lgunos informes colocan a Asturias en el cuarto lugar
entre las comunidades con una mayor tasa de acoso escolar. De esta cuestión
hemos hablado con Gloria Fernández, Directora del Instituto de la Infancia,
Familia y Adolescencia del Principado.
-¿Cuál es la realidad asturiana sobre este tema?
-Hubo cierta alarma social por los casos de acoso escolar y un boom
mediático que no se corresponde con la realidad que existe en las aulas. Por
suerte, hay una sensibilización social muy alta respecto a todos los temas
relacionados con la violencia, y en este caso con la violencia entre
iguales. Según los datos que tenemos de Educación, no se ha detectado ningún
caso de violencia grave o de un acoso severo. Por eso hay que ser muy cautos
con este tipo de informaciones. Tanto la Consejería de Educación como la
Consejería de Vivienda y Bienestar Social decimos que no es una cuestión de
números y que ningún niño tiene que ir al colegio con miedo a sufrir abusos.
A partir de ahí empezamos a poner determinados mecanismos en marcha.
-¿Cuáles son esos mecanismos?
-Se ha puesto en marcha la campaña "Maltrato Cero" para todos los centros
escolares. Vimos que tener un teléfono de atención al menor, veinticuatro
horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año, podía ser un
instrumento que nos permitiera mejorar la detección de las situaciones de
acoso escolar en esos niños que no se atreven a decírselo a un adulto que
pueda protegerlo. Para este servicio firmamos un convenio con la Fundación
ANAR (Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), que ofrecía las
garantías suficientes en cuanto a la profesionalización del mismo y a la
calidad de la atención gestionada. Este teléfono de atención al menor es
gratuito. Hay también una línea de teléfono para adultos, que atiende sus
dudas y ofrece información.
-¿Se han recibido muchas llamadas?
-En el último periodo escolar dicho teléfono recibió 1.152 llamadas. Muchas
de ellas son de orientación a menores que no saben si están viviendo esa
situación. A veces son menores que sólo quieren hablar y contar lo que les
pasa, sólo eso ya les sirve de ayuda para contárselo a su familia, a sus
profesores o al adulto que él considere que puede ayudarle. Unas 975
llamadas, la mayoría, fueron simplemente sobre orientación. Por otra parte
están las llamadas de orientación especial, son las que necesitan abordajes
centrados en la solución de problemas y que exigen una valoración
psicológica. Hay un equipo multidisciplinar que decide si debe intervenir el
psicólogo, el trabajador social o el letrado. De este tipo se recibieron
unas 177 llamadas.
-Se supone que se garantiza la confidencialidad y
anonimato de las llamadas.
-Sí, es lo bueno de este recurso. También hay quien llama y se identifica,
porque pide una ayuda mucho más específica. Cuando se desenmascaran casos
muy severos a través del teléfono, el paso siguiente es ponerse en contacto
con los servicios sociales municipales, o con el Instituto de la Infancia
para que intervengamos.
-¿Quiénes llaman más y de qué edades?
-Del total de las llamadas, el 75% se sitúa entre los 11 y los 13 años; los
chicos sufren acoso a edades más tempranas. Y llaman más las chicas que los
chicos; pienso que a las mujeres nos cuesta menos pedir ayuda, de hecho el
25% de los que llaman son hombres y el 75% son mujeres.
-¿Cuál es el papel de los padres? ¿Cómo influye en los
chavales la educación que reciben?
-Aquí hay muchas cuestiones que influyen. Por supuesto la familia y la
escuela son los agentes educadores fundamentales, pero todo lo que es la
educación no formal tiene una influencia muy grande en los menores, me
refiero desde los medios de comunicación hasta las nuevas tecnologías. Es
nuestra responsabilidad controlar qué hacen los menores en su tiempo libre.
Por otra parte, también tendría que haber una mayor conciencia por parte de
los medios de comunicación y los responsables de los programas de nuevas
tecnologías sobre estos aspectos y para que la educación sea global. Muchas
veces no se tiene en cuenta la edad de los menores a los que van dirigidos
determinados programas o juegos que fomentan la violencia y la superioridad
de unas personas hacia otras. Eso está haciendo mucho daño. ∆
Teléfono
del menor: 900 20 20 10 - Teléfono del adulto: 600 50 51 52