Ha roto récords en todos los retos que se
ha propuesto: fugarse de Alcatraz, cruzar el estrecho de Gibraltar
batiendo el récord del mundo en más de cuarenta minutos o nadar
Tenerife-Gran Canaria en veintitrés horas. El último ha sido partir
desde la Península hasta Baleares, algo que nadie había logrado y que le
ha supuesto cumplir un sueño de niño.
"En la vida hay muy pocas cosas
imposibles. Nos ponemos limitaciones nosotros mismos y el cuerpo humano
puede con todo" |
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Texto: Marta Iglesias
Su vida
está unida al elemento agua desde que de pequeño le obligaron a practicar la
natación para solucionar un problema físico. Tras ser campeón de natación
nacional varios años consecutivos, en 1993 dio el salto a la competición en
aguas abiertas. Desde entonces ha ganado veintiocho campeonatos del mundo.
-En una piscina se
compite contra uno mismo y el rival. En aguas abiertas además hay que luchar
contra el frío, los tiburones... ¿Ha forjado tu carácter el haberte dedicado a
esta especialidad?
-Sí, porque la natación es un deporte que no sólo te hace fuerte
muscularmente sino que además mentalmente es bueno para conocerte a ti mismo.
Tantas horas de soledad en el mar te obligan a escucharte cada momento, lo cual
me ha forjado una personalidad concreta. Además en mar abierto nadie te marca el
rumbo recto sino que te lo tienes que buscar tú mismo, al igual que en tu propia
vida tienes que crearte tu propia suerte. Para mí este medio refleja la libertad
de expresión, de decisión, donde puedes crecer hasta el punto que desees o
sueñes.
-De pequeño eras un
niño enfermizo que se superó con la natación, en el 92 te fuiste a EE.UU. casi
sin dinero y con un diccionario en la mano... ¿Hay algo que consideres
imposible?
-No, creo que en la vida hay muy pocas cosas imposibles. Nos ponemos
limitaciones nosotros mismos y el cuerpo humano puede con todo lo que le
echemos. Todo es la mente, ser optimista, probar mil cosas y querer comerse el
mundo.
-Recordemos tu
última hazaña: en 2003 ya hablabas de nadar desde la Península a Baleares. ¿Por
qué has tardado tanto en hacerlo?
-Porque quería estar en el momento adecuado para conseguir este sueño que
tenía desde niño. Sabía que lo había intentado mucha gente pero nadie lo había
conseguido, así que al ganar el Campeonato del Mundo en agosto de 2005 -récord
del mundo en 25 kilómetros-, estaba muy fuerte física y mentalmente y decidí
hacerlo. Terminé realmente muy mal pero me sentí feliz porque, aunque no
levantara los hombros y en las últimas horas tuviera que nadar sólo con un brazo
-porque el otro se paralizó completamente-, sabía que sería un gran colofón para
mi carrera deportiva si ésta terminaba. Ser campeón del mundo y oír el himno
nacional es muy bonito, pero conseguir el sueño de tu vida lo es más aún.
-Has reconocido que
pasas miedo en las competiciones de aguas abiertas y que te da pánico el mar.
¿Qué te impulsa a volver a estas aguas una y otra vez?
-La autosuperación, el deseo de crecer. He sido campeón del mundo veintiocho
veces y ya lo he conseguido todo en esa línea; luego he logrado llegar hasta
Ibiza, pero siempre hay más. Me gustan los desafíos, los retos, las metas, que
la gente vea que es posible nadar ante la adversidad, que los patrocinadores
estén contentos. Este cúmulo de cosas me hace querer seguir.
-¿Qué papel juega
la mente en largas distancias?
-Ocupa un lugar importantísimo, porque para llegar nadando a Ibiza tienes
que tener el cuerpo preparado pero el 80% es mental. Si te falla la cabeza lo
más mínimo te aseguro que a las dos horas vas muerto, te duele todo, tienes
hipotermia, estás temblando y te pasan por la mente malos pensamientos. Así que
considero que la mente es el 80% o más del éxito de una travesía similar.
-¿Pensaste en
abandonar en algún momento?
-Lo pensé en muchos momentos, pero sabía que no lo iba a hacer. Tenía que
estar muy, muy mal para hacerlo porque la palabra abandono intento que no esté
en mi vocabulario.
-¿Qué te pasa por
la mente durante tantas horas nadando, sólo en contacto con el mar, tu cuerpo y
tu mente?
-Mucho miedo, el preguntarme qué hago aquí... te haces muchas preguntas,
tarareas canciones...
-En una entrevista
dijiste que mientras que en tierra no soportas la soledad en el agua te sucede
lo contrario. ¿Qué te aporta la soledad en ese medio?
-Creo que no me gusta la soledad de ninguna manera, pero cuando nado tengo
que asumirla. De hecho el resto del tiempo siempre estoy con gente: vivo con mi
familia, con mi pareja, rodeado de amigos... desayuno, como y ceno siempre
acompañado, y no puedo estar ni un minuto solo. Sin embargo, me he llegado a
plantear que necesito las grandes travesías en el mar para tener mi espacio, mis
momentos de reflexión.
-Después de años
yendo por libre y luchando para abrir camino en las competiciones en aguas
abiertas para ti y los futuros nadadores españoles de larga distancia, ¿qué tal
trabajas en equipo?
-Bien. Soy una persona que necesita un equipo y a la que siempre le ha
gustado rodearse de gente buena, optimista y que siempre me aporte cosas. Uno
solo no puede conseguir grandes hazañas.
-¿Cuál es tu
próximo objetivo?
-Empezaremos a competir nacional e internacionalmente a partir del mes de
junio, y hasta septiembre estaremos haciendo de dos a tres carreras a la semana.
Y luego seguramente las próximas navidades volveré a realizar algún reto porque
forman parte de mi vida. Si dijera lo contrario te mentiría, pero todavía no
tengo decidido cuál será. ∆ |