-¿Qué es lo que debe cambiar para que en el medio rural asturiano haya, no sólo más emprendedores, y que además sean jóvenes?
-Hay que hacer atractivo el medio rural. Y eso no significa sólo que existan las ayudas económicas, como las que hay a través de los programas Leader y Proder, sino también que otros servicios lleguen a la población rural. Por ejemplo, un servicio fundamental que hay que desarrollar para todo el mundo, pero que es especialmente atractivo para la gente joven, es todo lo relativo a las nuevas tecnologías en el medio rural, dentro de los programas que tienen tanto el Ministerio como la Consejería de Industria. El convenio de extensión de banda ancha al medio rural va a ser un incentivo claro para ayudar a fijar población, y sobre todo para que los jóvenes del medio rural y del medio urbano disfruten de las mismas condiciones. También hay otra serie de servicios que hay que potenciar y que se están potenciando, como son los culturales.

-Usted siempre aboga porque el medio rural tiene que ser algo vivo y dinámico. ¿De qué depende todo ello?
-Depende de muchos factores, en primer lugar de que la gente se quiera quedar. No podemos condenar a nadie a que tenga que vivir obligatoriamente en el medio rural si no quiere. Ahora bien, tenemos que favorecer desde las administraciones públicas que quien quiera quedarse, lo haga en igualdad de condiciones en relación con el medio urbano. Una de las aspiraciones básicas de la Ley de Desarrollo Rural, en la que estamos trabajando, es precisamente garantizar la igualdad de derechos entre ciudadanos del medio rural y del medio urbano. A partir de ahí, lógicamente, habrá gente que se quiera seguir quedando porque los negocios que tiene son rentables o son interesantes para el medio rural, y habrá quien querrá marcharse porque le apetece vivir en otro ámbito. Si conseguimos esa igualdad de derechos, conseguiríamos seguramente que haya gente en el medio urbano que quisiera irse a vivir al medio rural.

-¿No tiene que haber una correspondencia recíproca entre lo rural y lo urbano?
-Tiene que haber un pacto, una forma de entenderse entre el mundo rural y el mundo urbano. No puede haber una distorsión entre ambos mundos, tiene que haber un pacto de cooperación. Es decir, el mundo rural puede prestar muchos servicios al mundo urbano y el mundo urbano puede prestar recursos para invertir en el mundo rural. Tiene que haber un pacto o un acuerdo de convivencia.

-¿Podría señalarnos algunas iniciativas que estén dando frutos en ese sentido?
-Hay bastantes casos, por ejemplo el desarrollo que se está haciendo de los programas Proder y Leader. Gracias a ello ya se han creado más de tres mil empleos, entre empleo neto y empleo consolidado. Mucha gente ha acudido a estos grupos a solicitar ayuda para algún tipo de negocio a desarrollar en el medio rural, fuera del ámbito puramente agrario y se le ha concedido. La mayor parte de los emprendedores, algunos grupos bastante por encima del 50%, son mujeres, lo cual es un indicativo de que el mundo rural tiene claramente futuro, sobre todo en actividades no ligadas a lo agrario.
En segundo lugar, hay actividades más clásicas como el turismo rural, la elaboración de quesos artesanos, o crianza de pollos de corral... Son actividades que están siendo desarrolladas en unos casos por agricultores que se diversifican, en otros casos se trata de personas que pasaron del mundo urbano al mundo rural, y por último, gente del mundo rural que se quiso desvincular del sector primario y puso otro negocio relacionado con la agroalimentación o similares. Creo que estamos en la buena dirección y que la dinámica es positiva. ∆