oser Capdevila es
una fuente de historias, cada vez que abre la boca manan las anécdotas. Como por ejemplo
aquella mañana de un 23 de febrero en que se cambió el nombre de Rosario por el de
Roser, y terminó su primer libro de ilustraciones en catalán. Fue ese 23-F que hubo
jaleo en el Congreso y Roser pensó: "Ya me vuelvo a llamar Rosario, y encima me he
quedado sin trabajo".
Roser Capdevila nació con un lápiz en la mano y nunca pudo dejar de dibujar. Que se lo
dijeran a su profesora de primaria, que era muy mala y muy aburrida y siempre le rompía
los dibujos. La pequeña Roser, lápiz en mano, juró venganza, y hoy aquella malvada
profesora vuela por el mundo en su escoba con el seudónimo de La Bruja Aburrida.
Roser Capdevila tiene un ligero complejo de Peter Pan, sonrisa traviesa y energía
desbordante. Quizá por eso reivindica al niño que llevamos dentro.-¿De
dónde le viene el gusto por dibujar?
-¿Me hablas de usted, es imprescindible?
-¿De dónde te viene el gusto por dibujar?
-De siempre, no me acuerdo el día en que empecé. Estuve diez años
trabajando en una escuela y cuando tuve a mis hijas, en el 69, dejé mi trabajo. Hacía
estampados y cosas así, siempre estaba dibujando, y con tres niñas pequeñas casi tuve
que montar una guardería en casa. Al cabo de un tiempo Mercé Company me sugirió hacer
una colección de libros basándonos en ellas, y desde entonces no he parado de ilustrar
cuentos.
-¿Cuánto hay de tus hijas en las mellizas de ficción?
-Lo único que se ha respetado es el carácter de cada una. Helena, por
ejemplo, siempre tiene hambre, siempre come, esto a los niños les encanta; Anna es la
más dulce y romántica, la que siempre se enamora de los personajes, y Teresa es la más
decidida. Y en su vida real... sí, son así, ja, ja, ja.
-¿Y ellas que opinan de todo esto?
-Ah, ellas ya son mayores. Cuando empecé tendrían unos diez años; ahora
Teresa tiene dos niños y ya no vive ninguna en casa, pero les gusta mucho. Las tres son
fans, ja, ja, ja.
-¿Cómo funcionaron las mellizas al principio?
-Enseguida se vendieron en todo el mundo. Las películas están en
veintinueve idiomas y en ciento y pico países. Por ejemplo está doblado al árabe;
aunque las brujas en el Islam están prohibidas, entonces han dicho que es una abuela.
¡Imagínate, la bruja es la abuela que vuela en escoba! No quiero ni saber cómo lo han
manipulado. También lo han doblado al español neutro, ¿sabes lo que es? Es esto que
hablan, "qué bueno que viniste", en latinoamérica. ¿Sabes que antes las
películas de la televisión las daban así? Y está en kurdo, los kurdos tienen una
emisora de TV en Londres y emiten por satélite; o sea que además de tener guerra tienen
a las tres mellizas.
-¿Cómo son los niños para los que dibujas?
-Los niños son muy parecidos. Aunque yo he notado siempre un cambio con los
niños de ciudad y los de pueblo. Los niños de pueblo son mucho más sinceros, más
atentos, les interesa mucho más todo. Los niños de ciudad están un poco maleados,
quizá por la histeria colectiva que tenemos en las ciudades.
-¿Y el cambio en estos últimos años?
-Se nota sobre todo en una cosa: en las pantallas. Yo tengo un nieto de tres
años que maneja el CD-Rom con una rapidez que yo no tengo, ¡y tiene tres años! Estos
niños han nacido ya de cara al ordenador. Por eso es interesante darles dibujos animados
que a mí me parecen dignos. Y darles sobre todo diversión, que no haya violencia, ni
erotismo... para niños.
-¿Educando a la vez?
-Claro, lo que pasa es que muy educativos tampoco me gustan, porque para
educar ya está la escuela. No los quiero hacer antipedagógicos, pero me gusta darles
algo de marcha traviesa.
-Las tres mellizas se han convertido en un referente de la televisión,
incluso el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona las ha incluido en su exposición
Món TV. ¿Qué legado quieres dejar con esta serie?
-Pretendo que los niños se entretengan y se diviertan, hacerles sonreír,
porque delante del televisor están acostumbrados a ver todas las desgracias del mundo. Y
en plan "educativo", la serie se basa en cuentos tradicionales, que son
patrimonio de la humanidad y los hemos manipulado como hemos querido. Porque el lobo de
Caperucita es vegetariano y no come niñas, Caperucita va en vespa porque tiene muchas
entrevistas en las televisiones... le hemos dado la vuelta. El lobo es bueno, además es
una especie protegida y vive como un rajá, se ha hecho una casa con televisor y todo.
Después de los cuentos tradicionales nos metimos con obras universales de literatura:
Romeo y Julieta, el Quijote... y luego personajes, como Marco Polo, Tom Sawyer o
Frankenstein... Bueno, la tira.
-Las tres mellizas hacen una relectura de muchos textos conocidos.
-Precisamente queremos hacer ahora un resumen de dónde se ha sacado la historia,
quién la escribió o la transcribió, porque muchos cuentos escritos por los hermanos
Grimm o por Andersen eran tradicionales, de cuando los romanceros explicaban sus historias
por los pueblos. Ellos las recogieron e hicieron su versión. Y ahora yo estoy haciendo la
mía, ja, ja, ja.