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SUPLEMENTO ASTURIAS   -  JULIO 2006

Isabel Viña Olay

 Vicerrectora de Infraestructuras y Campus de la Universidad de Oviedo

Femenina y coqueta, aunque no feminista. Así es la imagen de una mujer que en su caminar ha ido rompiendo moldes. Con su sonrisa, su peinado de colores, y su franqueza, Isabel Viña, demuestra que se puede ser Vicerrectora sin renunciar a ser ella misma. Texto y fotos: Isabel Muñiz

Isabel Viña Olay

"Me gustan los retos"

La trayectoria de Isabel Viña dice mucho de esta mujer. Asegura que llegó al vicerrectorado "de casualidad". Desde luego nunca había pensado en esa posibilidad, pero las circunstancias de la vida la fueron conduciendo hasta una responsabilidad que, en muchas ocasiones, es todo un quebradero de cabeza. Casada y con un hijo de dieciséis años, esta gijonesa sabe cuándo sale de casa pero no a la hora que vuelve.
Isabel era profesora en el Campus de Gijón, siendo rector de la Universidad Julio Rodríguez. Tras algún desencuentro con él, participó activamente y durante varios años en una Plataforma de oposición. Al salir elegido el nuevo rector su nombre empezó a sonar con fuerza, y bajo la dirección de Javier Pulgar entró en el Vicerrectorado de Infraestructuras y Campus de la Universidad de Oviedo. El mismo que dirige actualmente.

-Su vicerrectorado es uno de los más comprometidos. Se le pide que haga lo máximo en el menor tiempo posible, ajustándose a un presupuesto. ¿Qué tal se lleva una responsabilidad así?
-Yo normalmente lo llevo bien, aunque hay momentos en los que te afecta más personalmente, o me duelen algunas actitudes, porque aquí hay que aguantar mucho. Cuando las cosas te salen bien y consigues resultados, poca gente te lo reconoce, pero cuando algo no sale, enseguida las voces se levantan para decir que no lo has hecho bien.
Esto exige muchísima dedicación. Pero aquí nadie está obligado y el que está es porque le gusta. Y eso que hay momentos en los que te apetece echar a correr y que no te encuentre nadie, porque este es un vicerrectorado muy complejo y terriblemente duro. Te toca todo siempre, de frente o colateralmente, porque por aquí pasa todo y hay muchos problemas, lógicamente porque tampoco tenemos una economía muy boyante.
Mi marido e hijo no saben muchas veces cuándo me van a ver, pero estoy en un equipo que me apoya, y una aprende a llevar estas cosas. No deja de ser una experiencia.

"Las mujeres nos tenemos que ganar nuestro puesto, no soy amiga de cuotas. Yo no quiero poder por ser mujer, quiero poder porque valga para hacer mi trabajo."

-¿Hay que hacer juegos malabares con los presupuestos?
-Cuando los presupuestos son escasos hay que hacer magia. Eso te lo va dando la experiencia. Yo llevo seis años en gestión, entre vicerrectora y directora de área, y en seis años uno aprende a hacer magia.

-Por su mano pasan los presupuestos de equipamiento de los Campus universitarios de Asturias. ¿Evolucionan en paralelo?
-Relativamente. Hay un Campus que progresa a una velocidad enorme, como nunca lo ha hecho ninguno, y es el de Mieres, que recibe dinero de los fondos mineros. Los sindicatos mineros lucharon para conseguir esos fondos para Mieres y para Mieres son, eso es sagrado. La Universidad nunca ha tenido tanto dinero para equipar un Campus, por eso Mieres progresa en cuanto a equipamiento y gasto muchísimo más rápido que el resto de los Campus.

-Sobre el Campus de Mieres, se han proyectado muchas expectativas ¿no cree que se le pide demasiado?
-Tiene mucho futuro, pero los Campus no se hacen de la noche al día. Por muchas instalaciones y equipamientos que tengas, las cosas necesitan tiempo, las investigaciones, los universitarios, necesitan tiempo para hacerse un nombre y para hacer un Campus que tenga un cierto peso. El de Mieres tiene una gran ventaja y es que tiene mucho dinero.

-Desde su posición, ¿es más fácil ver el vaso medio lleno o medio vacío?
-Me cuesta trabajo verlo ni lleno ni vacío. A veces está casi vacío, porque normalmente la Universidad vive en unas circunstancias económicas duras.
Aunque a veces se vive un cierto desasosiego, tiene su parte bonita, porque tengo un equipo muy bueno que mantiene conmigo una relación muy directa. Eso hace que podamos tirar entre todos, porque lo que sí sería muy difícil sería tirar yo sola. De hecho lo más positivo que me voy a llevar de este cargo cuando lo deje son las relaciones humanas, las personas.

