ABRIL 2006
SUDAMERICA
-Potencia para el siglo
XXI-
Sudamérica es un oasis planetario
de inmensas proporciones que, bien gestionado por un conjunto de
naciones hermanas, se puede convertir en una potencia para este siglo
que comienza. En su territorio alberga miles de especies animales y
vegetales, posee gas, petróleo, minerales, el 27% del agua dulce del
planeta y es líder en la producción de muchos alimentos. La
responsabilidad de construir un futuro sostenible está en sus manos.
Texto: Marta Iglesias /Fotos: M.C. Prieto
L a
naturaleza se ha vestido de gala en Sudamérica. No hay más que ver desde
el aire el subcontinente y apreciar las masas de bosque verde que la
cubren, como son la Amazonía, la Mata Atlántica y el Chocó
Biogeográfico. Sólo el Amazonas es la mayor reserva vegetal de todo el
mundo ya que es la selva ecuatorial más vasta del planeta. Aquí se han
descrito ocho mil insectos y se sabe que el inventario está muy
incompleto porque quedan muchísimos por descubrir y clasificar.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN), América del Sur cuenta con unas 90.000 especies de plantas
vasculares. Para hacernos una idea de la cantidad, baste decir que hay
35.000 en Asia tropical, Australia y el Pacífico. La cordillera de los
Andes alberga la mayor concentración de aves de todo el planeta, y sólo
el pequeño Ecuador tiene más aves que Canadá y Estados Unidos juntos. A
todo ello hay que añadir que en esta parte del mundo hay varios "hot
spots", lugares de gran biodiversidad. Los hot spots ocupan el 5% del
planeta y contienen la mitad de las especies existentes. En realidad,
Sudamérica cuenta con la cuarta parte de especies de animales del mundo
y el 30% de los bosques madereros. Todo esto, además de hacer de América
del Sur un lugar bellísimo, la convierte en una fuente de recursos
naturales para las industrias farmacéuticas, cosméticas y alimentarias.
Una reserva de aire limpio, de madera, de especies vegetales y animales
que además puede proporcionar una ingente cantidad de dinero porque el
Protocolo de Kyoto contempla pagar a los países con grandes bosques, ya
que ayudan a capturar el CO2
e impiden que éste vaya a la atmósfera.
• Las posibilidades de
una economía autosuficiente
Para
considerar un lugar autosuficiente, el primer baremo que hoy se utiliza
es si tiene combustibles fósiles para mantenerse sin depender del
exterior. En Sudamérica disponen de gas y petróleo para un siglo, lo
cual garantiza su suministro energético para una buena temporada. Aunque
las mayores masas de petróleo se encuentran en Venezuela, muchos países
sudamericanos cuentan con su propia explotación. Sin embargo, la
existencia de poco carbón ha sido señalada como la causa que ha evitado
el despegue de la economía industrial en la región. Pero nuevos sistemas
de energías renovables podrían abrir posibilidades insospechadas.
El subcontinente también dispone de materias primas de otro tipo como
oro, plata, cobre, bauxita, hierro, cromo, níquel, molibdeno, cristales
de cuarzo y un larguísimo etcétera. De hecho Sudamérica ha sido
eminentemente un país exportador de materias primas, dejando las
manufacturas para otros, con lo cual han fluctuado sus economías cuando
las exportaciones han bajado durante épocas de conflictos.
