Carlos
Sanz Mínguez
“Valladolid debe sus señas de identidad a los vacceos”
En la actualidad Carlos Sanz comparte las excavaciones con Fernando
Romero, Codirector del Proyecto Pintia y Catedrático de Prehistoria en
la UVA
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Prácticamente todo lo que se conoce sobre el pueblo vacceo se debe a las
investigaciones realizadas en Pintia a lo largo de treinta años. De orígenes
celtas, los vacceos habitaban en el valle medio del Duero, eran guerreros y
vivían de la agricultura cerealista. De sus particulares características
proviene la herencia vallisoletana, como se deduce de las palabras de
Carlos
Sanz Mínguez,
Director del Centro de Estudios Vacceos y del Departamento de Prehistoria y
Arqueología de la Universidad de Valladolid.
Texto: Marta Iglesias. Fotos: Centro de Estudios Vacceos.
Uva
-Los vacceos
eran un pueblo céltico. ¿Qué características comparten con los celtas y cuáles
eran sus señas de identidad?
-Compartirían probablemente algunos elementos como la lengua o ciertos valores y
creencias, muy particularmente la ética del combate. Tenemos evidencias de
representación de esos valores épicos en las tumbas. Los personajes de Pintia se
llevan a la tumba fundamentalmente las armas, lo que no quiere decir que haya
guerreros a tiempo completo o una clase militar, sino que simbolizan aquello que
les parece más importante en su vida presente y para su vida en el más allá. El
término céltico no deja de ser también muy ambiguo, es casi como hablar hoy de
latino o hispano. Por ello los aspectos más diferenciadores de los vacceos, creo
que tienen mucho que ver con la capacidad de adaptación de este pueblo al
territorio que ocupa.
-¿Qué herencia
cultural e histórica debe Valladolid a los vacceos?
-A mí me
gusta decir que esta tierra debe a los vacceos sus señas de identidad, porque
hasta ese momento ningún otro pueblo se adaptó de una forma tan soberbia al
clima extremo de la meseta, gracias a una producción cerealista muy
especializada, y también al desarrollo de una arquitectura de adobe y madera,
que ha sido muy propia de estas tierras hasta el siglo XX. Procura un
aislamiento fabuloso en un clima mesetario extremo como éste, tanto en invierno
como en verano. Y qué decir del cultivo del trigo, cuando sabemos que esta zona
ha sido el granero de España... Luego hay otra serie de cuestiones que también
han calado muy profundamente, como puede ser el gusto por los asados y el vino,
ya que hemos detectado copas anteriores a la presencia romana.
-¿Qué sorpresas
os han dado las excavaciones de los últimos años que os hayan obligado a romper
teorías sobre este pueblo?
-Quizá
la sorpresa mayor haya sido que a través de los descubrimientos realizados se
está excluyendo a los vacceos de la Celtiberia. Y ésa ha sido una sorpresa
llamativa, porque hasta hace unos años el mundo vacceo se explicaba en gran
medida a través del filtro celtibérico. Es decir, todas las novedades venían del
mundo mediterráneo desde el mundo ibérico, y el mundo celtibérico era el primero
que recibía y a su vez trasladaba esas influencias hacia el territorio vacceo.
Hoy sabemos por ejemplo, que el proceso urbano del mundo celtibérico es mucho
más tardío que en el mundo vacceo.
-¿Cómo puede el
público conocer Pintia?
-Tenemos
actividades, visitas guiadas, talleres para los niños de excavación con
réplicas, dentro del programa 'Arqueólogos, detectives del pasado'. Queremos que
este programa funcione ya el próximo curso académico.
-¿Dónde se puede
apreciar el fruto de tanto trabajo de campo?
-En
Padilla de Duero hay un pequeño museo con más de ciento cincuenta piezas
selectas, que nos dan una idea aproximada de la riqueza patrimonial de Pintia y
de las distintas áreas funcionales. Desde ahí trasladamos a los visitantes a la
'Necrópolis de las Ruedas'. Es un espacio tremendamente degradado pero muy
importante, porque es prácticamente el único cementerio que se conoce en todo el
territorio vacceo, y que alberga en sus cuatro hectáreas entre sesenta mil y
cien mil muertos. Hemos puesto en pie todas las estelas, y colocado hitos
museográficos, y se puede ir entendiendo el cementerio a través de una serie de
placas. Quizás el problema de este cementerio tan excepcional es que se ha
perdido la memoria de que ahí están los ancestros.
-¿Por qué ha
calado tanto en España el espíritu celta?
-Creo
que es una vuelta hacia el pasado y que tiene que ver bastante con ciertos
reverdecimientos de nacionalismos y de búsqueda de identidades particulares.
Nace en el mundo romántico del siglo XIX, y ha aflorado en la España de las
autonomías. Habría que decir que lo que en ocasiones parece más celta, como
Galicia o Asturias, no es lo que más información arqueológica o lingüística
proporciona. El sitio más importante de Europa, desde el punto de vista de
documentación de lengua celta escrita, es Soria. Hay mucho de romanticismo e
incluso de falta de rigor. Por ejemplo se sigue pensando que el megalitismo
tiene que ver con los celtas, como Astérix y Obélix, cuando sabemos que es un
fenómeno del Neolítico que poco o nada tiene que ver con el mundo céltico. ∆ |