ompagina su actividad profesional como responsable
de los Servicios de Salud Mental del Principado de Asturias, con la
Secretaría General de Médicos del Mundo España y su pertenencia a la
Junta autonómica de dicha organización en Asturias. Y desde hace dos
años la presidencia de la Coordinadora de ONGD, una tarea que le resulta
muy enriquecedora.
-¿La presidencia de la Coordinadora es un paso más en
su implicación social?
-Sí, en el caso concreto de la Coordinadora la frase que mejor lo
resume es la de "llueve sobre mojado". Yo dedico gran parte de mi tiempo
libre a Médicos del Mundo España, así que entrar en la presidencia de la
Coordinadora es añadir un factor más en cuanto al compromiso que tengo.
Supone un esfuerzo adicional pero se compensa con el crecimiento
personal que aporta el encuentro con personas de otras organizaciones,
la posibilidad de desarrollar una presencia de portavoz, y tener una
relación institucional más intensiva... Ganas, perspectiva y
conocimiento.
-¿Resulta complicado coordinar a tantas
organizaciones diferentes?
-Personalmente creí que iba a ser más difícil pero sabiendo buscar
espacios de consenso es fácil, porque hay un denominador común en el que
prácticamente todos estamos de acuerdo, que es sobre todo en el ámbito
de la sensibilización social en temas de derechos humanos, de equidad,
del enfoque de género, conceptos generales sobre la cooperación, y en lo
que son campañas internacionales como puede ser la de Objetivos del
Milenio, o la que hemos elegido este año relacionada con la deuda
externa.
-No es la primera vez que algunos medios de
comunicación critican la labor de las ONG, alegando que no dan la talla
respecto a los objetivos que se trazan, ¿cómo se vive esto desde dentro?
-En los últimos tiempos hemos tenido la oportunidad de ver en los
medios de comunicación generalizaciones que a mí me parecen
excesivamente superficiales, banales y carentes de fundamento. De la
misma forma que se hace eso, tampoco sería apropiado decir que todas las
ONG son perfectas, porque eso es imposible. Ahora bien, hacer ese tipo
de juicios que trasladan a la opinión pública una imagen un tanto
negativa no me parece ni objetivo, ni realista. Las ONG estamos
sometidas a una serie de controles, de auditoría externa obligatoria.
Tenemos que justificar todos los gastos ante las entidades que nos
financian, sean estas públicas o privadas. Y aunque soy defensor en su
globalidad del papel de las ONG, también invito a los medios de
comunicación a que entren en la posibilidad de discriminar entre las
organizaciones. Si vamos a escribir en términos generales, hablemos en
términos generales, pero si vamos a sacar de la parte el todo, a mí no
me parece justo.
"No es posible que con el peso de la deuda externa los países del sur
puedan desarrollarse. Esa deuda es impagable y eso lo sabe toda la
comunidad internacional" |
-En el campo de la solidaridad las cosas no son
siempre lo que parecen a simple vista.
-Precisamente ahora que se cumple el aniversario de lo que ha sido
la intervención humanitaria en el tsunami podemos hacer una valoración
muy objetiva del rendimiento que ha dado el dinero que han invertido las
ONG en la emergencia, en ayuda humanitaria, con relación al dinero que
haya podido invertir el resto de lo que se llaman organismos
multilaterales, comunidad internacional, gobiernos, incluyendo a las
fuerzas armadas. Si hacemos una valoración veremos que con poco las ONG
han hecho mucho, y con mucho -por lo menos de boquita- los organismos
multilaterales y los gobiernos han hecho poco. Eso es fácil de constatar
sobre el terreno.
-¿Puede decirse que los gobiernos delegan en muchas
ocasiones sus responsabilidades en las ONG, y sin embargo siempre están
para hacerse la foto?
-Estoy de acuerdo con lo que apuntas. Las ONG, en el caso del Estado
español estamos manejando aproximadamente el 30% de los fondos
destinados a Cooperación Internacional al Desarrollo. Del resto de los
fondos, hay una parte muy importante que va para lo que llamamos la
ayuda reembolsable, los fondos de créditos para el desarrollo, algo que
se tiene por ayuda directa pero que nosotros cuestionamos desde el punto
de vista del valor real que tiene como cooperación. Más bien suponen la
apertura de mercados para empresas de los países que generan esos fondos
en forma de créditos.
Por otra parte también está la idea de que la Cooperación para el
Desarrollo se ha puesto en manos de las ONG. La sociedad no puede poner
todas las expectativas en las ONG, porque es absolutamente imposible que
personas voluntarias puedan suplir deficiencias en coberturas sociales
como las que hoy se están dando incluso en el Primer Mundo. Nosotros no
vamos a acabar con la pobreza en el mundo, ni conseguir las condiciones
básicas de salud o educación, ni de disminución de la mortalidad, ni por
supuesto, modificar las relaciones económicas entre norte y sur que es
precisamente donde está la clave para el desarrollo de los países
empobrecidos.
-Asturias históricamente ha sido muy solidaria. ¿Esta
imagen sigue siendo actual? ¿Se ha mejorado en este terreno?
-Ha mejorado mucho y estamos en un momento que yo me atrevo a
definir de crucial y con expectativas esperanzadoras. Está a punto de
aprobarse la Ley de Cooperación Internacional de Desarrollo de Asturias,
que con algunos retoques que van orientados a darle perspectiva y
ambición a la Ley, puede ser un instrumento precioso y muy eficaz para
el futuro de la cooperación asturiana.
