San Martín del Rey Aurelio celebra en otoño las tradicionales
Jornadas Gastronómicas
Los nabos abren
un programa culinario y festivo que se prolongará hasta diciembre.
Q ue la gastronomía
está de moda es un hecho indiscutible. Del puro ostracismo se ha pasado
a una amplia proyección mediática, con programas culinarios que han
irrumpido con fuerza en la 'parrilla' de todos los canales de
televisión. Con formatos diferentes, convencionales algunos, innovadores
otros, gastrónomos duchos en servir al paladar más sibarita dan luz a
creaciones vanguardistas mezcladas con las recetas más tradicionales. De
éstas últimas se sabe mucho en San Martín del Rey Aurelio. Prueba de
ello son los platos gastronómicos de los nabos, les cebolles rellenes y
los pimientos rellenos, institucionalizados como jornadas culinarias a
partir de los años setenta. Desde entonces, cada otoño, los manjares de
la huerta visten los manteles de restaurantes y sidrerías, los días 11 y
30 de noviembre, y 8 de diciembre, respectivamente, regados con un buen
vino, preferiblemente tinto, y acompañados de dulces caseros como postre
final. Los fogones ya están encendidos.
Fotos: Enol Muñiz
Nabos
Cuentan los expertos que los nabos contienen compuestos de azufre muy
eficaces como antioxidantes para la salud. Es más que probable que este
dato no se conociera siglos atrás cuando, según reconoce la sabiduría
popular, los nabos se degustaban bajo el reinado del monarca Aurelio.
Por razones desconocidas, desapareció de la dieta del siglo VIII y se
adaptó como sustento animal hasta que en los años setenta fue recuperado
como plato gastronómico coincidiendo con los festejos de 'San Martín' y
la matanza del cerdo. A partir de ahí se abrió un camino que culminó con
la institucionalización de Los Nabos como fiesta gastronómica, en
Sotrondio, el 11 de noviembre. Cocinados a fuego lento, durante tres
horas, triunfan en la mesa por su compango, a base de chorizo, morcilla,
tocino y cabeza de cerdo.
Cebolles Rellenes
En honor a San Andrés, les cebolles se degustan en El Entrego, cada
30 de noviembre. Rellenas de bonito y con una salsa aderezada con
tomate se han convertido en las 'embajadoras gastronómicas' del
municipio por el protagonismo adquirido en hermanamientos con otros
pueblos y festividades turísticas, donde han dejado alto el listón
culinario. Nada menos que en la 'ciudad que nunca duerme', Nueva
York, y en provincias, como Pontevedra o Ibiza, les cebolles
rellenes han conquistado los paladares más exigentes. El origen de
este plato se remonta a la posguerra española, cuando el ingenio,
agudizado por la escasez de víveres, llevó a ahuecar estas
saludables hortalizas. Desde hace varias décadas les cebolles
rellenes están consolidadas como jornadas gastronómicas.
Pimientos Rellenos
Originarios de Bolivia, Perú y Méjico, los pimientos llegaron al
'Viejo Mundo' de la mano de Cristóbal Colón, en el s.XV, y se
extendieron por toda la península un siglo más tarde. De todas sus
variedades, el más carnoso y de mayor tamaño es el pimiento morrón. A
raíz de una buena cosecha, según cuentan en San Mamés, se inició la
tradición de ahuecar y rellenar esta modalidad de pimiento con carne
guisada. Corrían los años setenta y los hosteleros de Blimea los
incorporaron a su carta de platos el 8 de diciembre, coincidiendo con la
conmemoración festiva de La Constitución. Los pimientos cierran la
'terna gastronómica' de San Martín del Rey Aurelio y, al igual que los
anteriores platos se acompañan de una ración de callos, como entrante, y
casadiellas y frisuelos de postre. ∆ |