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MARZO 2006


INTERNACIONAL

EUROPA, ENERGETICAMENTE DEPENDIENTE

Sara Pizzinato, responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace
Foto: Greenpeace

"España, Alemania, Italia y Francia son los mayores importadores netos de energía de Europa. La distribución energética depende sobre todo de decisiones políticas"

La ola de frío polar que azotó Europa a principios de enero se saldó con cientos de muertos que no recibieron suficiente combustible con el que calentarse. El hecho ha puesto de manifiesto que el continente depende de terceros países para recibir petróleo y gas natural, a la vez que surge la duda de si hay suficiente suministro para casos de emergencia como el que acabamos de vivir. Hablamos de ello con Sara Pizzinato, Responsable de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace.

-La mayoría de los países de Europa no cuenta con recursos propios en energías fósiles como el carbón, petróleo y gas natural. ¿De quién dependen?
-En 2001 la UE suministró solamente el 24% del petróleo que se consumió en Europa, y el 57% del gas natural utilizado ese mismo año. El resto hubo que importarlo. Si vemos los porcentajes de petróleo importado en 2002, observamos que de Europa del Este y Rusia llegó el 27%, de Oriente Medio el 25%, de África el 20% y de Noruega el otro 20%, según datos de Eurostat.

-En el caso de España, ¿qué países nos abastecen?
-Para el petróleo tenemos prácticamente los mismos porcentajes que Europa. Pero en cuanto al gas natural, a nosotros no nos llega de Rusia sino de Argelia principalmente. En carbón tenemos minas, aunque sean pocas, pero muchísimo del carbón que importamos -porque es mucho más barato que el que tenemos aquí- llega de Australia. Y, por último, España no tiene casi uranio para las centrales nucleares, así que éste llega mayoritariamente de Australia, pero también de Sudáfrica y Rusia.

-Visto lo que sucedió con la ola de frío de enero y la falta de suministro de combustibles, ¿es segura esa distribución de la que depende Europa?
-España, Alemania, Italia y Francia son los mayores importadores netos de energía de Europa. La distribución energética depende del sistema comercial y sobre todo de decisiones políticas, de acuerdos bilaterales. El discurso es que si dependemos energéticamente de fuera, siempre tendremos un problema. La seguridad del abastecimiento sería total si te basases totalmente en energías renovables, porque ese abastecimiento dependería de tu política interna, no de la política exterior. Uno de los grandes puntos positivos de las renovables es que son locales y por tanto no necesitas importar. Nadie te va a quitar el viento, ni te va a poner una capa para oscurecer tu sol que produce energía fotovoltaica.

-Los países de los que nos surtimos, ¿qué reservas reales tienen?
-Tenemos suficientes reservas mundiales de combustibles fósiles para cargarnos un par de veces el planeta. Pero no tenemos que funcionar esperando a que se termine el petróleo, porque ya estamos en niveles de contaminación por CO2 y gases de efecto invernadero muy alejados de los indicados por el protocolo de Kioto. Incluso cambiando a las energías renovables no se anularía el cambio climático. El cambio climático ya está aquí, se trata de amortizar el golpe que vamos a darnos.

-Paralelamente, el cambio del clima trae inviernos cada vez más fríos y veranos más cálidos. ¿Acelerará esto la crisis energética anunciada, debido a un mayor consumo?
-No creo que las condiciones climatológicas puedan influir sobre la demanda tanto como la política y la concepción social. Mientras que en Europa hay un crecimiento de PIB muy alto y sin embargo está bajando la demanda de energía, en España se está disparando esa demanda energética. Esto se debe a un complejo de nuevos ricos; pensamos que podemos derrochar energía, calor, frío. Construimos muy mal, las casas no están aisladas, utilizamos muchísimo el coche con una persona sola en lugar del transporte público, dejamos encendidas las luces, utilizamos electrodomésticos que no son de clase A y no tenemos ninguna información transparente sobre la energía... Es un gasto brutal. Ponemos en invierno la calefacción a 25-30ºC y en verano el aire acondicionado a 18. Cada grado es un gasto de un 7% menos o más según bajes o subas. Eso implica muchas cosas. Un estudio reciente afirma que el 9% de la energía que usamos en las casas se podría ahorrar tranquilamente con sistemas de electrodomésticos más eficientes, con más aislamiento... ¡Pero es que ese 9% corresponde a todo el consumo anual de la Comunidad Valenciana! Estamos hablando de cifras muy grandes.

-¿Qué alternativas debería plantearse Europa si desea ser energéticamente independiente a corto plazo?
-Antes de todo medidas de ahorro y eficiencia energética. No estoy hablando sólo de casas, sino de procesos industriales y de construir las ciudades de forma más lógica. Buena parte del consumo relacionado con el transporte es debido a una edificación ilógica, muy lejana de los centros de trabajo y con poco transporte público. Otro hecho es que se produce cada pieza de un producto en sitios muy lejanos entre sí y luego hay que trasportarlos a otro lugar para montar el componente. Son gastos energéticos muy fuertes que con lógica se podrían reducir y que darían un margen de ahorro energético muy grande. Y luego hay que poner en funcionamiento energías renovables. Un informe de Greenpeace estudia los potenciales de España en tema de renovables y afirma que sólo con ellas se podría abastecer cincuenta y seis veces la electricidad demandada en 2050.

-¿Cualquier país de Europa podría ser energéticamente independiente con renovables?
-Sí. Pero hay que reorientar las inversiones que estamos haciendo en carbón, petróleo y gas natural, para dirigirlas a las renovables. Ten en cuenta que la electricidad generada por combustibles fósiles o la nuclear son falsamente baratas, ya que nosotros la pagamos a bajo precio porque está controlada por el Estado. Pero la generación de esa energía es tres o cuatro veces más cara de lo que nosotros pagamos. Además actualmente en Europa más de la mitad de las plantas operativas tienen más de veinte años, por lo tanto en los próximos diez años el sector eléctrico tendrá que decir cómo se construirá la nueva generación de electricidad: o combustibles fósiles y nuclear, o ahorro energético y renovables. Y hay que empezar a planear ahora. En concreto en España ya se están diseñando veintiuna nuevas térmicas de ciclo combinado. Esa inversión en vez de hacerse en una térmica se debería de hacer en energías renovables, medidas de ahorro de energía y medidas de control de la demanda energética. Estamos en un momento importantísimo. Por eso es tan crucial este debate en la UE, porque es el momento de decidir hacia dónde queremos ir y por lo tanto si vamos a cumplir o no el Protocolo de Kioto. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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