Nació en
el concejo de Amieva hace 34 años, y lleva dando guerra unos pocos menos. Celeste
reconoce que no podría trabajar de funcionaria sentada tras un mostrador. Necesita
movimiento: el cuerpo se lo pide y ella se lo da. Desde
siempre estoy metida en líos, no podría ser de otra manera" Seguro que sus vecinos
de Amieva lo ratifican. En sus años de concejala por IU, Celeste participó en todo lo
que podía participar, y opinó aún a costa de no ser escuchada.
Ahora desarrolla su trabajo en Oviedo como miembro de la ONG Movimiento por la Paz, el
Desarme y la Libertad en Asturias.
-¿Cuál es tu labor en el MPDLA?
-Me encargo del tema de Acción Social dentro de Asturias. Tenemos dos
programas que estamos realizando de forma habitual durante todo el curso escolar: uno es
un proyecto de integración en centros escolares de primaria, y otro es de
sensibilización contra el racismo y la xenofobia. El primero básicamente intenta mejorar
las relaciones entre población paya y gitana.El otro programa, de sensibilización contra
el racismo y la xenofobia, se comenzó en el 92 y se trabaja en centros de secundaria con
chavales de 3º y 4º curso de la ESO.
-¿Qué crees que hay detrás del racismo, miedo tal vez?
-Posiblemente sí. El racismo se vive por ejemplo con los gitanos, es una
actitud que lleva siglos así y no ha variado prácticamente. Es muy fácil buscar un
culpable de que las cosas vayan mal, es decir, si hay delincuencia, droga... es el gitano
el responsable.
-¿Dónde marcas la frontera entre tu vida personal y tu
vida laboral?
-La frontera está completamente perdida. Tengo un horario de trabajo de ocho
horas pero no lo cumplo. A mi casa sólo voy a dormir, al final le dedico todo mi tiempo.
-¿Cómo es tu trabajo con el colectivo gitano?
-Trabajar con asociaciones gitanas no es fácil. Uno de los aspectos más
problemáticos, por lo menos aquí en Asturias, es que el colectivo gitano se está
cerrando un poco sobre sí mismo; quizá sea una forma de protección de la cultura gitana
ante la invasión.
-En todo lo que es tu trayectoria trabajando en Acción
Social ¿hay algún momento en el que te hayas sentido desmotivada y con ganas de cambiar
de ocupación?
-La verdad es que no, aunque a veces tengo la sensación de que la labor de
las ONG's es la de parchear mientras no haya decisiones políticas, que son las que tienen
que cambiar un poco el rumbo de las cosas.
-Trabajando aquí en Oviedo ¿cuál es la dificultad mayor
que encontráis?
-Fundamentalmente la económica. También es muy difícil implicar a todos
los colectivos con los que trabajas.
-¿Qué piensas cuando lees en el periódico que el
Ayuntamiento de Oviedo se ha gastado más de 20 millones en una escultura?
-Es lo que te decía antes, el mundo tiene que cambiar a traves de decisiones
políticas. Lo que no se puede permitir son los gastos innecesarios y superfluos, sobre
todo cuando salimos en los medios diciendo que vamos a solucionar tal problema porque
tenemos unos maravillosos programas de integración de gitanos, a los que destinas 5
millones de pesetas, por ejemplo.
-Algo que observes y te provoque indignación.
-Hay una cosa que me enciende, y es ver lo que yo llamo los cooperantes de
Panama Jack: el típico niño o niña que está haciendo cooperación, que se siente
maravilloso y hace cooperación desde una postura de superioridad.
No puedes llegar a un país y ver a la gente que está allí como si fuesen inferiores a
ti.
-¿Qué cualidad de tu carácter destacas a la hora de
desarrollar tu trabajo?
-Para mi trabajo la que me hace falta es la paciencia, y la verdad es que
tengo bastante.
-¿Es importante la capacidad de autocrítica?
-Es la única manera de evolucionar y mejorar en el trabajo.
-En tu trabajo ¿qué es lo que te produce más
satisfacción?
-Cuando llevo meses trabajando en un proyecto, organizando una actividad,
consigo llevarla a cabo y encima sale bien.
-¿Qué parte hace el equipo en todo esto?
-Solo no haces nada. Todo lo que se hace dentro de una organización es
posible porque hay un equipo.