Texto y foto: Lupercio González
"Somos ciudadanos/as
españoles/as. No somos católicos/as, en ciertos casos porque algunos
cristianos consideran que la Jerarquía Católica ha pervertido el
mensaje, pero no hemos sido capaces de conseguir que nos borren de la
lista de la confesión religiosa, pues, hasta ahora, nos ha resultado
'misión imposible'..."
Así comienza el manifiesto que ha promovido, entre otros, el líder de
Izquierda Unida en Gijón, Jesús Montes. El nos desgrana las razones que
le han llevado a crear este movimiento cívico.
-¿Cómo surgió la idea de este manifiesto?
-Puedo decirte que por una parte representa una posición, no
diríamos radical, sino bastante equilibrada respecto al tema de la LOE.
Nos dimos cuenta de que la nueva Ley de Educación consolida una serie de
privilegios que la jerarquía de la Iglesia Católica ha mantenido
siempre, y no nos pareció apropiado, especialmente viendo el
comportamiento de los obispos, tan explícito en los últimos tiempos, y
conociendo los elementos históricos del papel que la Iglesia ha
desempeñado en otras épocas. Ellos siguen considerándose los amos, los
que están en la obligación de modelar mentes, por eso, un tanto
cabreados, decimos que se nos dé de baja. Pero la Iglesia Católica como
institución y el PP como partido, son dos entes que no dan de baja a
nadie, solamente dan altas. Nosotros no queremos nada con ellos porque
están para defender los intereses y los privilegios de una minoría. Fue
así como acabamos haciendo un manifiesto que titulamos "La multinacional
de Dios", con cincuenta firmas.
"La Iglesia Católica
como institución y el PP como partido, son dos entes que no
dan de baja a nadie, solamente dan altas" |
-¿Creen entonces que la LOE cede mucho terreno?
-Nos pareció que el gobierno de Zapatero estaba de alguna manera
"pasteleando" con unos y con otros, por eso pensamos que había que
reforzar y presionar a IU Federal para que tuviera una posición
ideológicamente más fuerte y más tajante frente a la LOE. Pensamos que
ésta era una ley que debe estar sujeta a los intereses de la inmensa
mayoría, y atendiendo también a los criterios de una gran parte de los
países de la Unión Europea. Es decir, defender lo público. Somos
conscientes de que la Santa Madre Iglesia Católica tiene unos locales,
quizás los mejores y además pagados entre todos. Nosotros creemos que la
religión debería quedarse en esos locales y que la escuela se dejase
para educar.
-¿Qué objetivos concretos persigue este manifiesto?
-Aquí hay situaciones que se vienen manteniendo desde hace mucho
tiempo. El Concordato por ejemplo es predemocrático, de 1969. ¿Qué
sentido tiene que un estado formalmente aconfesional, teóricamente
laico, siga manteniendo un Concordato que establece unos privilegios
enormes? ¿Cómo se puede seguir manteniendo a una jerarquía de la Iglesia
católica, absolutamente reaccionaria, que se manifiesta contra todo
aquello que pretenda dar un paso adelante? Están contra todo: contra los
preservativos, contra el divorcio, contra el aborto... Son una rémora
social. Desde todas esas perspectivas, nos consta que en un tema tan
ideológico como éste, hay miles de personas en España que sería una pena
que no tuvieran un mínimo referente de una fuerza política claramente
laica, claramente de izquierdas y que a la vez sea un contrapeso al
posibilismo del Partido Socialista.
-¿Es un manifiesto ateo?
-No exactamente. Nosotros siempre que nos referimos a los
privilegios de la jerarquía hablamos de los obispos. Somos conscientes
de que en nuestra organización hay personas que firmamos que no tenemos
ningún grado de creencia ni de fe en este sentido, y también hay gente
que firmó ese manifiesto que se consideran creyentes sin más. No fue una
recogida de firmas masiva, pero tampoco se puede decir que aparecen "los
rojos de siempre".
-Hubo ciertas dificultades para difundir el
manifiesto en los medios de comunicación.
-Incluso pagando tuvimos muchas dificultades para que el manifiesto
apareciera en un medio. Yo mismo tuve que firmar haciéndome responsable
de todas las derivaciones que pudieran surgir a partir de su
publicación. Y uno, que tampoco nació ayer, se da cuenta una vez más de
la presión que hay, que a veces se percibe en la calle, y otras veces se
percibe desde otros estamentos. Se nos llegó a decir que el titular ya
es una provocación. Nosotros pensamos que la provocación son un montón
de obispos en una manifestación.
-¿Qué privilegios disfruta la Iglesia Católica que
realmente son anticonstitucionales?
-Ahora mismo la propia LOE creo que tiene aspectos que rozan la
anticonstitucionalidad. El asunto de los conciertos es uno de ellos.
Hasta ahora sobre el tema se venía diciendo que, siendo la enseñanza
pública la base, se podrán hacer conciertos cuando la enseñanza pública
no abarcase de manera suficiente todo lo relativo a la enseñanza. Pero
ahora el tema no es que se puedan hacer, sino que dice textualmente que
se concertarán, no hay lugar a la interpretación. De ahí se deduce que
los privilegios son muchos.
