Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

SUPLEMENTO ASTURIAS  - SEPTIEMBRE 2006

MUJER ASTUR

Verónica Vigil


Verónica Vigil

 Productora de documentales

Es una apasionada de la historia, y en especial, de la que concierne a España. Opina que de nuestro país todavía queda mucho por saber. Su último documental "Que mi nombre no se borre de la historia" trae al presente el idealismo y el valor de un grupo de mujeres que padecieron la represión franquista, para que sirva de enseñanza para el futuro.

Texto: Carolina Fernández Fotos: Delta Films

Vivir con memoria

Nació en Gijón, pero se instaló en Madrid para estudiar Ciencias de la Información, en la rama de imagen. Después de pasar por la Escuela de Cine y especializarse en montaje, decide embarcarse en la aventura de la producción, y crea Delta Films junto con José María Almela. De su pasión por la Historia surgen documentales como "La conspiración del Chacal" o "La niebla del silencio", entre otros, que tratan sobre dos hitos que marcaron el desarrollo de la aviación española. En un futuro próximo, posiblemente aborden la revolución de Asturias del 34, "un hecho muy interesante y muy desconocido, del que se siguen contando muchas mentiras".

-¿De dónde viene tu interés personal por la historia?
-A mí siempre me gustó, desde pequeña. Como asignatura era de mis favoritas, y a la vez también me gusta contar historias. Me gusta poder remitirme a una cosa que sucedió, estudiarla y que me sirva para encarar situaciones del futuro.

-¿Por qué documentales, y no otro género?
-Inicialmente fue por el interés por la propia historia. Siempre comentamos que en España está todo por contar. Hay episodios muy interesantes, historias de españoles que consiguieron grandes cosas, que sin embargo permanecen en la sombra. Eso no ocurre en otros países. Francia o Inglaterra tienen mucho más presente su pasado.

"Llama la atención la capacidad que tenía la juventud en aquel momento de organización, de lucha política y de unión"

-¿Cuánto queda por contar de nuestra historia?
-Mucho. Mira, la mayor parte de las historias que contamos curiosamente están centradas en la década de los 30, no de forma premeditada, y yo creo que es porque fue una época muy convulsa, no solamente en España sino a nivel mundial. Fue una etapa de entreguerras que finalmente culminó con la Segunda Guerra Mundial. Hubo también muchos inventos, muchos descubrimientos, etc. Hubo como un antes y un después. Yo creo que el mundo moderno de alguna manera nació en los años 30.

-En ese contexto, tiene lugar la Guerra Civil española.
-Exacto. Es un episodio muy complejo que de alguna manera marcó el futuro. Yo creo que es una gran desconocida y que tiene muchas cosas todavía por contar, de hecho es la segunda guerra que más se estudia a nivel internacional. Ahora ya no tanto, pero curiosamente hace unos años era un foco de atención más para historiadores de fuera que para los propios españoles.

-Quizá es que estaba todo todavía demasiado reciente.
-Claro, pero es que eso para nosotros es otra ventaja. Es un lujo poder tener todavía a supervivientes que cuenten su propia visión de los hechos. Para nosotros es dotar de vida a las historias.

-"Que mi nombre no se borre de la historia" es el título de vuestro trabajo más reciente. De todo lo que refleja ¿con qué te quedas personalmente?
-Yo creo que me quedo con todo el trato personal que tuvimos con los familiares de las chicas fusiladas. Podríamos habernos encontrado con un ambiente en el que anidaran sentimientos de rencor o de venganza, pero curiosamente lo que más nos sorprendió fue la absoluta comprensión de la situación por parte de las familias. Lo viven con dolor, con resignación, pero en ningún caso hay sentimientos de violencia o de venganza.

"Los jóvenes de ahora carecemos de ese idealismo, estamos más a lo nuestro, y tragamos con muchas cosas. Hay asuntos a los que podríamos hacer frente si estuviésemos unidos, como ocurre en otros países"

-Todas las mujeres eran muy jóvenes, es algo que llama la atención.
-Sí, y también la capacidad que tenía la juventud en aquel momento de organización, de lucha política y de unión. Date cuenta de que una organización política como la Juventud Socialista Unificada, estaba en manos de gente muy joven. Carrillo tenía diecinueve años cuando fue Secretario General. Me llama la atención el hecho de que la juventud progresista española limara sus asperezas y se unieran tanto socialistas como comunistas en un frente común. Los jóvenes de ahora carecemos de ese idealismo, estamos más a lo nuestro, y tragamos con muchas cosas, como los contratos basura y otros temas. Son asuntos a los que podríamos hacer frente si estuviésemos unidos, como ocurre en otros países.

