-Uno de los compromisos de esta Consejería es que se construirían quince mil viviendas. A estas alturas de la legislatura ¿cuáles son las expectativas reales?
-Nosotros habíamos presentado nuestro programa de vivienda con varias líneas. La primera de ellas era hacer vivienda social, vivienda de protección pública. Nos comprometimos a levantar cuatro mil viviendas hasta el año 2007. En estos momentos ya hay licitadas 2.574 viviendas de Iniciativa Pública y ya se están haciendo los proyectos para las mil que corresponden al 2006. Vamos por encima de lo esperado y creemos que cumpliremos nuestro compromiso. También pensábamos que se necesitaba hacer una política que promocionara el alquiler, por lo que en este tiempo hemos triplicado las ayudas a la compra, y duplicado las correspondientes a la rehabilitación y al alquiler. Esto quiere decir que alrededor de doce mil familias han recibido algún tipo de ayuda, bien para comprar, alquilar, o rehabilitar.

-Para alcanzar la cifra que figura en el acuerdo entre PSOE e IU, de quince mil viviendas con alguna figura de protección, es necesaria la participación del sector privado. ¿Cómo está siendo esta colaboración?
-Es un sector que está respondiendo. El pasado 23 de marzo firmamos el acuerdo que llevábamos meses negociando con la Confederación Asturiana de la Construcción. Hay para ello unos suelos desarrollados, desde el punto de vista urbanístico, en San Claudio, en La Lloral, en Colloto, en La Malata Sur y en La Malata Norte. Estos suelos son suficientes para construir 9.543 viviendas. Ellos se comprometen a tener calificadas como protegidas esas viviendas antes de abril del 2007, y nosotros nos comprometemos a que los municipios de Oviedo y Gijón, que están en el nivel C del orden territorial de la vivienda, pasen al nivel B, lo que les supone una pequeña subida de unos cuarenta o cuarenta y cinco euros por metro cuadrado y vivienda, que no pone en peligro nuestro deseo de que sean viviendas asequibles, pero que les ayuda a ellos a poder calificar de protegidas estas 9.543 viviendas.

-Espera entonces que esta Consejería finalice la legislatura con los deberes hechos en este terreno.
-Sí, vamos a cumplir bastante por encima lo que habíamos previsto. Entre las viviendas que tenemos hasta ahora calificadas, las que hicimos nosotros, las que rehabilitamos y las que va a hacer la CAC hasta abril del 2007, llegaremos a las 18.882 viviendas.
Y va a haber incluso posibilidades de llegar a más viviendas.

-En la problemática de la vivienda no podemos olvidarnos de la gestión del suelo. ¿No tendrían muchos ayuntamientos que "ponerse las pilas"?
-De hecho esas 2.574 viviendas que nosotros fuimos haciendo fue justamente porque los ayuntamientos nos dieron suelo para hacerlas, o lo vendieron a determinadas cooperativas que también hacen vivienda de protección pública. Esta es una de las cuestiones que la CAC considera necesario desarrollar, es decir, agilizar los mecanismos que permiten edificar en los suelos que ya están previstos como residenciales, no desarrollar otros. De hecho este proceso se está agilizando a través de SOGEPSA, que tiene suelos en Oviedo, en Gijón, en Avilés, y otros municipios. Probablemente en los próximos años esos suelos se desarrollen de manera más rápida, sobre todo gracias a la Ley de medidas urgentes de suelo y vivienda que aprobamos en octubre del 2004.

-Se construyen viviendas pero ¿qué va a pasar con las nuevas que actualmente están vacías?
-Nosotros estamos informando y haciendo campañas porque nos interesa alquilar la vivienda que está vacía, de hecho tenemos una agencia de alquiler. La cuestión no es seguir construyendo indefinidamente, sino que el parque de viviendas vacías que hay se vaya utilizando. Hay ayudas del Ministerio de la Vivienda que permiten a los propietarios arreglar su casa, por eso estamos apostando por la rehabilitación.

-Existen programas concretos que están ofreciendo resultados interesantes.
-Sí, hay en este momento en marcha unos programas que en cifras son muy pequeños pero que a mí me gustan mucho: son los programas de rehabilitación de escuelas para vivienda, que estamos haciendo en la zona rural. De esta manera, se matan varios pájaros de un tiro. Por un lado se rehabilita un edificio que suele ser muy apreciado por los vecinos; generalmente ellos mismos estudiaron en esa escuela y no quieren que se pierda. Y por otra parte, se ganan dos o tres viviendas.
También hay una línea de subvenciones que pueden pedir las asociaciones para recuperar un edificio y paralelamente fomentar la participación. También hemos comprado en algunos lugares singulares. Es el caso de las viejas viviendas adquiridas en el anfiteatro de Cudillero, que están siendo rehabilitadas. Es decir, que aparte de la construcción de viviendas y de propiciar que los constructores y promotores hagan vivienda protegida asequible para los ciudadanos, estamos trabajando para procurar que las viviendas vacías se alquilen y que se rehabiliten edificios singulares que de otra manera se perderían.