Asturias tiene un plan cuatrienal de cooperación y el mecanismo de
elaboración de ese plan ha sido bastante participativo con un compromiso
parlamentario importante. También hay en ciernes un plan de derechos
humanos importante. Y hemos consensuado entre Coordinadora y Gobierno a
través de la Agencia de Cooperación un código ético de la Cooperación
Internacional al Desarrollo para Asturias.
"Los pueblos ejercen la solidaridad y las
instituciones están obligadas a ejercer justicia. Eso es lo que están
pidiendo los países del sur y lo que pedimos las ONG a los gobiernos" |
-Ante este positivo panorama ¿queda alguna asignatura
pendiente?
-Sí, el Fondo de Cooperación Descentralizada. La generación de un
fondo que recoja donaciones de todas las instituciones y que permita
sentirse partícipe y protagonista de la Cooperación Internacional tanto
a un ayuntamiento grande como al más pequeño de Asturias, relativizando
su aportación y sin embargo permitiéndole estar con toda legitimidad en
el ámbito de la cooperación. Esto es muy importante.
-¿Son suficientes los fondos que el gobierno
asturiano está dando a la cooperación?
-En poco menos de cuatro años casi se han duplicado, y hay un
compromiso de destinar el 0'7% en el año 2007 de los recursos propios de
los presupuestos del Principado de Asturias. Esto comparativamente nos
sitúa dentro de la aportación per cápita en la cuarta o quinta comunidad
autónoma de España, cuando en realidad no lo somos ni en población ni en
recursos reales. Así que no está mal.
-Este año estáis participando muy activamente en la
campaña "¿Quién debe a quién?" que pone en cuestión la llamada "deuda
externa" de los países del sur.
-Es una campaña muy importante, porque no es posible que con el peso
de la deuda externa los países del sur puedan desarrollarse. Esa deuda
es impagable y eso lo sabe toda la comunidad internacional. Los países
del norte, por lo menos los organismos multilaterales, saben tensar
inteligentemente la cuerda ejerciendo la presión suficiente para obligar
a los gobiernos a efectuar modificaciones estructurales en sus mercados,
en su estructura socioeconómica interna. Hay una mercantilización de
servicios públicos, de servicios sociales. Dejan entrar a empresas que
al final expolian de forma intensiva los recursos naturales de estos
países con fuertes agresiones al medio ambiente. Además generan la
deslocalización de las empresas porque tienen mano de obra barata en los
países del sur.
-¿Cuál es entonces la auténtica naturaleza del
concepto deuda externa?
-Al final la deuda externa se convierte en un perverso mecanismo de
incremento del potencial de explotación de los países del sur por parte
de los del norte. Hay cifras concretas que pueden ayudar a entender
esto. Anualmente lo que los países del sur emplean para el pago de la
deuda está por encima de los 450.000 millones de dólares, mientras que
lo que los países del norte están dando al sur en ayuda oficial al
desarrollo es la quinta parte de esta cantidad. Quiere decir que estamos
recibiendo cinco veces más de lo que damos. Con la tercera parte de lo
que el sur paga al norte, con 110.000 millones de dólares anuales,
estaríamos asegurando el sobrecumplimiento de los Objetivos del Milenio
2015. Por eso la pregunta "¿quién debe a quién?" pretende poner en
evidencia la perversión que se esconde detrás del concepto de deuda
externa.
-¿Se podría hablar de un origen de esta deuda
externa?
-Si entramos históricamente en este grosero y cutre último cuarto
del siglo XX que nos tocó vivir, vemos que la deuda externa se empezó a
generar por la crisis económica en la que se vieron sumidos los Estados
Unidos de América como consecuencia de toda la intervención en Vietnam,
y la deuda que fueron acumulando. Había un acuerdo internacional sobre
las paridades monetarias. Los americanos decidieron bajar el valor
monetario del dólar con vistas a mejorar sus exportaciones, y eso
desequilibró todo el comercio internacional. Como consecuencia se
produjo el incremento de los precios del petróleo, la famosa crisis de
los años 70 que luego se consolida en los 80. Esto generó una
acumulación de capital, los famosos petrodólares, que fueron asiento en
cuanto a generación de plusvalía en países del sur. De ahí surgió el
endeudamiento de estos países. Se les dio dinero barato, para que
hicieran lo que quisieran con ello, sin importar que se reforzaran los
estados y los ejércitos de las castas dominantes. Por eso decimos que la
deuda es ilegítima, porque la forma en la que se generó en muchos países
fue dando soporte a estados no democráticos. De ahí que digamos que es
impagable, ilegítima, injusta y que genera unos costes medioambientales
muy altos.
-¿La solidaridad siempre vale la pena?
-Claro que vale la pena. Yo puedo hablar de mi experiencia personal,
de lo que he crecido trabajando con otras personas y otras
organizaciones de países del sur. Me ha servido para ver que las
diferencias entre las personas en cuanto a competencias, capacidades,
condiciones... son mucho más pequeñas de lo que pensamos. Pero por
encima de la solidaridad lo que vale es la justicia. Yo siempre digo que
los pueblos ejercen la solidaridad y las instituciones están obligadas a
ejercer justicia. Eso es lo que están pidiendo los países del sur y lo
que pedimos las ONG a los gobiernos: justicia y no solidaridad. ∆