-¿Qué añade el hecho de que las protagonistas de esta historia fueran mujeres?
-Es algo digno de destacar el papel tan importante que tuvo la mujer durante los años treinta en España, a partir de la llegada de la República en el año 31. En esa época se reconocieron toda una serie de derechos, el movimiento feminista en Europa llevó a muchas mujeres a ocupar lugares importantes, cargos de liderazgo político en la administración, abogadas; Victoria Kent fue directora de prisiones. La mujer alcanzó un lugar que luego se perdió. En el 39 todo cambió radicalmente en el sentido opuesto.
Hoy en día todo eso se ha olvidado un poco. Parece que las conquistas de la mujer comenzaron a partir de los años setenta y ochenta, y no: ya en el 31 había mujeres que consiguieron muchos de los derechos que todavía hoy reivindicamos. La emancipación femenina y la República para mí van unidas. La República facilitó enormemente esa liberación de la mujer.

-¿Cuánto tiempo estuvisteis trabajando en esto?
-La verdad es que nos llevó bastante tiempo. Hicimos muchísimas entrevistas, teníamos horas y horas de grabaciones. La investigación nos llevó un año, mas seis meses de montaje. Decidimos no ir con prisas, sino mirar a fondo, y sacamos mucho material inédito. Fuimos avanzando como por una tela de araña, un familiar te lleva a otro, a una compañera, a una amiga. Fue un trabajo lento.

"Me gusta poder remitirme a una cosa que sucedió, estudiarla y que me sirva para encarar situaciones del futuro"

-La frase que da título al documental se atribuye a una de las chicas, Julia Conesa. "Que mi nombre no se borre de la historia" es de alguna manera la consigna de todo este episodio.
-Sí. Julia Conesa fue la que acuñó la frase en su carta de despedida antes de ser fusilada. Tuvimos una relación muy estrecha con sus familiares. Ellos conservan todas esas cartas, que nos dejaron leer y filmar, además de todo el material fotográfico. Si de todas las chicas hubiéramos podido tener la misma información que de ella, hubiera sido un trabajo excepcional. Pero no pudo ser. A algunas les perdimos la pista, no pudimos dar con sus familiares.

-Hace muchos años que sucedió todo esto. ¿Sigue presente en la memoria de las personas más cercanas o realmente ya se ha pasado página?
-Curiosamente, las generaciones jóvenes siguen teniendo muy presente lo que ocurrió en sus familias. Sus padres y sus abuelos lo vivieron desde el silencio, como algo que se sabía pero que no se podía comentar, sin embargo los más jóvenes están deseando poder hablar y que se sepa lo que ocurrió. Nosotros lo percibimos no como una herida abierta, sino como algo que tiene que ser conocido desde la positividad para que no vuelva a pasar.

-¿Y qué sacamos de esta historia en concreto de cara al futuro, qué podemos aprender de ella, qué valores encierra?
-Sobre todo idealismo. Eran gente muy joven y lucharon por la libertad. Yo considero que de alguna manera les debemos la democracia que disfrutamos hoy en día. Ellas lucharon sabiendo que ponían en peligro sus vidas y lo que sucedió no les cogió por sorpresa. Si hablas con las compañeras que ahora están vivas, que tuvieron la suerte de sobrevivir a años de presidio y demás, te contarán que ellas ya en su momento sabían a lo que se enfrentaban, tenían plena consciencia de estar luchando contra el fascismo, con todos los peligros que eso conllevaba. Creo que es lo que debemos extraer de esta historia. Desgraciadamente esto sigue pasando hoy en día, en muchos países en que sigue muriendo jóvenes, mujeres, niños. Por lo menos que quede como denuncia. ∆

"Que mi nombre no se borre de la historia"
"Que mi nombre no se borre de la historia"

El 5 de agosto de 1939 trece mujeres, entre ellas siete menores de edad, fueron fusiladas en las tapias del madrileño cementerio del Este. Todas eran militantes de la Juventud Socialista Unificada (JSU), de la que fue primer secretario general Santiago Carrillo. Fue posiblemente uno de los episodios más crueles de la represión franquista, recogido en multitud de libros y películas como la historia de "las trece rosas". Una de las mujeres fusiladas fue Julia Conesa, ovetense de 19 años, que escribe en su última carta: "...Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia".
De sus palabras toma el título el último documental producido por la asturiana Verónica Vigil y José María Almela (Delta Films). Un trabajo para la memoria. ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA