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SUPLEMENTO ASTURIAS  

ASTURIAS
¿CRISIS O DESARROLLO?

JOSE MANUEL AGÜERA
Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de León
Texto: Lupercio González

Jose Manuel Agüera

De Gijón a León, de León a Gijón. Así divide su vida profesional y familiar este asturiano que un día decidió encaminar sus pasos hacia la economía. En un principio se hizo profesor mercantil, porque era lo que sus padres le podían financiar, luego estudió Ciencias Económicas en el País Vasco para posteriormente ejercer como profesor dentro de la comunidad universitaria de Oviedo, donde llegó a ostentar el cargo de Vicerrector de Asuntos Económicos. Finalmente consiguió la cátedra de Economía Aplicada de la Universidad de León, donde desarrolla su trabajo actualmente.

 

 

 

 

 

 

 

"Asturias se parece bastante al Titanic: el barco se está hundiendo mientras los asturianos bailan al son de las orquestas, sin percatarse de que el hundimiento se está produciendo"

 

 

 

 

 

 

 

 

"La siderurgia siempre fue y es, un viejo problema inadecuadamente tratado"

 

 

 

 

 

 

 

 

"Es útil que una parte de la sociedad asturiana pida consenso en torno a un conjunto de objetivos mínimos que Asturias tiene que alcanzar"

 

 

 

 

 

 

 

 

"EL aislamiento ferroviario de la región está dificultando la ruptura de Asturias con esa situación de crisis"


José Manuel es una persona inquieta y preocupada por las cosas que suceden en su tierra natal. Conoce en profundidad los problemas que padece la región asturiana y ante ellos no puede quedarse con las manos quietas.
Su actividad en la Universidad de León no ha sido impedimento para continuar trabajando en los temas asturianos. Fruto de esta inquietud ha sido la elaboración y publicación del ya conocido documento "Manifiesto por Asturias".
"Con este documento pretendíamos dar un toque de atención a las fuerzas políticas y sindicales, y a los asturianos en general, sobre los problemas que hacen que Asturias vaya cuesta abajo".

-¿Cómo nació la idea de este Manifiesto?
-Surgió como consecuencia de la existencia de grupos de personas que estamos reflexionando, unas veces de forma más organizada que otras, sobre los problemas de Asturias. Hay gente que milita en partidos, pero la mayoría estamos un poco al margen de la militancia. Sin embargo sentimos los problemas mundiales, nacionales y de nuestra tierra de forma muy significativa. Nos gusta plantear alternativas porque, en el caso de Asturias, los problemas son bastante graves, y en general la respuesta política y sindical nos parece insuficiente. Entonces pensamos en lanzar un manifiesto para que lo firmase el mayor número de gente posible. En ese sentido se elaboraron una serie de borradores, se discutieron muy ampliamente durante mucho tiempo y finalmente se dio luz a ese documento que se llama "Manifiesto por Asturias" y que se publicó el 28 de junio de 1997 en todos los periódicos. Era la primera vez que un papel así se publicaba a la vez por todos los periódicos. No es habitual, pero en este caso los directores de los periódicos aceptaron hacerlo.

-¿Qué criterio de mínimos se tuvieron en cuenta?
-
Nosotros entendíamos que cuando un espacio como Asturias sufre un deterioro tan continuado y durante tanto tiempo, en todos los órdenes, es útil que una parte de la sociedad asturiana pida consenso en torno a un conjunto de objetivos mínimos que Asturias tiene que alcanzar.
Pensamos, que una opción muy específica no podría reunir el apoyo suficiente para hacer frente a esos problemas. En cambio, los problemas tendrían una definición de mínimos que sí permitiría la aproximación de mucha gente que aunque no piense como nosotros, sí podría apoyar la demanda de esos mínimos que Asturias debe conseguir.

-¿Cuánta gente apoyó ese documento?
-Aunque ahora mismo el Manifiesto haya alcanzado su límite y realmente haya que empezar a pensar en otras cosas, nosotros hemos sido apoyados por unas 2300 ó 2400 firmas de asturianos de ideología y puntos de vista diferentes de los nuestros, pero convencidos de que esos mínimos eran imprescindibles para hacer avanzar la región. En ese otro documento que hemos publicado recientemente, "Fondos Mineros y Fondos Europeos", la propuesta del Manifiesto está ampliada, más perfilada, y exponemos los puntos de partida que Asturias debería de buscar para encontrar una salida que de momento, pienso yo, no se vislumbra. Estamos lejos de pensar que en estos tres años de gobierno del Partido Popular se hayan producido acciones que algunos medios venden como una recuperación de la región. Nosotros no lo vemos así, creemos por el contrario que se está orientando el proceso en una dirección inadecuada.

