-¿Por qué
este libro ahora?
-"Mujer creciente, hombre menguante" es una continuidad de "El
pequeño dictador", el libro donde abordé el tema de los padres víctimas
de sus hijos. Me di cuenta de que el 17% de las mujeres maltratadas lo
eran por sus hijos varones. Pensé que este porcentaje tan significativo
era muy grave y que había que preguntarse qué nos estaba fallando.
Cuando piensas en la violencia de género, la que ejerce el hombre hacia
la mujer, dices: ¿por qué el hombre se posiciona así? ¿Qué le ocurre?
Entonces miras alrededor y te das cuenta de que el hombre está
desubicado. ¿Por qué un hombre quiere ser tierno y no sabe cómo hacerlo?
¿Por qué tantos hombres tienen el sentimiento de que la mujer le carga
de culpabilidad? ¿Buscan las mujeres un compañero y padre que no ha
llegado, y los hombres una mujer que ya no existe? Pues a partir de
estas preguntas surge el libro.
-¿Cómo es
posible que dentro de las nuevas generaciones de jóvenes haya un
porcentaje tan elevado de machismo?
-Es un hecho muy grave. Venimos de un patriarcado, de un sistema
donde la mujer no podía votar, ni abrir una cuenta bancaria. De pronto
la mujer dice que quiere salir de casa, que va a luchar por sus derechos
y que va a buscar a un compañero para compartir. Pero esta cuestión no
es aceptada por determinados grupos de hombres que ven perder su status
ya que siempre se han visto como proveedores, y cuando les fallan los
anclajes tradicionales, intentan recuperar "lo perdido" a través de la
violencia. Mira, tengo una casita en un pueblo de Guadalajara que se
llama Alcolea del Pinar y con frecuencia escucho a chicas de 16 ó 17
años decir: "Joder, hoy mi novio no está porque se ha ido al 103, de
putas". Y esto lo comentan con alegría al resto del grupo como diciendo
"fíjate qué macho es mi chico". Esto es muy grave y es síntoma de que no
hemos avanzado nada. ¿Por qué el hombre está siempre de putas? ¿Por qué
luego te comentan que siempre suele estar con la misma? ¿Qué busca? Algo
está fallando.
"El hombre debe conseguir -al igual que hizo en
su momento la mujer-, iniciar una revolución desde el
interior y debe hacerlo con la ayuda de la mujer" |
-Recoges en
el libro un comentario curioso que repiten las prostitutas: "No tiene
más clientes la que posee un cuerpo más escultural sino la que tiene una
conversación más atractiva". ¿Qué busca el hombre cuando va de putas?
-El varón consume mucha pornografía porque en cierta forma da
respuesta a sus fantasías y además no asume ningún tipo de compromiso.
Lo mismo pasa con el sexo de peaje, y aquí hay de todo. Casados que
acuden a prostitutas para hacer cosas que no se atreven a realizar con
la madre de sus hijos. Solteros que tienen como única pareja a una
prostituta. Pagan y con ello evitan la posibilidad de ser rehusado,
tampoco se ven obligados a esforzarse, ni a dar de uno mismo. Hay quien
se enamora cada vez que acude a un garito. Otros sólo buscan compañía,
otros sólo sexo. Otros van a hablar. Algunos se apuntan a un mènage á
trois, y luego se quedan peor porque en el fondo lo que buscaban era
cariño. A escala europea, los hombres españoles son los que más a menudo
acuden a los prostíbulos. Y en ello creo que hay dos cuestiones. Una,
consumo esto como me puedo tomar un cubata y además no hago daño a
nadie. Dos, creo que hay algo de maternal. El hombre no sabe muy bien
dónde contar sus penas, sufrimientos, situaciones. Entonces llega allí y
ve a una chica monísima, hispanoamericana, cariñosa. Le cuentan su
historia. Se genera una relación más o menos verídica, más o menos
fantaseada, hasta el punto de que en algunas ocasiones pagan y no llegan
a tener ningún tipo de relación sexual con ellas. Ellas dicen que hacen
un poco de todo: madres, terapeutas, confesoras. Nadie va diciendo por
ahí que va de putas, pero el montaje es absoluto por parte de todos.
Hombres y mujeres llevamos la máscara de la educación: mentiras,
distorsiones, falsos principios que hay que desterrar.
-¿Por qué
existen tantos complejos en el terreno sexual?
