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SUPLEMENTO ASTURIAS
- SEPTIEMBRE 2006
Aller |
Foto: Juanjo Arrojo |
Cuando miras al cielo y te sobrecoge la profundidad del
azul, cuando acaricias con la vista el intenso manto blanco de la nieve
caída sobre la montaña, cuando escuchas a lo lejos el bramido de un venado,
entonces, sólo entonces, empiezas a darte cuenta de la magia que encierra un
rincón de Asturias llamado Aller.
Texto Marisa Tabarés
Suerte de contrastes
Q ué podría decirse de este concejo de la zona centro-sur
de Asturias vinculado a la minería? Tal vez, que del negro carbón queda
apenas el reflejo y que ahora más que nunca la tierra allerana es un espacio
multicolor.
La huella de un pasado reciente aún pervive y se muestra en un rico
patrimonio arqueológico industrial y en el carácter fuerte de unas gentes
acostumbradas a luchar por salir adelante, a mirar al futuro con optimismo.
Aller es rico. Posee lo que muchos otros concejos envidiarían, aquello que
la madre naturaleza da una sola vez: un paisaje colonizado por imponentes
montañas, con frondosos bosques y abundantes caudales de agua que riegan y
fertilizan el concejo. Un medio de cultivo excepcional para que continúe
desarrollándose el sector turístico apoyado en otras patas de la economía
municipal, como la ganadera, la forestal, la industrial o incluso la minera.
La historia allerana se está reescribiendo también con tinta negra, la de
los fondos mineros, tan necesarios para Asturias y en particular para este
concejo de 374,57km2. Ellos permiten que se desarrollen no sólo novedosos
proyectos, sino que el concejo pueda hacer frente a necesidades básicas,
como atención a redes de saneamiento, carreteras, etc.
Fuente de proyectos • Como una propuesta reciente
para el uso de fondos mineros, se ha planteado desde el Consistorio a la
Consejería de Industria la creación de una red museística para las Cuencas.
La puesta en marcha de un tren de vapor entre Mieres y Aller, la
construcción de un museo en torno al pozo San Antonio de Moreda y la
recuperación del de San Fernando, en Ornillés, serían algunas de las
acciones que se enmarcarían en este concejo.
Dejando atrás el sendero de lo posible, Aller continúa
abriendo nuevos caminos en lo palpable, luchando contra el mal endémico de
las cuencas: el desempleo. Vendidos los polígonos de Caborana y Marianes,
está en construcción el de Corigos y en proyecto el de Cabañaquinta.
En el horizonte cercano del municipio ya apuntan proyectos muy esperados,
como el de levantar un moderno complejo deportivo en Caborana, que por lo
pronto evitará que los vecinos tengan que desplazarse a las piscinas de
Mieres. También hay que mencionar las nuevas 52 viviendas sociales ya
inauguradas en Moreda, a las que se espera sumar otras 75 en Sotiello,
aunque esto último aún está en la cartera de los proyectos.
Y en Nembra, una de las zonas más desconocidas pero de
las más bellas del concejo, se está levantando el Centro de Interpretación
de la Vía Carisa. Este equipamiento permitirá al visitante comprender lo
encontrado en el yacimiento arqueológico de Monte Curriechos (un campamento
imperial) y el pico Homón de Faro (un emplazamiento indígena astur). Ambos
parecen sugerir que el límite entre los concejos de Aller y Lena se
convirtió en el pasado en un gran escenario bélico.
Foto: Juanjo Arrojo |
Un centro para el ocio • El invierno se vive de
forma especial en este concejo, que disfruta de importantes equipamientos
para el ocio. Uno de ellos, la conocida estación de esquí de San Isidro, en
el límite con León, provoca un constante tránsito de visitantes que recorren
el concejo para llegar a su zona más alta. A sus 23 km. de dominio esquiable
-que la sitúan a la cabeza de las estaciones invernales de la Cordillera
Cantábrica- habrá que sumar la nueva estación de esquí Fuentes de Invierno,
cuya inauguración está prevista para el próximo año en la vertiente
asturiana del puerto San Isidro, entre los picos Toneo (2094 m.) y de la
Llomba (1.981 m.)
Pero Aller no es sólo un paraíso para esquiadores. El
concejo en toda su extensión ofrece durante todo el año unas condiciones
excepcionales para la práctica de otros deportes como el parapente, el
senderismo, la bicicleta de montaña, la escalada, así como deportes a motor.