Los pasos de Mercosur podrían ser los precursores de una
unificación global de Sudamérica, como ya reclaman millones
de ciudadanos que se sienten hermanos |
Pero si lo que se busca es autosuficiencia, también
es necesario disponer de agua y alimentos para la población. Tampoco en
ese apartado hay problema alguno porque Sudamérica cuenta con el 10% de
la superficie cultivable mundial, siendo la Pampa argentina la zona más
preparada para ello. El subcontinente es productor mundial de algunos
productos como el café, la caña de azúcar, los plátanos, el cacao, los
cítricos, los cereales, semillas de lino, girasol o patatas. En lo que
respecta al agua, la región posee el 27% del agua dulce del planeta y
dispone de una de las reservas de agua más grandes. Se encuentran aquí
el Sistema Acuífero Guaraní, que con sus 1.190.000 Km 2
subterráneos ocupa un espacio mayor que España, Francia y Portugal
juntas, y también el Pantanal, que tiene la misma superficie que nuestro
país y es considerado el principal humedal de agua dulce del mundo. Este
lugar, hábitat de miles de especies animales, tiene grandes
posibilidades como destino ecoturístico mundial. Con lo cual, además de
ser una importante reserva de agua se puede convertir en una zona
turística que dé riqueza a sus habitantes de un modo natural.
•
Comunidad Sudamericana de Naciones, el nombre de un sueño
Sobre la
base real de que Sudamérica es un paraíso natural que permitiría su
independencia, hasta hace muy poco tiempo no se había planteado una
unión económica, política y cultural real. Pero el 9 de diciembre de
2004 se fundó la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), cuya acta
fundacional firmaron los jefes de Gobierno de Brasil, Perú, Bolivia,
Colombia, Chile, Guyana, Suriname, Venezuela, Argentina, Uruguay,
Ecuador y Paraguay. El ambicioso objetivo contempla crear una unión de
países sudamericanos, siguiendo pasos similares a los que en su día dio
la UE. Según la "Declaración del Cuzco sobre la Comunidad Sudamericana
de Naciones", se prevé instaurar una moneda única, un solo pasaporte, un
tribunal de justicia común, un parlamento supranacional, una unión
aduanera, un mercado común y mantener posiciones conjuntas en los foros
mundiales. Además desean cooperación horizontal en todos los campos de
la ciencia, la ingeniería y la cultura. De tal modo que un médico podría
trabajar en la totalidad de los países o una empresa chilena adquirir un
crédito en Brasil. Pero además de ello se propuso una agenda común para
solucionar problemas como la pobreza, la exclusión, la indigencia y la
seguridad. Las perspectivas son muy halagüeñas si tenemos en cuenta que
los 371 millones de habitantes de Sudamérica sólo hablan dos lenguas
mutuamente inteligibles, que el 95% de los sudamericanos practica la
misma religión y que nunca han librado una guerra total entre todos sus
países, al contrario de lo que ha sucedido con otras potencias. De
unirse todos los países, los analistas afirman que darían lugar a un
gran bloque político-económico que le situaría como el quinto poder
económico del planeta.
Por contra, son varias las dificultades que tienen que acometer. La
primera es la pobreza que sufren la mayoría de sudamericanos porque la
riqueza está mal repartida. Las oligarquías económicas que mantienen la
riqueza en pocas manos, son una mala herencia de un pasado colonialista
que cuesta romper. A ello hay que sumar que la deuda externa de
Sudamérica asciende a 315.000 millones de dólares, aunque la CSN ha
propuesto solucionarla en conjunto. Y por último también hay que contar
con las fricciones existentes entre algunos países sudamericanos y las
economías dependientes de Estados Unidos. El abogado paraguayo Jorge
Darío Cristaldo Montaner afirmaba en un artículo sobre la CSN que "La
debilidad se encuentra en el lado occidental, donde se ubican Chile,
Perú, Ecuador y Colombia; históricamente los pueblos situados en la
costa del Pacífico no han sabido encontrar coincidencias sólidas y
duraderas para superar un pasado de antagonismos y de guerras entre
ellos, lo que explica que Estados Unidos del Norte y las empresas
transnacionales y multinacionales tengan un sólido control sobre la
economía y la política de los países andinos. Agravan la debilidad de
este flanco el conflicto entre Bolivia y Chile por la salida al mar que
reclama Bolivia, y el Tratado de Libre Comercio ya vigente entre Estados
Unidos y Chile".