-La verdad es que nadie habla de los gatillazos, nadie toma Viagra,
nadie tiene problemas de erección, pero luego ves las estadísticas de
los urólogos y compruebas que el 41% de varones mayores de 50 años tiene
problemas. Nadie lo reconoce porque eso es como disparar en la línea de
flotación. Entonces en vez de asumir que uno es como cualquier ser
humano con una serie de limitaciones, se va de supermán. En el libro me
pregunto de pasada qué pasaría si una mujer seduce a un hombre delante
de los amigos de éste. ¿El tendría la capacidad de rechazar a esa
señora? No, porque enseguida piensa que a los ojos de los demás es un "pringao".
Pues todo esto se encuentra en el subconsciente del varón. Pasa lo mismo
por ejemplo en el caso de los violadores, un tema en el que ahora estoy
trabajando. Existe un mito según el cual cuando una mujer dice "no" en
el fondo está queriendo decir "sí". Te quedarías asustada de la cantidad
de hombres que se creen esto. Falla gravemente la comunicación.
"Nadie habla de los gatillazos, nadie toma Viagra,
nadie tiene problemas de erección pero luego ves las
estadísticas de los urólogos y compruebas que el 41% de
varones mayores de 50 años tiene problemas" |
-¿Qué es lo
que más ha asustado al hombre de toda esta liberación de la mujer? ¿Qué
ha provocado este "hombre menguante"?
-El hombre estaba acostumbrado a traer el pan a casa. Nadie le
debatía ni discutía. La propia madre decía a sus hijos "ya verás cuando
venga tu padre". En base a ello el hombre estaba ubicado y sabía cuál
era su papel. Hoy hay varones que están asustados porque ven que una
mujer por ejemplo puede fingir un orgasmo y ni se enteran. En cambio a
ellos se les nota fácilmente cuando "están" o no. Y es ahí cuando se
queda desconsolado porque es como si en su vida tuviera que hacerlo todo
por medidas. Debemos de vivir la sexualidad de una forma más natural,
más plena, sin los determinantes que el modelo tradicional masculino nos
ha impuesto. Debemos aceptar que tenemos una serie de características,
de pensamientos distintos a la mujer. No se trata de copiar sino de
despertar algo que es también nuestro aunque lo hayamos ocultado. Hay
que dar la vuelta a conceptos culturales y eso no se hace de la noche a
la mañana, por eso creo mucho en la educación. Y ahí es donde pienso que
el papel de la mujer es básico. El hombre debe conseguir -al igual que
hizo en su momento la mujer-, iniciar una revolución desde el interior y
debe hacerlo con la ayuda de la mujer.
Yo, por ejemplo, Javier Urra, si volviera a nacer, lo tengo claro,
querría ser psicóloga. No cambiaría de carrera porque me parece
preciosa, pero me gustaría ser mujer. Ahora soy hombre y me encanta,
pero desearía saber cómo se ve el mundo desde el otro lado. Me gustaría
experimentar lo que se siente al tener a un ser dentro de mí.
Te voy a comentar una anécdota simpática. En el Real Automóvil Club de
Gran Bretaña señalan que el 80% de los hombres hablan a su coche en el
garaje. La pregunta es, ¿por qué luego les es tan difícil hablar con la
mujer? ¿Por qué esto luego les genera una sensación de culpabilidad tan
injusta? La revolución del hombre se ubica ya dentro de un nuevo modelo
de sociedad que está en marcha donde muchas mujeres por ejemplo, quieren
tener hijos pero no parejas. Nos encontramos ante una realidad menos
glamourosa, más sensible. Este libro pretende hacer preguntas, plantear
reflexiones, no dar respuestas. Las soluciones debe buscarlas cada uno.
"Si el hombre y la mujer no tienen claros los
pasos a dar, la pareja no funciona. La familia no funciona y
los hijos sufren. Desde mi punto de vista, todo está
relacionado" |
-¿Cuál es
la revolución que tiene pendiente el hombre de hoy?
-La revolución es interior. El hombre está hoy un poco golpeado por
pensamientos como: "quiero ser tierno", "quiero luchar por mis hijos",
pero por otro lado ve que la ley en estos momentos está favoreciendo a
la mujer. A ello le sumas las falsas denuncias por maltrato que en
ocasiones saltan a luz. Que ella le dice que necesita a un compañero a
su lado pero ve que el patronazgo lo lleva la mujer. La familia gira en
torno a ella y además ha salido a la calle y es mucho más competitiva.