Otra cuestión importante es el tema económico. En la declaración de la
renta todos tenemos una casilla para poner una cruz si queremos aportar
dinero a la Iglesia, pero curiosamente no hay otras posibilidades dentro
del IRPF, es decir, no tengo la posibilidad de elegir colaborar con una
entidad de otro tipo. Además de todo esto, el montón de dinero que fluye
a través del Concordato hacia la Iglesia católica es tremendo.
¿Qué sentido
tiene que un estado formalmente aconfesional, teóricamente laico, siga
manteniendo un Concordato que establece unos privilegios enormes?
-Las iglesias, ¿patrimonio público o privado?
-Yo creo que en este país se puede presumir en gran medida de
multitud de aspectos de una talla cultural inmensa, un parque que
proviene históricamente de la Iglesia. El problema es que cuando te
planteas visitar alguna de ellas, una iglesia pequeña por ejemplo, como
una cuestión de interés cultural, te encuentras con que puedes verla por
fuera, pero no por dentro porque las llaves las tiene el cura. Y si
visitas alguna Catedral, más de lo mismo. Hace poco me acerqué hasta
Cuenca, donde se remodeló la Catedral recientemente y nos encontramos
con que a las siete de la tarde ya no se podía entrar, porque había
culto. Lo que se puede exigir si en ese momento están con alguna
cuestión de culto es que, por deferencia a los creyentes, no se hagan
fotos, no se hable en voz alta, es decir unos mínimos de educación. Pero
no, se opta por cerrar la Catedral. Pero, ¿con qué dinero se remodeló?
Pues con el dinero de Cultura, que es de todos los españoles, pongamos o
no pongamos la cruz. Como contraste, en cualquier país europeo puedes
visitar absolutamente todo de manera gratuita.
-¿Qué teme perder la Iglesia? ¿Por qué no se resigna
a ocupar su lugar, como cualquier otra confesión religiosa?
-La Iglesia pretende mantener, fundamentalmente, su lugar de
privilegio. Aspira a influir de manera directa en los cerebros de la
inmensa mayoría del personal. Si no fuese así yo creo que hay cosas que
no se explican. Su preocupación por mantener este tipo de privilegios es
constante. Si fallece una persona, por ejemplo, por defecto siempre se
le pone una caja con una cruz, no se pregunta primero. Es así, a través
de signos como éste, como dejan perfectamente claro que esto es una
especie de reserva espiritual de dominio de la Iglesia Católica. Luego
se dice que los fundamentalistas son los árabes, pero aquí hay un grado
de fundamentalismo tan alto o incluso más, dependiendo de la zona en que
te muevas.
-Queréis destacar el hecho de que es un escrito que
no está bajo ninguna sigla en concreto.
-Sí. En un principio la gente pensó que era un manifiesto de IU y
resulta que no, aquí no hay ninguna sigla, aquí hay cincuenta personas
indignadas. No se pueden dejar pasar estas cosas, porque si solamente
opinan unos, yo creo que hay una gran parte de la población que se puede
sentir un poco huérfana, sin poder leer opiniones que conecten más con
lo que son ellos, y no sólo viendo y oyendo lo que se les mete en la
cabeza sistemáticamente.
"La Iglesia
pretende mantener el lugar de privilegio que ocupa. Aspira a
influir de manera directa en los cerebros de la inmensa
mayoría del personal" |
-¿Tendrá una continuidad?
-Uno de los aspectos que estuvimos reflexionando, a tenor del
impacto y la sorpresa que de alguna manera creó en la ciudad y en
algunos puntos de Asturias, fue la posibilidad de articular el
manifiesto de una manera abierta, acogiendo a todo el mundo, y siendo
conscientes de que al menos en esta ciudad y también en Asturias hay
muchas personas que no quieren saber absolutamente nada de la jerarquía
de la Iglesia católica. Pensamos si crear algún tipo de asociación, con
gente que tuviera algo de tiempo y que se pudiera poner al frente. Es
una cuestión que no tenemos descartada.
-En algunos casos, los ritos y los preceptos
católicos se siguen más por una cuestión de cultura y costumbre que de
auténtica fe.
-Sí, hay muchas personas por ejemplo que siguen las esquelas. Aún
así, hay razones de carácter histórico muy fuertes que hay que tener en
cuenta para entender este tema.
Aquí hubo una revolución en el 34. El papel de los curas en términos
genéricos siempre estuvo al otro lado de la barricada, nunca con la
gente. Todo esto provocó un nivel de rebeldía y de rechazo tremendo ante
cualquier signo de la Iglesia. Es curioso que si vas al entierro de un
vecino más o menos conocido de la Cuenca, verás mil personas fuera de la
Iglesia y treinta y siete dentro. La gente acompaña hasta la puerta y
espera a que salga el féretro.
-¿Cree que los españoles en general desean colocar a
la Iglesia en el lugar que debería estar, o por el contrario, la mayoría
desea seguir manteniendo esta farsa espiritual?
-Me atrevería a decir que la inmensa mayoría de los españoles están
más en la clave de poner a cada cual en el lugar que le corresponde y
por tanto, también a la Iglesia. Tienen sus locales: que se los paguen;
tienen sus cuotas: que las mantengan, pero no a costa de la inmensa
mayoría de los españoles. ∆ |