PIZZA DEL PRAT
Ingredientes (como pá 6 personas):
MASA: Un tercio de un kilo de harina
especial para pizza, una pizca de sal, 1 cucharada y media de aceite
(sopera) y un vaso de agua caliente.
RELLENO: Jamón dulce, queso, tomate
frito, orégano y un poco de pimienta.
Mi
cuñada, la mediana, me dio esta receta (hace mucho que no me meto con
ellas). Me la encontré paseando por la calle, con un flamante Mercedes
nuevo...
-Vaya coche que te has comprado, te debe haber costado una millonada.
-No creas, sólo me ha salido dos mil pesetas más caro que el carnet de
conducir.
En un recipiente pones la harina, la sal y lo mezclas. Después echas el
agua, lo amasas y haces un pequeño agujero para poner el aceite. Cierras
la masa para que el aceite se quede dentro y después lo mezclas bien.
Esta cuñada se ha casado con un catalán, yo no quiero decir nada pero el
otro día le pregunté:
-Pero tío, ¿dónde está tu anillo de matrimonio?
-Es que esta semana lo lleva mi esposa.
Otro día fui a su casa y le encontré arrancando el papel pintado de la
pared:
-¿Qué, redecorando la casa?
-No. De mudanza.
Después de dejar reposar la masa cinco horas para que crezca, la estiras
con el rodillo para que quede de un centímetro más o menos.
A veces te hace pasar un mal rato cuando sales a un bar con él:
-¿Qué cuesta un café?
- Un euro.
-¿Y el azúcar?
-¡Es gratis!
-¡Pues póngame 10 kilos!
Y las vacaciones del año pasado por Tierra Santa... Yo no fui porque me
imaginaba algo así:
-¿Cuánto cuesta la travesía por el lago?
-10 dólares.
-¡Eso es un abuso!
-Piense que Jesús anduvo por encima de estas aguas.
-¡No me extraña! ¡Con estos precios!
Y no os digo nada cuando acababa de ser padre de gemelos y acude a
censarlos:
-Hola, buenos días. Vengo a censar a mi hijo.
-¿Cómo se va a llamar?
-Jordi -responde el padre. Y el señor comenta: bonito nombre.
-Gracias. ¿Cuánto cuesta haberle censado?
-Nada, hombre -responde el señor.
-Entonces apunte a su hermano gemelo.
Pones la masa en la bandeja con papel de plata y lo metes al horno hasta
que veas que ha subido un poco. Entonces pones el tomate, el jamón
dulce, el queso, el orégano y la pimienta. Por último metes la pizza en
el horno y cuando esté un poco dorada ya la tienes preparada para comer.
Bueno, me despido con una anécdota del suegro de mi cuñada, un catalán
auténtico, muriéndose de viejo en la cama. En los últimos estertores de
su agonía llama a su hijo y, sacando un reloj de oro y brillantes de
debajo de la almohada, le dice:
-Mira. Este reloj lo compró tu tatarabuelo. De él, pasó al bisabuelo. De
él, al abuelo. De él, a mi padre y de mi padre a mí. ¿Te gusta el reloj?
-Pues mire, padre. No es el momento, pero sí, me gusta.
-Vale. Te lo vendo./ El Cuñao
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