• Un
objetivo a largo plazo
Los analistas
internacionales consideran que la propuesta de la CSN es posible, pero
que la realidad determina que faltan varios años para ello. En esa
línea, el Profesor de Derecho Internacional en la Universidad Autónoma
de Madrid, Augusto Zamora, considera que "Existe capacidad para que
Sudamérica sea una potencia económica mundial. Pero el problema general
de Latinoamérica no es la falta de recursos sino la falta de política y
de gobiernos dispuestos a hacerse cargo de proyectos de desarrollo a
medio y largo plazo. La historia de Latinoamérica está llena de
esfuerzos que son como burbujas, de las cuales casi ninguna ha tenido
continuidad, lo que ha determinado la condición de atraso que viven los
países. En términos culturales o idiomáticos esta unión podría
funcionar, pero en términos económicos y comerciales hace falta que la
región emprenda reformas profundas que en estos momentos no están en la
agenda de los gobiernos actuales". Y es que en la actualidad conviven
países que buscan la unidad en la zona, con otros cuyo primer aliado es
Estados Unidos, como Colombia, México y otros países centroeuropeos.
"Colombia -indica el profesor Zamora- es un país que lleva medio siglo
atrapado en una guerra civil brutal, y eso hace que la clase dominante
colombiana -quien controla formalmente el país- necesite perentoriamente
el apoyo de Estados Unidos para poder resistir y mantener Colombia como
está. Centroamérica está atrapada por la inmigración, que alimenta la
economía de esos países. Ningún país centroamericano está en condiciones
de entrar en disputas con Estados Unidos, porque bastaría que éste
cortase el flujo de remesas de los inmigrantes para que esos países
mueran. Y en estas condiciones no hay quien diga no a lo que proponga
Estados Unidos en materia de tratados". Así que actualmente en la región
conviven económicamente los tratados bilaterales entre Estados Unidos
con algunos países de Sudamérica, con Mercosur. Bajo estas siglas se
agrupan las economías de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia,
Chile, Perú, Venezuela, Ecuador y Colombia. Es el sistema económico que
mejor está funcionando en la región y podría ser el precursor de la CSN
futura, ya que el objetivo de Mercosur es que se vayan adhiriendo poco a
poco todos los países de Sudamérica. "Los países de Mercosur -informa
Augusto Zamora- persiguen crear un polo de atracción. De manera que los
países en los que vayan ganando gobiernos de carácter más nacional y
progresista encuentren en Mercosur el medio más efectivo para
fortalecerse económicamente y poder negociar con otras potencias y
actores internacionales en mejores condiciones".
"Existe capacidad para que Sudamérica sea una potencia
económica mundial. El problema es la falta de gobiernos
dispuestos a hacerse cargo de proyectos a medio y largo
plazo." |
Quizás los pasos de Mercosur sean los precursores de
una unificación global de Sudamérica, como ya reclaman millones de
ciudadanos que se sienten hermanos y ven el futuro con esperanza. Porque
la unificación latinoamericana implica además un cambio de mentalidad
que les haga pasar de la parte a la globalidad, del país a la región,
como muy bien explica el abogado Cristaldo cuando dice que "La dimensión
estratégica es vital para el éxito del proceso de integración: pero los
gobernantes de nuestros países parece que no están a la altura de las
exigencias históricas, porque no saben o no quieren jugar en un
escenario que trascienda sus pequeños espacios "nacionales". Están dados
a estrategias defensivas desfasadas e inútiles, porque tienen miedo a
dejar su caparazón "nacionalista" para empezar a vivir juntos en América
del Sur, compartiendo los desafíos y avatares de una vida en común entre
los pueblos de la región". Siguiendo este camino estará más cerca el
objetivo que tuvieron Simón Bolívar y José de San Martín en el siglo
XIX, cuando soñaron con una "patria grande sin fronteras". La naturaleza
les da la razón, quizás con la voluntad de los diferentes pueblos y sus
gobernantes pueda hacerse realidad. ∆
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