De ahí que se hayan desarrollado numerosos clubes deportivos que ponen de
manifiesto las condiciones de este rincón asturiano y que pasean en cada
competición el nombre del concejo.
El perfil que ofrece el concejo de Aller está consiguiendo que se forje una
idea: la de convertir al municipio en un "centro de actividades de deportes
de montaña". De momento, no es más que un proyecto que podría trasladar al
mundo una merecida imagen dinámica de este concejo, que ya ha ganado con
creces buena fama en otros terrenos. Por ejemplo, ser tierra de buen comer,
con una cocina pródiga en platos de caza. Además, proclama su excepcional
belleza, con rutas como "Les foces del Pinu", las del "Río Aller", la de "El
Gumial" o la que conduce al Pico L'Estorbín. Y la que podría ser una
tercera, la que habla de un importante patrimonio histórico-artístico en el
que destacan Iglesias como la de Serrapio, San Juan el Real, San Juan del
Río Mera, San Félix, así como casonas, palacios o la conocida Torre del Soto
y el Moyón de la Corralá, un monolito de arenisca ubicado en Pola del Pino.
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Foto cedida por MCCM |
Con una plantilla que ronda los ciento treinta socios, este Club allerano
está canalizando las inquietudes moteras no sólo de la gente de Aller, sino
también de muchos asturianos.
A todo gas
E l
origen de este colectivo se remonta a los años
sesenta, aunque tras un periodo de inactividad volvió a arrancar motores en
junio de 1989. A partir de entonces las actividades se suceden año tras año
y en el mes de marzo de 2005 decidieron crear una Escuela de Trial. La
Escuela -con más de treinta alumnos con edades entre cinco y doce años- nace
con la intención de incentivar a los jóvenes hacia otras alternativas
deportivas de ocio. El tesorero de esta asociación deportiva, Juan Bautista
González, señala que "uno de los fundadores de este Club es Gabriel Pérez
Villalta, el actual alcalde del concejo, y una de las personas que nos apoya
en estas iniciativas". El municipio de Aller reúne una serie de condiciones
ideales para la práctica de trial, por ello el Club ha presentado un
proyecto que contempla dotar al concejo de un centro importante relacionado
con el mundo de la moto. "La idea no es sólo hacer un circuito para motos,
-comenta Juan- sino construir un área de ocio con un complejo mixto
agradable y que valga para diferentes cosas".
La Escuela de Trial ya está dando sus frutos: algunos de sus discípulos
están compitiendo en diferentes campeonatos de Asturias, y uno de ellos en
el Campeonato de España. Con su excelente trayectoria se está convirtiendo
en una cantera de potenciales pilotos. ∆
Foto cedida por Coto Bello |
No hay nada mejor que contemplar el concejo de Aller
desde lo más alto. O al menos eso piensan los componentes del Club Coto
Bello, que con sus vuelos en parapente y paramotor salpican el cielo de
colores.
Club Deportivo Coto Bello
V olar se ha convertido en la actividad predominante del
Club Deportivo Coto Bello, aunque sus componentes también practican otros
deportes relacionados básicamente con la montaña. De los veintiseis pilotos
que conforman el colectivo, cinco son mujeres. Son, además todos ellos,
miembros de la Federación Aeronáutica del Principado de Asturias. Les gusta
volar por toda Asturias, aunque puestos a elegir se inclinan por la Sierra
del Aramo y la zona de Coto Bello, en Aller, una antigua mina a cielo
abierto, con unas condiciones ideales para el vuelo libre.
A los componentes de Coto Bello les une su pasión por volar. Proceden de
distintas partes de Asturias, no sólo del concejo de Aller, y asisten a las
concentraciones y competiciones de parapente dentro y fuera de la región,
como el Campeonato de Asturias, que ganaron en 2005, y el Campeonato de
España.
Si bien los pilotos de este colectivo han llegado a realizar vuelos sobre el
paisaje totalmente nevado de Asturias, la mejor época es sin duda la
primavera y verano, ya que es cuando se consiguen los mejores vuelos,
llegando en ocasiones a rebasar los 3000 metros de altitud sobre el nivel
del mar y una distancia en línea recta de hasta 25 kilómetros. ∆ |
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