ENERO 2006
Puebla de Lillo
Cambiar de aires
No tiene varita mágica, pero esta población y todo su
municipio nos atrapa en un encantamiento. Aquí la rutina se transforma
en aventura, en medio de un paisaje lleno de alternativas para disfrutar
al aire libre. El truco que tiene Puebla de Lillo está escondido en su
propia naturaleza.
Foto: Nan
Dotada de una belleza natural, a Puebla de Lillo la
descubrimos abrigada en el corazón de las cumbres nevadas del Alto Porma. La afluencia de visitantes que aprovechan la ocasión para visitar
la zona, parece no afectar al ambiente sosegado que ofrece este entorno.
Muchos lo eligen como lugar de residencia, cerca de las montañas y de
lugares de gran atracción turística. El crecimiento urbanístico es
evidente en todo el municipio y las nuevas viviendas reflejan la demanda
de gente que desea quedarse por más tiempo en la zona y no estar sólo de
paso. Para cambiar de aires Puebla de Lillo cuenta con una receta
magistral basada en el contacto con la naturaleza, buen alojamiento y
comida tradicional. Lugares donde hospedarnos no faltan, tampoco una
oferta gastronómica compuesta por platos suculentos, embutidos de
montaña y otras delicias. Nos apetecerá tomar unas bocanadas de aire
puro y algunas visitas por los alrededores del municipio. Podemos llegar
hasta Cofiñal para encontrarnos con un paisaje de gran riqueza biológica
y ver los forfogones o pequeños saltos de agua que forman los arroyos a
su paso por el pueblo. Otra sugerencia es acercarnos a Redipollos,
quedarnos con la imagen de unos valles de verdes pastos y partir por una
ruta que recorre todo el macizo de Mampodre. Para los incondicionales
del esquí la estación de San Isidro será su destino preferente, donde
podrán pasar el día y contar con todo tipo de servicios a pie de pistas.
Cazadores y pescadores también probarán su puntería en la Reserva
Nacional de Caza de Mampodre y en los ríos de la zona. En el municipio
hay varias rutas para practicar senderismo y llegar a los dos lagos
naturales -el Ausente y el Isoba- o recorrer el Pinar de Lillo, un
bosque autóctono de pinos silvestres. Después de todo iremos a parar
Puebla de Lillo atraídos por los variados servicios que tiene esta
cabecera municipal. La silueta del magnífico torreón medieval despunta
por encima de los tejados. Su aspecto fue totalmente reformado hace unos
años para acoger un Centro de Interpretación del Parque Regional de
Picos de Europa, también llamado Casa del Parque-Torreón Puebla de
Lillo. Como complemento a esta visita gratuita, en la misma villa
podemos acercarnos a la Casa del Parque-Valle del Porma para ver
exposiciones, audiovisuales y las montañas que rodean al torreón. Desde
allí será fácil distinguir que la magia que posee Puebla de Lillo está a
la vista, aunque siempre guardará alguna sorpresa en la chistera. ∆
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A San Isidro por Riopinos
Un itinerario con ventajas
La variante de Riopinos empieza a tener una gran
repercusión para la Mancomunidad del Curueño. Desde León a San Isidro se
llega en menos tiempo por este acceso, que ofrecemos como una
alternativa a la ruta habitual. Conviene saber por qué.
Foto: San-Isidro.net
Dicen que es la mejor opción para ir a esquiar desde León, y lo cierto
es que la nueva carretera hacia Riopinos que comunica con San Isidro
tiene muchas ventajas. Para empezar el trayecto es más corto -68
kilómetros-, más tranquilo y con menos tráfico. Además el parking está a
pie de pista, sin la incomodidad de tener que hacer colas en los
forfait, rodeados por una zona virgen sin explotar. Hasta allí el
recorrido se define como una bella ruta por el Alto Curueño que ofrece
múltiples opciones durante el camino. Dibujamos el trayecto completo y
partimos desde la capital leonesa por la carretera LE-311 hasta Estación
de Matallana. El viaje en este primer tramo nos acerca poco a poco a
unos parajes de montaña brava donde los excursionistas encuentran
numerosas rutas de senderismo.
Continuamos desde aquí por la comarcal C-626 en dirección a La Vecilla
con el ingrediente añadido de encontrar algunas sorpresas a medio
camino. Una de ellas está en el pueblo de Aviados, situado en la falda
de Peña Galicia. Allí hay una escuela de escalada, y otras opciones para
realizar actividades al aire libre, como espeleología, descenso de
barrancos o excursiones geológicas. Pero no perdamos nuestro objetivo,
pues llegando a La Vecilla tenemos que desviarnos por la carretera
LE-321 hacia Valdepiélago y Valdelugueros. En el tramo entre estos dos
municipios se encuentra a un lado de la vía asfaltada una cascada
natural. Los viajeros detienen sus vehículos en este punto porque nadie
quiere perderse la caída espectacular de la Cola de Caballo. Seguimos
más adelante el curso del Curueño por las Hoces de Valdeteja, donde las
verticales paredes de las montañas nos sumergen en un mundo fantástico
de roca y agua. Desde Lugueros hay que continuar hacia el Puerto de
Vegarada en los límites de la provincia leonesa con tierras de Asturias.
