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SUPLEMENTO GALICIA 
MUSICA

SUSANA SEIVANE


SUSANA SEIVANE

Las canciones de cuna de Susana Seivane fueron notas de gaita.
A los 18 años el abuelo Xosé creó en su casa con la ayuda de su padre -ebanista- y su madre, dotada de un gran oído musical, un obradoiro de gaitas. Desde ahí la música se hizo dueña de las vidas de los Seivane.

Texto: Consuelo Rejas / Fotos cedidas por Susana Seivane

Alma de Buxo", último trabajo de Susana Seivane, ha nacido con alma viajera. Desde Galicia hacia Madrid, Barcelona, Escocia, Bélgica, Holanda, Estados Unidos... Mucho camino recorrido y aún mucho por recorrer.

-Te criaste entre gaiteros y artesanos de gaitas. ¿Cómo influyó ésto en tu formación como persona?
-
Influyó bastante. A los tres o cuatro años empecé a tocar y como era muy pequeña sólo podía tocar el puntero, que es donde se colocan los dedos, porque las gaitas me quedaban muy grandes, no las abrazaba y me colgaban todos los farrapos. Era imposible. Como en mi familia son constructores de gaitas, cuando cumplí cuatro años me regalaron una gaita a medida. Todavía la conservo, porque en la parte de arriba del taller que tenemos en Cambre hay un pequeño museo y ahí está esa gaita, expuesta con mucho cariño. A partir de ahí se puede decir que empecé a tocar una gaita físicamente, aunque ya la sabía tocar antes. Al principio todo fue por influencia familiar porque es el ambiente que respiré desde pequeña, pero luego salía de mí, yo lo llevaba en las venas. Veía a mi abuelo tocar la gaita y me encantaba, veía a todas las grandes glorias de gaiteros de la generación de mi abuelo, que pasaban por el taller a recoger sus gaitas y allí tocaban unas piezas. Tenía la fuente de aprendizaje muy cerca. Lo que también me ayudó muchísimo es que siempre tuve muy buen oído musical. Cuando venían los gaiteros al taller y los escuchaba, cuando tocaba mi abuelo, o ponía un disco o la radio, rápidamente cogía mi gaita e interpretaba las canciones al momento. No tenían porque ser canciones gallegas, escuchaba todo tipo de música. Aparte de esto la música gallega tiene otra filosofía, que es la transmisión de padres a hijos. Es lo que hace que nuestra música tenga esa magia.

-Te iba a preguntar si te acordabas de la primera vez que cogiste una gaita pero...
-
Es que yo no me acuerdo de cuándo no sabía tocar la gaita. Como empecé tan pequeñita aún no tenía mucha conciencia de mí misma. Pero, físicamente, en mi cuarto cumpleaños fue cuando pude, por fin, coger una gaita y tocarla entera.

-¿Qué es lo que define a un buen gaitero o gaitera?
-
Para mí es la sensibilidad y el buen gusto. Hoy en día hay muchos tocadores de gaitas pero hay muy pocos gaiteiros. Para mí ser gaitero es algo muy fuerte, con mucha importancia. Gaiteros o gaiteras que tengan esa sensibilidad y ese buen gusto hay pocos. La técnica evidentemente influye mucho y es muy importante, pero si tienes muchísima técnica y eres, para entendernos, una metralleta de la gaita y no le aportas sensibilidad, buen gusto y elegancia, no avanzas.

-¿Qué reto tiene que asumir el folk gallego?
-
Hace cinco años tuvimos un boom muy importante en el que la música folk gallega despegó bastante. Ahora nuestra música se está exportando a muchos festivales de todo el mundo, aunque estamos en un momento de calma en el que se están sustentando los grupos que verdaderamente ofrecen calidad y cosas nuevas. Yo creo que aún se va a asentar bastante más este momento.

"Hoy en día hay muchos tocadores de gaitas pero hay muy pocos gaiteros"

-¿Cómo encaja la modernidad con la tradición a la hora de tocar un instrumento como la gaita?
-
Empastan las dos cosas perfectamente porque para mí la tradición es modernidad, es algo que se va renovando a lo largo de los años. Me gusta trabajar así, jugar con esas dos facetas. Bebo mucho de las fuentes tradicionales y muchas de mis canciones las saco de cancioneiros gallegos, de archivos de antiguos gaiteros, de mi propio abuelo... Pero al mismo tiempo a todo ese material me gusta incorporarle nuevas ideas, nuevos instrumentos que no tienen por qué ser típicamente gallegos. Le doy mi toque personal.

-¿Qué papel juega la mujer en la música gallega?
-
Pienso que un papel importantísimo y cada día, afortunada y naturalmente, mucho más. Hay un tópico muy grande respecto a ver una mujer tocando la gaita. Sobre todo fuera de Galicia les llama mucho la atención. Antiguamente había mujeres que tocaban la gaita, lo que pasa es que había pocas porque en aquellos momentos hasta estaba mal visto que los hombres lo hicieran. Se decía de ellos que eran locos y que no tenían otra cosa que hacer. Era la visión de las clases nobles, porque para el pueblo el gaiteiro siempre fue una figura muy respetable. Lo cita muchas veces Rosalía de Castro. Era un personaje intocable, muy respetado y con fama de ligón. Imagínate que, en una sociedad mucho más machista que la de ahora, vieran a una mujer tocando la gaita. De hecho ha habido casos de mujeres que lo hacían a escondidas porque se decía que esa casa estaba embrujada. En los años 50 se formó en Galicia la primera banda de gaitas formada exclusivamente por mujeres. Fue en Ribadeo y la banda se llamaba Saudade. Mi abuelo me ha contado que él iba a muchas romerías y fiestas con su grupo y que de aquella se empezaba a correr la bola de que todos los gaiteiros iban a ver a las gaiteiras de Ribadeo.

-¿A qué suena Galicia?
-
A Galicia le pondría música de gaita. Pienso que la gaita es la bandera de nuestro país, lo que más representa a una cultura, a una gente, a una música. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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