticas joyas arquitectónicas, soportales, callejuelas empedradas, fachadas
rehabilitadas para sobrevivir al paso del tiempo, se unen y ofrecen no sólo un lugar de
interés monumental. A este atractivo hay que añadir el interés lúdico, gastronómico y
mercantil que despierta esta conocida zona ovetense.
De plaza en plaza podemos recorrer sus calles porque el encanto de la
ciudad parece haberse concentrado en los espacios abiertos, pequeños oasis dentro del
bullicio de la ciudad.
La primera parada obligada de todo aquel que se acerque a la capital de Asturias es la
Plaza de Alfonso II, más conocida por Plaza de la Catedral, porque allí se encuentra el
mayor símbolo de Oviedo. Síntesis de estilos prerrománico, gótico, renacentista y
barroco, la catedral se yergue romántica y esbelta.
En la esquina de la Plaza, llama la atención aunque no por su tamaño, sino por la
riqueza artística que guarda en su interior, la pequeña iglesia de San Tirso el Real,
fundada por Alfonso II y reconstruida en 1521.
A la izquierda de la catedral un maravilloso edificio lleno de conocimiento aparece ante
el visitante, el Monasterio de San Pelayo hoy Archivo Histórico Provincial, y para el que
desee seguir profundizando en la historia a pocos metros se encuentra el Museo
arqueológico, en el denominado convento de San Vicente.
Ambos edificios, junto con la Iglesia de Santa María la Real confluyen en la Plaza de
Feijoo. Desde allí y en dirección contraria al casco antiguo se llega a la calle
Paraíso donde se puede apreciar parte de la muralla que protegía antiguamente a la
ciudad.
Próxima a la plaza de la Catedral,
en la de Porlier, acompañado normalmente por las palomas, un viajero mira sin inmutarse.
Vestido con sombrero, gabán y paraguas en mano es Williams B.Arrensberg, un grupo
escultórico de Eduardo Urculo que, junto con la catedral, es uno de los motivos
fotográficos preferidos por los turistas para llevarse un recuerdo de la ciudad.
El Palacio de los Marqueses de Camposagrado, el Palacio de Valdecarzana y el de los condes
de Toreno son algunos ejemplos arquitectónicos interesantes en esta plaza. A tan sólo
unos pasos se encuentra la Universidad, fundada por el inquisidor Fernando Valdés Salas,
una buena muestra de la arquitectura clasicista española del s.XVI.
Saliendo de la Universidad llegamos a la Plaza del Riego, una de las preferidas donde
puedes tomar algo en las terrazas que los locales hosteleros ponen a tu disposición.
Continuando por la calle del Peso nos adentramos en el casco histórico, en la calle
Cimadevilla se encuentra el Palacio de la Rúa del s.XV, el edificio que se supone más
antiguo de la ciudad y continuando el recorrido llegamos a la Plaza de la Constitución,
donde se encuentra el edificio del Ayuntamiento, destruido casi en su totalidad en el
cerco a Oviedo en la Guerra Civil y reconstruido posteriormente. En la misma plaza se
levanta la Iglesia de San Isidoro el Real contiguo al mercado cubierto del 19 de octubre
donde puedes avituallarte con todo tipo de productos frescos. En los alrededores del
mercado se sitúan todas las mañanas un mercadillo que ofrece desde todo tipo de flores y
plantas hasta ropa a buen precio de temporada, los jueves y los domingos adquiere una
mayor dimensión ocupando enteramente la Plaza de Daoíz y Velarde. El que fue en la
antigüedad teatro de Comedias del Fontán, el actual edificio de la Biblioteca de
Asturias "Ramón Pérez Ayala" se encuentra también en esta céntrica plaza.
El mercado del Fontán es sin duda uno de los más pintorescos y con más tradición. En
origen, se creó, tras desecar una charca fétida que ocupaba el lugar, para crear un gran
número de tiendas con planta y desván. Actualmente la plaza del Fontán, con todo su
conjunto ha sido recientemente rehabilitada tras una fuerte polémica.
La Plaza del Paraguas se muestra inconfundible, con un inmenso paraguas de hormigón
armado que le da su nombre. En su fisonomía es frecuente verla ocupada por numerosas y
animadas terrazas procedentes de locales cercanos. La Plaza de Trascorrales donde también
se sitúan terrazas, debe su nombre a estar situada tras los patios o corrales de varias
casas, algunas de las cuales aún conservan parte de ellos. En las cercanías de
Trascorrales se encuentra la que anteriormente se denominaba Plaza del Pescado pero que
perdió su nombre con la institución del mercado 19 de octubre que agrupó bajo su techo
a los pescaderos.
Para finalizar nuestra ruta caminaremos hasta la plaza del Sol que se encuentra a poca
distancia. En ella destaca el Palacio de Inclán Leyguarda o de Revillagigedo, una
construcción del s. XVIII que muestra en su fachada un escudo de armas.
Los ritmos
de la movida
A la luz del día el casco histórico ofrece al visitante comercios, monumentos,
espléndidos restaurantes, sidrerías y chigres de toda la vida. De noche a la luz de las
farolas, los locales sacan a relucir sus mejores ritmos, copas y fiestas.
Si durante todo el año la marcha vive en el casco viejo, es en San Mateo cuando alcanza
su punto álgido. Las plazas como la de la Catedral, Daoíz y Velarde, Trascorrales sirven
de escenario para los conciertos mateínos y cuando estos terminan los ovetenses ávidos
de música se lanzan a un desenfrenado recorrido por los pubs de la zona.
Hay ambientes para todos los gustos y para todos los estilos.
Rincones tranquilos donde tomar una copa en animadas tertulias y otros de ritmos más
desenfrenados donde mover el esqueleto. La variedad se impone y todos los locales ven
alterada su dinámica en este mes de septiembre. Debido a la gran afluencia de turistas y
las ganas de pasárselo bien de los ovetenses, las callejuelas empedradas del casco viejo
están a rebosar. A la gran oferta de pubs y chigres hay que sumar la presencia de los
chiringuitos que solamente abren en estas fechas. Llegar hasta la barra de algunos como
"El Topu Fartón", "La Guinda", o "El rincón cubano" se
convierte en ocasiones en auténticas odiseas.
Los locales nocturnos organizan fiestas en diferentes épocas del año, aunque algunos
aprovechan estas fiestas para tener un detalle con sus clientes como es el caso del Pub
Babia y el Pub Baden que regalará en San Mateo a primera hora pañuelos conmemorativos de
las fiestas. Otros como El Paso aprovechan el tirón de todo el mes de septiembre y
organizan fiestas sorpresa todos los jueves. El Bar Montañés, por ejemplo, organiza
también los jueves fiestas de marcas de bebidas con regalos incluidos.
Y es que Oviedo ofrece no sólo buena música y las mejores copas, sino que muestra una
amplia variedad de actuaciones y alternativas culturales para todo el que tenga un poco de
tiempo libre.
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