Ante esto el varón se siente desubicado, ha perdido esa opción de
revolución y se pregunta cómo tiene que ser. Es como si en todo esto la
mujer hubiese conseguido reinventarse a sí misma y el hombre se hubiese
quedado mirando. Afortunadamente, empieza a darse cuenta de que la
identidad masculina está obsoleta y no responde a las demandas actuales.
Es por lo que comento que el hombre debe iniciar un proceso de
feminización. No sé si esta palabra es la correcta porque no se trata de
afeminar sino de despertar la sensibilidad. Debe llevar a cabo una
revolución de dentro hacia fuera. Tiene que plantearse: "Vamos a ver, no
quiero guerra de géneros, ni problemas… Hombre y mujer somos
complementarios. Yo quiero entrar más en el hogar, hacer otras
actividades pero también saber ubicarme desde este nuevo concepto de
hombre. No quiero ser una segunda madre. No quiero suplir, quiero ser
yo: un hombre sensible, vulnerable, afectivo. Una persona normal". Por
ahí creo que deben ir los tiros.
"El varón consume mucha pornografía porque en
cierta forma da respuesta a sus fantasías y además no asume
ningún tipo de compromiso. Lo mismo pasa con el sexo de
peaje. A escala europea, los hombres españoles son los que
más a menudo acuden a los prostíbulos" |
-Comentas
que hace falta que la sociedad en su conjunto se feminice, se empape de
lo femenino. ¿Qué hay detrás de esta puerta?
-Detrás de esta puerta está el futuro del mundo. Yo soy asesor y
patrono de UNICEF y hemos llegado a la conclusión de que para salvar al
mundo hay que ayudar a las mujeres, a las madres más que a los estados.
Fíjate que mar, tierra, luna… todo es femenino, hasta los nombres son
femeninos. Lo femenino proyecta, no devora, no lucha, no compite.
Demuestra, prolonga, envuelve, protege. Hoy en día, quien más o quien
menos, tiene en casa a alguien con demencia senil. ¿Quién le cuida? La
mujer. Es algo que se da por hecho aunque sea la madre o el padre del
varón. Puede pasar a verle, pero de cuidarle siempre se encargará ella.
Ahí es donde empiezan los grandes cambios. Detrás de esa puerta de la
que hablamos se encuentra un sentimiento más amplio, global y
poliédrico. Una visión circular del mundo. Creo que cuando se dice que
la mujer no llega a los grandes puestos de responsabilidad y se comenta
que es por injusticia social, yo añadiría que es también porque la mujer
no quiere. Si preguntas ¿oye, te interesa ser directora de la revista?
Alguna te dirá que sí pero la mayoría lo rechazaría porque una mujer
además de trabajar busca sentirse bien, tener tiempo para sus amigas,
para sus hijos si los tiene, para su familia, para ella misma… El hombre
en cambio aceptaría encantado, se volcaría en su trabajo e intentaría
ser el mejor. La mujer tiene una psicología del ser y el hombre del
tener. Cuando un varón se suicida lo hace de manera llamativa. No es
fácil que se tome tres pastillas y desaparezca en silencio. Necesita
hacer un último gesto cara al exterior aunque sea para despedirse. Se
siente obligado a hacerlo de esta forma. Yo tengo magníficos amigos y
hablamos de todo pero es casi imposible que entre nosotros nos contemos
los problemas. En cambio, me consta que la mujer tiene relaciones más
profundas. Entre ellas se cuentan las cosas.
-¿Por qué
recurres en el libro a tramas e imágenes de películas para explicar
determinados comportamientos?
-Es una fórmula que he descubierto que funciona. Escribí junto a
otros compañeros un libro que se llamaba "Jauría humana" que estaba
basado en películas sobre violencia. Intentamos hacer un tratado de
psicopatología forense y se nos ocurrió la fórmula de analizar
comportamientos a través de películas que conocía todo el mundo. Aquello
resultó y a partir de ahí lo utilizo en los libros que escribo. Las
películas sirven para que la gente pueda ir al cine, las vea, saque sus
propias opiniones y se genere un coloquio. "Mujer creciente, hombre
menguante" es un libro para leer en pareja, para pasar de mesilla en
mesilla, opinar. "Oye, ¿es verdad que tú te callas esto? ¿Tú a mí cómo
me ves? ¿Por dónde tienen que ir los cambios? Si el hombre y la mujer no
tienen claros los pasos a dar, la pareja no funciona. La familia no
funciona y los hijos sufren. Desde mi punto de vista, todo está
relacionado. §