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OCTUBRE 2006
MAGIA
H ubo un tiempo
donde los hombres estaban conectados a seres similares a ellos que
habitaban las aguas. Se comunicaban a través del sonido, un sonido
contagioso, femenino, que a los hombres atraía de una forma mágica. Un
sonido que poco a poco les iba despertando partes de su mente hasta el
momento desconocidas. Los hombres comenzaron a hacerse muchas preguntas
y los seres de las aguas alimentaron sus mentes. De su mano conocieron
el sentido de la profundidad, lo que está detrás de lo que a primera
vista percibimos.
Empezaron por hablar de aquello que les había unido desde el primer día,
el Sonido. Les explicaron que era el origen de todo el Universo,
principio y fin de todo cuanto existía. Era el motor que había puesto en
marcha la Creación. Todas las formas de vida llevaban oculto el Sonido y
a El regresaban con su propia nota y vibración cuando habían cumplido su
labor. Toda la sustancia que nos rodeaba, era una amalgama de moléculas,
de átomos que respondían a las leyes mágicas del Sonido. Por tanto, cada
forma, cada vida llevaba oculta dentro de sí el Sonido.
También el hombre antes de ser hombre fue Sonido. Escuchar desde el
silencio el Sonido era escuchar dentro de uno al Creador. Y sentirlo,
era sentirse uno con su creación porque todo, absolutamente todo estaba
relacionado por el Sonido.
Los seres que habitaban las aguas, los seres del aire, los seres de la
tierra y los seres del fuego estaban vinculados al Sonido Uno y a los
hombres. Cada pensamiento que salía de la mente de un humano emitía un
sonido y ése era respondido desde algún lugar por uno de estos seres con
energía. A mayor Sonido, más vibración y más energía. Esta era la clave
de la creación.
A veces ocurren cosas maravillosas -explicaban estos seres- a las que
los humanos no les encuentran explicación, y lo llaman Magia. Magia es
la Ciencia de la Creación y todo lo que nos rodea es resultado de una
maravillosa obra mágica.
Pasó el tiempo y el hombre en su afán por poseerlo todo decidió
desplazarse tierra adentro y abandonar el contacto con los seres que
habitaban las aguas. Comenzaron las luchas por el poder, las guerras y
las muertes. El egoísmo, el odio, y la violencia anidaron en su corazón.
Perdió la necesidad del silencio y por tanto del Sonido y los dos mundos
se separaron.
Sus mentes quedaron limitadas. Perdieron la necesidad de conocer, de
preguntarse por las cosas. Cerraron las puertas a la imaginación y al
mundo de fantasía que los niños les transmitían y procuraron que esa
"fiebre" infantil fuese pasajera y se curase con la edad. Dejaron de
lado su capacidad de admirar, de descubrir e investigar el origen de
todo cuanto le rodeaba. Pasaron a vivir condicionados por las
dificultades, llenos de prejuicios y su vida se volvió monótona.
Desde entonces hay dos maneras de contemplar y vivir la vida: desde
fuera, a través de lo que se percibe con los cinco sentidos. Y desde
dentro, desde lo profundo, conectando con el Sonido, el origen de todo,
conectando con los seres del agua, el aire, la tierra y el fuego.
Desde fuera, uno es tan sólo un espectador de la película que le ha
tocado vivir. Desde dentro, uno puede conectar con el lugar donde se
producen todas las cosas, donde se originan las causas de lo que luego
vivimos. Por tanto, desde ahí tiene la capacidad para orientar su vida.
En ese lugar los sueños se convierten en realidad, las energías son
vidas y las vidas criaturas poderosas que están a su servicio. Desde
este lugar se puede llegar a comprender los misterios de la creación y
uno, si así lo desea, puede convertirse en creador, en mago de su propia
vida.
Porque la Magia está ahí, envolviéndolo todo, latiendo dentro y fuera al
ritmo de una Mente poderosa que la hace posible y no detrás de una
chistera, un juego de ilusionismo con "truco" o un conjuro con pócima.
Conectar con la Magia es penetrar en un mundo maravilloso. Un mundo
donde primero te sientes niño, porque como en los cuentos, todo te
sorprende, todo puede ser posible y no encuentras límite a nada. Ves que
todo lo que pasa por tu mente puede tomar forma gracias a un sinfín de
criaturas que le dan vida y eso te hace sentirte como un dios, como un
mago, pero al mismo tiempo te sientes pequeño y ves todo lo que aún te
queda por aprender.
Los seres del agua y todos los demás, nunca abandonaron al hombre.
Permanecen pacientes esperando que este "mago en potencia" recupere el
Sonido y con ello, despierte y vuelva a creer. ∆ |
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