Dicen que no se debe ser malpensado, que no es bueno para la salud. Pero también dice el refrán "piensa mal y acertarás", con lo cual a uno le queda la duda de qué hacer en determinados casos, sobre todo cuando ves que dos y dos suman cuatro, pensando mal, y por mucho que intentes pensar bien siguen sumando cuatro.
En cualquier caso vamos a hacer un ejercicio de pensar mal, pero sin mala intención, sólo como juego mental ¿vale?
Hace años, pocos, gobernaba el poderoso EE.UU un tal Bush. Su sueño era crear un nuevo orden mundial liderado, cómo no, por los EE.UU. Su obsesión por dicho sueño era tal que continuamente lo repetía en sus discursos y entrevistas.
Y hete aquí que en pleno mandato suyo, un tal Sadam Hussein invade Kuwait en una extraña, inexplicable e inverosímil acción repentina de guerra santa.
Pues bien, como si fuera la señal enviada por el cielo que Bush esperaba, sus poderosos ejércitos se pusieron en marcha para restituir el orden en la zona, "liberar" Kuwait, demostrar al mundo su autoridad y, de paso, dar un primer impulso a su liderazgo y a su proyecto de marcar el ritmo de todos los demás países.
Pero la cosa no le salió tan bien, porque algunos países se desmarcaron y no vieron con buenos ojos su enfermiza obsesión por seguir machacando Irak y condenar así a una muerte segura a miles de niños, mujeres y ancianos.
A pesar de todo, los EE.UU. siguieron en la zona, siguen atacando esporádicamente y, curiosamente, no les interesa derrocar, capturar o quitar definitivamente de en medio a Sadam. ¿Por qué?
Prosigamos. Bush padre sale de escena, al menos eso parece, y después del paréntesis de Clinton, empuja a la presidencia a su hijo Bush. En realidad podríamos decir que desde que abandonó la presidencia, Bush padre estuvo preparando su sucesión, rescatando a su hijo de la bebida, y preparándole el camino hacia la Casa Blanca, cosa que consigue en las últimas elecciones de una forma extraña, rocambolesca y un tanto sospechosa.
Pero eso da igual. Bush padre ya gobierna otra vez a través de su clon.
Y lo primero es colocar en el equipo de su hijo a sus más inmediatos colaboradores, a su grupo fiel, también obsesionados con la supremacía yankee en el mundo.
Los primeros pasos del nuevo gobierno Bush destacan por desmarcarse de todos los compromisos mundiales, en temas como medioambiente, política internacional, ayudas al tercer mundo, etc. En realidad no quiere estar atado a compromisos con nadie, quiere marcar su propia ley.
Y llega el gran momento. Ataque a las Torres gemelas, impactó al sentimiento colectivo mundial, puerta abierta al todo vale.
Bush hijo, aconsejado por Bush padre, lanza al mundo una serie de mensajes perfectamente estudiados que se resumen en uno... "Quien no esté con nosotros estará contra nosotros".
En realidad Bush quiere las manos libres y la cooperación total de todos, sin condiciones. Quiere ser el líder mundial en una cruzada -supuesta- contra el terrorismo -supuesto-.
Pero, y no olvidemos que estamos jugando a pensar mal, los EE.UU., la CIA, entrenó a Bin Laden, ayudó a los talibán a hacerse con el poder, les facilitó armas y dinero. Segundo, los EE.UU. sabían que iba a haber un gran atentado. Tercero, no hubo ninguna intervención del ejército hasta que el tercer avión se estrelló. Cuarto, extraña e inusualmente, la reacción yankee se demora mucho tiempo. Quinto, los EE.UU. atacan Afganistán, el campo de batalla ideal, un país destruido y gobernado por un régimen al que todo el mundo quiere ver desaparecido. Sexto, Osama Bin Laden, al igual que ocurrió con Sadam Hussein, no es capturado. Séptimo, Bush recuerda a todos, repetidas veces, que la guerra va a ser muy larga, con lo que está pidiendo un cheque en blanco a largo plazo. Gobernar el mundo, todos a sus pies, imponer su orden mundial.
Yo, jugando a pensar mal, no se olvide, no puedo evitar sentir un extraño cosquilleo cuando una sensación coge forma en mi mente y una pregunta me acosa sin contemplaciones... ¿Puede ser posible que toda esta historia se la haya montado, creado, el grupo Bush padre para, apoyándose en el impacto sentimental, tener de una vez por todas el mundo a su servicio, las manos libres y la disculpa para realizar su sueño?
Qué locura, ¿verdad? Pero ¿no fue el gobierno Bush padre el que experimentó con sus propios soldados en la guerra del Golfo condenando a muchos a la muerte o a una vida vegetativa? ¿No fueron gobiernos anteriores yankees los que probaron en sus soldados los efectos de la radiación en pruebas nucleares? ¿No fue la CIA la que mató a su propio presidente, Kennedy, porque estorbaba a determinados intereses?
Pero... "¿Quieres decir que el propio gobierno de los EE.UU. permitió que pasara lo que pasó para tener al mundo a sus pies?"... me pregunta la parte bienpensada de mi mente.
Yo, le respondo, sólo estoy jugando a pensar mal.
Y ahí están, ambas partes de mi mente en conflicto, como oriente y occidente, como el bien y el mal, como la luz y la oscuridad.
Y el juego se acabó. Quien lo desee puede seguirlo. Pero, un consejo, no se obsesionen, es demasiado tenebroso.
Sólo deberían jugarlo quienes sean capaces de observar al mundo desde otro prisma, sin tomar partido, sin apasionamiento, con la mente fría. No olviden que, al fin y al cabo, el mundo siempre fue el campo de juego de dos poderosas fuerzas que se disputan el poder absoluto.
Las consecuencias, las víctimas, nunca importaron a nadie. / MC