-¿Y qué hará una vez libre de esta "locura"?
-Después volveré a ser la profesora que a mí me gusta ser. Soy profesora de vocación, me encanta dar clase, y ahora por falta de tiempo no puedo hacerlo como me gustaría. Y como soy muy amiga de meterme en líos, universitarios y ajenos a la universidad, me imagino que cuando deje esto estaré un año más o menos relajada y luego por algún lado saldré. Estoy segura que terminaré metiéndome en algún barullo, porque nunca estoy mucho tiempo tranquila.

-De hecho su camino al vicerrectorado empezó con su participación en una campaña de oposición al antiguo rector, Julio Rodríguez.
-Sí. A veces las cosas llegan cuando no las estás buscando. Yo sólo fui buscando, y lo diré siempre, un cambio de rector.

"Este es un vicerrectorado muy complejo y terriblemente duro. Hay momentos en los que te apetece echar a correr y que no te encuentre nadie."

-¿Qué principios fueron los que la movieron?
-No estaba de acuerdo en cómo se gestionaba la Universidad, las formas y las maneras que tenía el rector en ese momento. Las sufrí en mi propia carne y como soy guerrera, guerreé. Lo hice durante los casi cuatro años que estuvo él de mandato. Ahora sigo porque la persona que está ocupando el rectorado es completamente distinta. Tendrá sus defectos, porque ninguno somos perfectos, pero es una persona en la que yo confío y, muy importante, es una persona que confía en mí. Entonces mientras yo confíe en él y él confíe en mí, seguiré aquí mientras él me lo pida.

-¿Ante qué cuestiones saca su parte guerrera?
-Depende mucho, porque yo por ejemplo, no soy feminista. Creo que las mujeres nos tenemos que ganar nuestro puesto, no soy amiga de cuotas. Yo no quiero poder por ser mujer, quiero poder porque valga para hacer mi trabajo. Pero sí considero que las mujeres debemos tener el mismo tratamiento que los hombres, y ante eso soy muy guerrera. Tenemos que demostrar que podemos hacer lo mismo, pero una vez demostrado tenemos que recibir exactamente el mismo trato que los hombres, y a veces no lo recibimos. A mí me ha ocurrido, y yo intento que ninguna mujer que trabaje a mi lado le pase lo mismo. Ante esto sí saco mi parte guerrera.

-Practicó con el ejemplo, estudiando ingeniería de minas en una época en la que prácticamente sólo lo hacían los hombres.
-Hice una carrera que era de hombres y demostré que la podía sacar. Después de mí la sacaron muchas más; antes que yo, menos. En mi época a los profesores y compañeros les molestaba, daba la sensación de que ibas allí a "cazar" a un ingeniero. Y demostré que podía hacer esa carrera, al igual que otras compañeras mías. Me gustan los retos y demostrar lo que puedo hacer. Que me den la ocasión y que den la ocasión a mujeres para que lo demuestren.

-Después de todos estos años ¿qué le ha enseñado la Universidad?
-Pienso que si algo me enseñó a mí la Universidad, fue a saltar obstáculos. Yo a los alumnos les intento enseñar de todo y eso es algo que en la Universidad muchas veces se pierde. Nosotros no solamente tenemos que enseñar una materia, no sólo tenemos que formar ingenieros, sino personas. Y a veces se nos olvida que nuestros titulados tienen que ser personas. ∆

 Breves apuntes…

Un libro
Ahora leo mucho menos, pero el último que me ha gustado ha sido "La cena secreta", de Javier Sierra.

Una afición
La lectura.

Algo que le sonroje
Muchísimas cosas. Me sonrojo con mucha facilidad y no lo puedo controlar. Con cualquier piropo.

Un profesor que haya dejado huella
Carlos Conde. Era el profesor de los que más miedo daba en la Escuela de Minas, pero para mí fue siempre una persona encantadora, y me abrió la puerta de la Universidad.

Qué valora en un alumno
Lo primero, que tenga una cierta dosis de educación, y luego que me hable y se acerque a mí pensando que yo lo voy a ayudar.

Un programa de televisión
La televisión me duerme. Llego muy cansada, y de noche es el mejor somnífero, pero me gustan los programas de entrevistas. Uno que veo y con el que no me duermo, es con el de Jesús Quintero.

Un sueño
Mi único sueño es que mi hijo sea persona.

Un proyecto personal
Ahora mismo mi único proyecto es acabar el mandato. No soy persona de tener proyectos. Voy quemando etapas y viviendo día a día.

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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