-Entonces ¿por dónde hay que empezar?
-Lo primero es definir una organización del territorio que convierta Asturias en una unidad en la que la acción de la política industrial, de los objetivos de formulación de un proceso de crecimiento y de desarrollo de la producción, estén claramente definidos y abarcando el conjunto; probablemente convirtiendo el "ocho" asturiano central -que tiene la mayor parte de la población en un área metropolitana- en la zona donde pudiera desarrollarse el todo y las partes de una manera armónica. En segundo lugar, el planteamiento que se hace con el complejo energético siderúrgico no es el adecuado. La siderurgia siempre fue y es, un viejo problema inadecuadamente tratado desde siempre. Ahora mismo estamos pasando por este pequeño sarampión de la privatización de la empresa y por un periodo de bonanza de los mercados siderúrgicos internacionales que hacen cacarear a mucha gente que todos los problemas están resueltos. Nosotros creemos que los problemas que tenía la siderurgia asturiana siguen sin resolver. Las inversiones del grupo privado que adquirió esta empresa distan bastante de solucionar los problemas industriales que esa empresa tenía en Asturias. Ese paso no disipó los problemas, que siguen estando presentes. Sería fundamental que el gobierno regional desarrollase una política en ese terreno.

-En cuanto a las comunicaciones ¿qué planteamiento se debería hacer?
-
Hay un problema de infraestructuras muy importante. Por un lado está el aislamiento ferroviario de la región. Nosotros entendemos que el ferrocarril es el instrumento del transporte del siglo XXI. En un país como España, el avión y la carretera no pueden competir con un medio de transporte que coloca a los viajeros y a las mercancías directamente en el centro de la península o a sus laterales. La distancia radial de España está entre 500 y 800 kilómetros, y es una distancia en la que el tren resulta imbatible. El aislamiento ferroviario de la región está dificultando la ruptura de Asturias con esa situación de crisis. Además el ferrocarril moderno y los trenes de alta velocidad constituyen también un instrumento de desarrollo de las telecomunicaciones, por ejemplo para la comunicación por fibra óptica. Es algo que se está desarrollando en Europa y que Asturias pierde por no tener tren.

-¿Da la impresión de que para esta región hay poca planificación y sí mucha improvisación?
-Nosotros creemos que no se tienen planes definitivos para la agricultura, la ganadería, la pesca. Basta darse una vuelta por Oriente o por Occidente para ver que los campos están abandonados, los pueblos perdidos, y no hay ningún proyecto de recuperación, a pesar de que estamos en una de las franjas privilegiadas en cuanto a posibilidad de rendimiento en explotaciones ganaderas, agrarias... Creemos además que el conjunto de industrias y servicios tampoco se desarrollan adecuadamente. No hay una consolidación definitiva del sector naval, no sabemos qué pasa con la privatización de INESPAL. No sabemos cuáles son los planes de la multinacional que la adquirió. Cualquier día pueden decirnos que la van a cerrar porque la van a poner en otro sitio, y ese es un problema que debería haberse resuelto con un plan industrial sobre la mesa y con los objetivos claros. Tampoco se sabe en definitiva qué va a pasar con las fábricas de armas. No es que nosotros queramos el desarrollo de una industria bélica. Las capacidades profesionales y las capacidades de las empresas que se dedican a producir armas en Asturias tradicionalmente, pueden reconvertirse en otra actividad de muy alta tecnología incluso. La posibilidad de que esas empresas se transformasen en productoras de otros elementos dedicados al uso pacífico de la tecnología, debería haberse desarrollado hace tiempo.