Allí justo se encuentra el desvío a Riopinos, una variante que se
encuentra en buenas condiciones y nos lleva al pie de la Estación de
Esquí de San Isidro. En este lado de la montaña hay cuatro pistas que
conectan con la vertiente del Porma a través del área de Cebolledo, y
dos remontes: un telesilla y un telesquí. Además hay servicio de
cafetería y alquiler de esquís, taquilla de forfait y un gran
aparcamiento. Este año como novedad, la variante de Riopinos contará de
forma permanente con una máquina quitanieves para despejar la carretera,
y se abrirá una zona para esquiadores debutantes. A largo plazo también
tendrá cañones de nieve artificial, nuevos remontes y se ampliarán las
pistas. Entre la lista de proyectos se incluyen reformas en la carretera
comarcal C-321 y en la misma de acceso a Riopinos. Estas obras
contribuirán a mejorar los accesos a una zona que recibirá como
consecuencia un importante impulso turístico. La época invernal y el
furor que causa la nieve en los aficionados a los deportes blancos le
ayudarán en su despegue definitivo. ∆
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Valdepiélago
Un espacio para proteger
El respeto al entorno es una máxima en Valdepiélago.
Todos los cuidados son pocos para la conservación de este municipio que
está repleto de atractivos naturales. El lugar es ideal para el turismo
rural, los deportes al aire libre, y las visitas a rincones
sorprendentes.
Foto: Nan
V aldepiélago tiene el corazón de roca caliza y un
alma suave como los prados verdes que cubren las montañas. Las aguas del
río Curueño circulan con fuerza por las venas de este municipio, que
guarda un enorme patrimonio natural, histórico y artístico. Una de las
referencias que aparecen en todas las guías turísticas es la Cascada de
Nocedo o Cola de Caballo. Otras huellas del pasado son el pontón de
Valdeoville o el puente medieval de Valdepiélago de donde parte el tramo
de Calzada Romana que discurre por las Hoces de Valdeteja. Valdorria,
Correcillas o Peña Galicia son montañas muy visitadas por los
excursionistas. Cuando descienden encuentran pueblos de casas típicas
que guardan algún vestigio de su historia. En Aviados se pueden ver las
ruinas del Castillo de los Guzmanes y en Otero una bella casona-torreón
del siglo XVI que perteneció a los Álvarez Acevedo. Por muchas razones
este municipio merece la protección de su entorno, de ahí la negativa de
sus vecinos a la instalación de la línea de Alta Tensión en la zona.
Valdepiélago tiene motivos para conservar su belleza y ser promocionada.
En este sentido la variante de Riopinos supondrá un gran impulso, aunque
también es muy importante que la Junta de Castilla y León acondicione la
carretera de La Vecilla a Vegarada. Sería un gran paso que esta zona
quedara comunicada con Asturias. ∆
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Valdelugueros
Una caja de sorpresas
Este municipio cuenta con una variedad de reclamos
para los que aman la naturaleza. Hay rutas de gran belleza y lugares
increíbles, unos escondidos bajo tierra, otros guardados entre montañas.
Llegaremos incluso a la Estación de Esquí y de Montaña San Isidro por la
variante de Riopinos, entre un paisaje de montaña.
Foto: J.M. López
C uando llega el invierno, Valdelugueros se viste de
blanco y la nieve en las cumbres añade un aliciente más a una zona llena
de recursos turísticos. Desde que se abrió la variante de Riopinos en
este municipio han aumentado las visitas de los viajeros que van desde
aquí a la Estación de Esquí de San Isidro. Lo que algunos no saben
todavía es todo lo que podrán encontrar en Valdelugueros. Una buena
excusa para hacer un alto en el camino es visitar los puentes romanos y
medievales de la Calzada de La Vegarada. Durante siglos las gentes del
lugar vadearon el río Curueño y sus afluentes a base de pontones y
puentes que salvaban el cauce de las aguas. De la misma carretera LE-321
parte esta Calzada Romana, una ruta que empieza en el Puente del
"Ahorcado" o de "Los Verdugos" y atraviesa el término municipal para
terminar en el Pontón de "Francamuerta". Otra opción consiste en
realizar la Ruta de las Cumbres que va de Lugueros -capital del
municipio- a Canseco. La imagen del pico Bodón nos acompañará en la
primera parte del trayecto, y a medio camino podemos detenernos en
Llamazares y visitar la Cueva de Coribos, que es una de las más
originales del mundo por sus formaciones coralinas. Podemos también
llegar al Puerto de Vegarada para seguir la Ruta de Nieve, una propuesta
ideal para cualquier época del año. Antes de llegar al alto de Vegarada
podemos coger el acceso a Riopinos que lleva a la Estación de San Isidro
por la vertiente del Curueño.
Los pueblos de Valdelugueros son también interesantes para visitar y
tomar buena nota de ellos. En Arintero nació la famosa heroína Doña
Juana, conocida como la Dama de Arintero que protagonizó un romance de
la época en más de cincuenta versiones. Su figura aparece tallada sobre
un escudo heráldico del siglo XV.
Cerca de este pueblo, en Tolibia de Abajo, también hay casas blasonadas
y castros prehistóricos que nos recuerdan la antigua historia que
acompaña a este municipio. En Redilluera hay al menos tres casas
blasonadas, y una iglesia fortificada del siglo XVI con detalles
renacentistas y barrocos. Podemos terminar nuestro viaje en Lugueros y
hacer una fotografía a un puente medieval de tres ojos que se levantó
sobre una base romana. También veremos en su casco urbano la Casa
Rectoral del siglo XVII y en la iglesia una obra de arte religioso de la
misma época. Todo lo que hay para ver en Valdelugueros está envuelto de
roca y agua en un paisaje natural resguardado entre montañas. ∆
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