Revista Fusión

 Subscripción RSS

FUSION también eres tú,  por eso nos interesan tus opiniones,  tus reflexiones y tu colaboración  para construir un  mundo mejor

Recibe nuestras noticias en tu correo

 


 

SUPLEMENTO ASTURIAS  -  ABRIL 2006

 José Andrés Blanco

José Andrés Blanco
Objetivo: Everest

Un accidente de parapente hace doce años le cambió la vida para siempre. Era un ciclista inquieto, aventurero y comprometido. Hoy en día sigue siendo todo eso, y además medallista paralímpico en Sydney. ¿Qué ha cambiado entonces? Ahora, aunque puede caminar, tiene una discapacidad importante en las piernas, y también se ha vuelto bastante más prudente.

Texto: Gerardo Calvo / Foto cedida por J.A.B.

Pues sí. Nada menos que el techo del mundo es el nuevo reto que se ha puesto para 2006 este asturiano incombustible.
José Andrés ya ha sido pionero antes en otros terrenos, y no se asusta ante lo desconocido.

-¿Cómo y cuándo se te ocurrió la idea de ascender el Everest?
-Fue en el año 2002. Estuve haciendo una travesía en bicicleta por el Himalaya que pasaba por el campo base de la cara norte, y me llamó mucho la atención la montaña. Pensé que por qué una persona con discapacidad no podía por lo menos intentarlo.
A partir de ese momento empecé a prepararlo, a reunir los medios, el presupuesto, que es de 24.000 euros, y este año por fin lo he conseguido.

-¿Es uno de los problemas más difíciles, el de la financiación?
-Hombre, sí. No se puede organizar una expedición solo, porque sería demasiado costoso. Lo que hacen las agencias de montaña chinas es facilitarte toda la infraestructura, permisos, el guía… Otras necesidades como el cocinero, o los animales de carga, los compartes con otros montañeros hasta que llegas al campo base.

-Has elegido la cara norte, que no es la más fácil, precisamente. ¿Por qué?
-Creo que para mi discapacidad física es la más asequible porque me coloco en 7200 m. en una aproximación más o menos sencilla.
Tiene el inconveniente de que está más expuesta a las inclemencias del tiempo, pero es que por la cara sur está la cascada de hielo del Khumbu, con su laberinto de grietas y escalas, y creo que para mí puede ser más peligroso.

-¿Piensas llevar oxígeno?
-Sí, lo voy a llevar. Que lo utilice o no, dependerá del momento, pero hemos pensado que no vamos a hipotecar una posibilidad de cumbre por no llevarlo. Además, también hay que saber usarlo. Si te lo empiezas a poner desde abajo, tu cuerpo se acostumbra, y luego aunque no lo necesites, te lo va a pedir.
Se trata de ir aguantando, hasta el límite, entonces lo usas y ahí es donde te va a ser útil realmente.

"Yo voy a hacer esto una vez, no voy a repetir, y siendo así ¿dónde voy a ir? Pues a la montaña más alta. Si tengo suerte y consigo coronar, perfecto, y si no sacaré mis conclusiones"

-¿Te sientes tranquilo con la experiencia montañera que ya tienes?
-Bueno, no soy un montañero al uso, a mí me gustaba la montaña en su aspecto de aventura. Yo me dedicaba a subir a las montañas y luego bajarlas volando en parapente. Tengo experiencia en Picos de Europa y en el macizo del Mont-Blanc.
Hay gente que me dice que no tengo suficiente experiencia, que pruebe con otras montañas más asequibles primero, pero yo voy a hacer esto una vez, no voy a repetir, y siendo así ¿dónde voy a ir? Pues a la más alta. Si tengo suerte y consigo coronar, perfecto, y si no sacaré mis conclusiones, pero no voy a volver al año que viene.

-Te lo planteas más como una experiencia en sí misma que como un asalto a la cumbre, ¿no?
-Exactamente. Como ya me han puesto en alguna página web, "estás acostumbrado a sufrir". Es verdad, y seguramente sufriré bastante, y estoy mentalizado para ello, porque mi hándicap está de cintura para abajo. Tengo las piernas y los pies destrozados, cuando llevo más de seis o siete horas con las botas casi no las aguanto, pero no sé, a lo mejor luego no me va tan mal. Yo por si acaso, estoy mentalizado para una dureza máxima.

-Como discapacitado, tú ya has abierto puertas con las medallas que has conseguido. ¿Crees que aquí también puedes abrir camino para los demás?
-Está claro que nuestro colectivo siempre ha estado muy marginado, aunque ahora parece que se nos empieza a escuchar. Quiero conseguir dos cosas con esto. Por un lado abrir una puerta para todos aquellos discapacitados que están indecisos, para que vean que no tienen por qué limitarse y que se animen a practicar deporte. Por otro lado pretendo que algunas personas se quiten la venda de los ojos y vean que nosotros somos tan válidos como los demás.

-¿Estás siguiendo algún tipo de entrenamiento específico para este reto?
-Yo el deporte no lo he abandonado nunca. Mi base es aeróbica, porque vengo del ciclismo. Lo único que he hecho ha sido entrenar la fuerza. He potenciado el tren superior, brazos, pectorales, y también he ganado unos kilos para aguantar el frío, el hambre y las penurias de la montaña.

-Cualquier persona que intente escalar el Everest, tiene que asumir un importante riesgo, incluso para su vida. ¿Cómo te lo has planteado tú?
-Lógicamente, en eso no pienso. Le decía a Rosa Fernández, que ya estuvo allí, que lo que me daba miedo era, con lo emocionado que estoy, no darme cuenta de que me estoy poniendo malo, de congelación, de edema o de lo que sea. Pero ella me dijo que no me preocupara, porque el sherpa que está contigo se entera en seguida. Eso me tranquilizó, porque no me voy a separar de él, y en cuanto note algo pienso abandonar, no me la voy a jugar.

-¿Has pensado qué vas a hacer si lo consigues, si llega un momento en que te encuentras en la cima del mundo?
-No lo sé, creo que sacaré la bandera nacional, nuestra bandera, la de Asturias, porque pienso subirla hasta arriba, y disfrutaré de ese momento. ∆

   

   
INDICE:   Editorial Nacional, Internacional, Entrevistas, Reportajes, Actualidad
SERVICIOS:   Suscríbete, Suscripción RSS
ESCRÍBENOS:   Publicidad, Contacta con nosotros
CONOCE FUSION:   Qué es FUSION, Han pasado por FUSION, Quince años de andadura

 
Revista Fusión.
I  Aviso Legal  I  Política de privacidad 
Última revisión: abril 07, 2011. 
FA