-¿Son tan importantes las infraestructuras, frente al auge de las telecomunicaciones?
-Se habla mucho de que hoy las infraestructuras no son necesarias porque en este momento lo que prima es la telecomunicación, el sector de la información y sustituyen con ventaja las comunicaciones terrestres, marítimas, ferroviarias o aéreas. Nosotros no creemos que haya que vivir en el siglo XVI. Creemos que el siglo XXI tiene sus elementos delimitadores y que las telecomunicaciones y el sector de la información son realmente fundamentales. Habría que tener un plan de telecomunicaciones, estudiar cómo desarrollarlo, en qué apuntalarlo, y eso no es óbice, sino al contrario. Ello exige una solución a las comunicaciones de Asturias con el exterior por vía ferroviaria y por carretera. La autovía del Cantábrico es una de las grandes autovías que está parada en Asturias. Vamos a ser el último rincón de la península comunicado como es debido con los centros de desarrollo europeos.
Finalmente, creemos que es imprescindible dotar de objetivos a un plan para el desarrollo de toda la educación de la región, y particularmente de la Universidad, que debe ser un instrumento de todo este proceso para configurar un plan estratégico a largo plazo para Asturias.

-¿Qué van a significar realmente para Asturias los Fondos Mineros?
-Los acuerdos firmados no definen específicamente cantidades definitivas de cuánto van a representar los Fondos Mineros.
Una primera valoración de los mismos revela que van a constituir una cifra significativa en un periodo que creemos que puede ser de unos ocho años. La financiación europea, adicional a la financiación de los fondos, va a definirse para el periodo 2000-2006, porque ahora la que está prevista es hasta 1999. El debate en el que está inmersa Europa en estos momentos es cómo se financiarán los Fondos en el 2006. En ese horizonte temporal de ocho años resulta que Asturias va a recibir por cuenta del acuerdo minero unos 300.000 millones de pesetas aplicables a diversas cuestiones, y todo hace pensar que los Fondos Europeos pueden aportar a la región otros 300.000 millones más, de tal manera que en ocho años Asturias estaría aproximándose a 600.000 millones de pesetas frescas. Justamente, el plan de mínimos que proponíamos es lo que hay que poner sobre la mesa a la hora de gastar el dinero de esos fondos. Por ejemplo: los problemas de infraestructuras que tiene Asturias, tanto en la carretera como en el ferrocarril, vienen retrasándose históricamente por problemas de financiación, como es el caso de la variante ferroviaria de Pajares. En el mismo sentido que necesitamos unas infraestructuras, se podía hacer una política industrial mucho más agresiva; pensamos por ejemplo en algunos problemas que tiene la siderurgia. Esto debe resolverse proponiendo una participación regional con cargo a los fondos mineros para financiar esas cuestiones que todavía no está previsto financiar. Eso desde luego llevaría al gobierno regional a participar en ese negocio. No sería reversible, porque el Estado no tendría porque revertirlo, no sería como las infraestructuras, pero en todo caso nos situaría en otra circunstancia.

-Y la Universidad ¿cómo se vería afectada?
-En el orden educativo la aplicación de los Fondos también nos parece discutible. Nosotros entendemos que la Universidad de Oviedo tiene problemas importantes de financiación ordinaria, de diseño del mapa de titulaciones, que no puede desarrollarse como consecuencia de los problemas de financiación.
Se trata de definir y de establecer un plan de futuro de la Universidad de Oviedo, de organizarla en función de su desarrollo interno y de los problemas de Asturias que puede resolver; y en ese marco, aplicar fondos, pero sólo en ese marco y sin abrir frentes nuevos que a lo mejor son necesarios pero que tendrían que derivarse de ese proyecto perfectamente definido.
Por todo ello seguimos diciendo que nuestra propuesta de mínimos es imprescindible para Asturias, y que si no se hace así lo probable es que también los fondos mineros pasen sin pena ni gloria.
Asturias se parece bastante al Titanic: el barco se está hundiendo mientras los asturianos bailan al son de las orquestas, sin percatarse de que el hundimiento se está produciendo. Nosotros tenemos que tomar conciencia de eso. Resulta imprescindible que la sociedad asturiana en su conjunto, de una sacudida y se lance a proponer esas ideas, esos proyectos y esas opciones.

-¿Crees vital en todo ello el papel de los ayuntamientos?
-Yo creo que sí. Todas las instituciones tienen su papel, que hay que armonizar. En la organización política y social que Europa está configurando hay tres niveles de poder establecidos: el nivel de la Comunidad Autónoma, el nivel del Estado y el nivel de la Comunidad Europea. Yo creo que toda esa estructura piramidal de poder que va desde los ayuntamientos hasta la Comunidad Europea tienen que tener un proceso político de vasos comunicantes que armonicen las decisiones que se toman en las diferentes instancias.

 

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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