Foto: Turgalicia |
"Tú dices: Galicia es muy pequeña. Yo te digo: Galicia es un mundo. Cada
tierra es como si fuera el mundo entero. Podrás recorrerla en poco tiempo de
norte a sur y de este a oeste; podrás volver a recorrerla una y otra vez; no
conseguirás andarla del todo. Y cada vez que la recorras, encontrarás cosas
nuevas (...) Puede ser ella tan pequeña en extensión; pero en hondura, en
entidad, es tan grande como quieras". Vicente Risco.
Retumban
sobre suelo gallego mil pisadas. Guarda recuerdo esta tierra de los muchos
peregrinos que recorrieron sus entrañas, que pisaron su suelo. Que mojaron con
su sudor los polvorientos senderos y descansaron sus pies en los arroyos de
aguas frías y cristalinas. Las peregrinaciones permanecen a lo largo de los
siglos. Los secretos motivos que impulsan al ser humano a convertirse en
peregrino son diferentes y todos ellos válidos. El destino: la casa de
Santiago, el Hijo del Trueno. La ciudad universal. El Campo de Estrellas. "La
vida es un incesante caminar, con paradas gratas unas, difíciles las otras;
-escribe María del Carmen Novoa en Los caminos de Santiago, de la
Colección Follas Novas- curiosidad y emoción constituyen el bagaje de todo
viajero, que se detiene ante parajes de insospechada belleza o para contemplar
la magnificencia de los monumentos que salen al paso, salvando los obstáculos
del camino con la pericia que le otorga su experiencia.
El ser humano en su afán por saber, por encontrar nuevas vivencias, o
enredarse en sueños de aventura, en el ansia por descubrirlo ignoto y aprender
de los demás para así mejor conocerse y, de algún modo, ayudarse a superar su
angustia vital, le impulsan a moverse, a caminar, a peregrinar; ello significa
desarraigarse, (aunque sólo sea temporalmente), buscarse a sí mismo y
purificarse. De tal modo que todos somos peregrinos de nuestra peregrinación".
Todos peregrinos, distintos motivos y un mismo camino.
A un mes del inicio del nuevo año, Galicia prepara la celebración de un año
que se presenta como un espacio reservado al encuentro y el intercambio en
todas sus dimensiones. A día 1 de enero la tierra gallega dará la bienvenida
al primer Año Santo del milenio: El Año Santo Compostelano 2004. A partir de
ahí, 365 días en los que se sucederán todo tipo de actos culturales, sociales,
musicales y artísticos. Personas de todas razas y religiones recorrerán los
caminos de peregrinación hacia Santiago de Compostela, que verá incrementada
su población con miles de personas interesadas en todo cuanto pueda
ofrecerles. Pero sería un error hablar de la celebración de este Año Santo en
una sola dirección. Galicia es un todo compacto del que es imposible separar
una parte y vivirla aislada de las demás. Cuando alguien decide visitar
Galicia debe preparar sus sentidos para poder apreciar todo cuanto tiene que
ofrecer. Las manos deben prepararse para tocar y sentir las piedras que forman
y hablan de la historia de nuestros antepasados. La vista debe recrearse en
los paisajes, en las puestas de sol, en las playas, los valles y las montañas.
Los aromas de Galicia son esencias de salitre y tierra mojada. Galicia sabe a
marisco, a productos de cabaña y a unos vinos que son su sangre. Y si escuchas
con atención aún podrás oír las historias de meigas que cuentan los viejos en
los pueblos al borde del camino. Por eso, aunque el peregrino venga de lejos,
jamás pisará tierra extraña porque Galicia entra por los sentidos y, éstos,
utilizan un lenguaje universal común a todos los mortales.
Pero volviendo a la celebración del Año Santo Compostelano 2004, hay que decir
que Galicia entera será un escenario sobre el que, 24 horas al día, se
celebrarán conciertos, exposiciones, obras teatrales, espectáculos de danza,
conferencias... Cada Ayuntamiento, tanto pertenezca a alguno de los Caminos
Jacobeos, como esté en sus alrededores, preparan su particular programa de
actos a fin de ser foco de atención. Sería difícil escoger o recomendar una
única vía de las existentes -Camino Fisterra-Muxía, Ruta Marítima del Mar de
Arousa y Río Ulla, Camino Portugués, Camino del Sudeste Vía de la Plata,
Camino Francés, Camino Primitivo, Camino del Norte y Camino Inglés- para
llegar a Santiago de Compostela. Cada una muestra una Galicia diferente en
formas, pero igual en espíritu./
Texto: Consuelo Rejas
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