"En Europa desde hace muchísimos años lo que prima es el alquiler.
Aquí no, aquí la gente quiere tener su casa. Es una cultura difícil de erradicar"

-La "Bolsa de Demanda de Vivienda" ha sido un útil para la planificación de la construcción de las viviendas. ¿Qué valoración podría hacer de ella?
-La Universidad hizo un estudio para nosotros sobre los más de ocho mil demandantes de vivienda en los diferentes municipios. Ese estudio refleja claramente que los demandantes en su mayor parte son jóvenes que se quieren emancipar, o matrimonios jóvenes que quieren tener una vivienda, o personas solteras, o mujeres con cargas familiares. Son personas que tienen salarios bajos y a veces empleos precarios. Nosotros evidentemente tenemos que continuar, primero, con los programas de ayudas al alquiler; y segundo, con la vivienda protegida pública o vivienda social, al margen de que propiciemos otro tipo de viviendas para personas con un nivel económico mayor.

-En todas las promociones es obligatorio el ceder un 10% del suelo para vivienda protegida. ¿Se está cumpliendo este requisito?
-No en todos los casos, pero en general sí. Por ejemplo, de las últimas viviendas que licitamos en Avilés, en Valgranda en un terreno que tiene SOGEPSA, el 10% corre a cargo de VIPASA, nuestra empresa pública de vivienda, que será la encargada de sacarlas a concurso. Es decir, que una parte importante del suelo que nos llega es, o bien porque a los ayuntamientos les interesa hacer vivienda de protección pública y nos lo ceden, o bien del 10% de otras promociones más amplias, como es el ejemplo de Valgranda.

-Desde el 96 en nuestro país la vivienda protegida ha ido disminuyendo ¿Asturias sigue esta tendencia?
-Durante los dos últimos años ese fenómeno se está revirtiendo, quizás por esa promoción que nosotros estamos haciendo de vivienda protegida. Con este acuerdo firmado recientemente con la CAC, en el año próximo va a haber un salto importante de construcción de vivienda protegida, ya por encima de la media nacional.

-Puede ser un modelo a seguir por otras comunidades autónomas.
-Sí, de hecho lo recordábamos recientemente con el Presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción. El decía que no tenía conocimiento de ningún acuerdo de estas características en otra comunidad autónoma. Hay que decir que nuestras políticas de vivienda empezaron cuando llegamos al gobierno en el año 2003. El gobierno de Zapatero llegó en marzo del 2004 y el Plan de Vivienda estatal se aprobó el año pasado 2005, y es un Plan que recoge muchísimas de las líneas que nosotros habíamos puesto en marcha aquí. El presidente de la Confederación Asturiana de la Construcción, en una reunión que tuvo en el Ministerio, nos comentó que nuestra política de vivienda se puso como ejemplo. Es algo que nos produce mucho orgullo.

-La mitad de la renta familiar se destina al pago de la vivienda, lo que ocasiona un sobreendeudamiento en las familias, con hipotecas de más de treinta años. ¿Cómo se está implicando la Administración en este tema?
-Creo que lo fundamental es propiciar que los constructores y promotores hagan viviendas a precio reducido, porque es la manera de que la gente no se endeude para toda la vida. Si una persona puede conseguir una vivienda de 65 metros cuadrados por un precio de catorce o diecisiete millones de las antiguas pesetas, tiene posibilidades de pedir una hipoteca razonable, y no una hipoteca para toda la vida de cuarenta millones. Esa es una de las medidas. Además, hoy muchos promotores que ven que se ralentiza la demanda de vivienda libre, van a entrar en el programa de vivienda protegida. Y eso es lo que va a facilitar que incluso la vivienda libre baje de precio y la gente no tenga que endeudarse tantos años.

-En España, y por lo tanto también en Asturias, por razones culturales el ciudadano se inclina más por comprar su propia vivienda que por alquilar. Es una tendencia opuesta a lo que sucede en el resto de Europa, donde prima el alquiler. ¿Cree que se debería potenciar el alquiler frente a la compra?
-Efectivamente en Europa desde hace muchísimos años lo que más prima es alquilar, la gente vive en esa vivienda alquilada durante toda la vida. Aquí cada uno quiere tener su casa. Es una cuestión cultural difícil de erradicar.

-Los jóvenes son quizás el colectivo que plantea más dificultades a la hora de acceder a una vivienda. Cada vez salen más tarde del domicilio familiar.
-No se van porque no tienen un empleo fijo. Ese es el problema fundamental para acceder a la compra e incluso al alquiler, tener un empleo fijo que les permita garantizar un sueldo. Y todos sabemos que en eso sí que doblamos a Europa. En la UE hay una media de trabajo precario del 13% y aquí estamos por encima del 28%. Es imposible que un chaval que tenga un contrato por tres meses tenga alguna seguridad de que al cuarto mes va a poder pagar el alquiler.

-Ahora mismo ¿por qué es tan cara la vivienda?
-Porque en los últimos años se creía que al hacer muchas viviendas libres iba a bajar el precio, pero no fue así. Quizás una de las razones es que el suelo se encareció mucho.
Durante el gobierno del PP hubo una equivocada política de vivienda. El PP consideró en su día que liberalizar el suelo iba a producir la reducción del precio de la vivienda y fue todo lo contrario. Nuestro hándicap es la subida desmesurada de la vivienda que se produjo, una subida que en estos dos o tres últimos años se está ralentizando. Ahora bien, si se empiezan a construir este año y el que viene estas viviendas de las que hemos estado hablando y si en dos años éstas están en el mercado, inevitablemente esto va a repercutir en una reducción del precio de la vivienda libre. ∆