Por Alberto Alvarez Peña

En las leyendas y cuentos asturianos el diablu es, en realidad, la cristianización de viejas divinidades o genios del lugar.

En multitud de ocasiones es un "dador" de bienes a la humanidad y conoce muchos secretos que es preciso arrebatarle mediante el ingenio.
Así por ejemplo, se cuenta en Grandas de Salime y otros concejos occidentales que el primer herrero se presentó en la cueva donde habitaba el Demo, es decir, el diablu, y le dijo que en el pueblo ya habían inventado la sierra, a lo que el demo respondió: "Eso es que visteis la hoja del castaño".
"No la vimos, pero ya la veremos", le respondió el herrero, que rápidamente al ver las hojas dentadas del castaño inventó la sierra.
En San Tirso d'Abres el Demo se encuentra con unos hombres aserrando un tronco. Para facilitarles la tarea les tuerce, a un lado y a otro, los dientes de la sierra, y así sierran mucho mejor.
La versión es mucho más cristianizada en Les Regueres y L'Infiestu. El diablu tuerce los dientes del serrucho de San José, aunque en esta historia el diablo intenta hacerle una trastada.
Con la misma astucia, el herrero de nuestra primera versión, le sonsaca cómo forjar el hierro y soldarlo. El demo le contesta que le habrán echado agua arcillosa o escorias de la fragua.
En Euskadi se da la misma leyenda con San Martinico y el Bassojaun (El señor del bosque). En Cangas del Narcea, concretamente en Bisuyu se decía "Martín Fierru Caldiou" y el diablo contestaba: "Cigarra ou arena echou". Y en San Martín D'Ozcos: "San Martín Fierro soldou, terra ou barro lle botou".
Esta vinculación de los diablos o genios del bosque con fraguas y herreros ya aparece en la Europa medieval, por ejemplo en los escritos de Notquero el Belfudo, datados en el siglo XIII
Aunque el Diablo conoce muchos secretos, suele ser muy inocente y fácil de engañar. El hombre, a veces aconsejado por su mujer en los cuentos tradicionales, "más lista que el diablu", siempre sale victorioso. ∆