Foto:
Fusión |
EnergIas renovables en el Medio Rural asturiano
Ante un futuro más o menos
cercano de declive de las energías fósiles, la sociedad debe
prepararse. |
A sturias debe
adelantarse a su tiempo y comenzar a tomar medidas ante un eventual
agotamiento de los combustibles fósiles. El medio rural puede hacerlo
especialmente, dedicando su esfuerzo a promover las energías renovables,
aunque la clave para el futuro está en dejar de perseguir el desarrollo
industrial de nuestras sociedades como si fuera el único camino posible.
Pedro A. Prieto es Vicepresidente de la Asociación para el Estudio de los
Recursos Energéticos (AEREN).
-¿Es Asturias una región
propicia para las energías renovables?
-Para entender si una región es propicia, hay que empezar por estudiar
la realidad de la producción y el consumo actual; lo que supone en gasto o
consumo energético el mantenimiento del actual nivel de vida. Asturias es
una región con 10.604 Km2 y aproximadamente 1.100.000 habitantes. Tiene una
densidad de habitantes por Km2 similar al de la media del territorio
español: casi uno por hectárea. Asturias sólo produce algo de carbón, que va
fundamentalmente a la producción de electricidad pero, como el resto de
España, es absolutamente dependiente de las importaciones para el petróleo,
el gas y los derivados.
Dado que el consumo energético de fósiles en Asturias está en el orden de
los 3,5 millones de toneladas equivalentes de petróleo (ó unos 25 millones
de barriles de petróleo equivalente anuales) y que de una tonelada de
materia seca orgánica (biomasa) se pueden obtener del orden de un barril de
petróleo equivalente, se necesitarían del orden de 25 millones de toneladas
de materia seca para reemplazar el consumo total actual asturiano de
combustibles fósiles, si el reemplazo sólo se hiciese con biomasa.
-¿Y en cuanto a la generación eléctrica a partir de
energías renovables?
-La situación es algo mejor. Asturias es una provincia excedentaria en
producción (18.587 GWh en 2004), respecto de su consumo (10.097 GWh). Sólo
la energía hidroeléctrica satisface, de hecho, un tercio de la demanda. El
resto es todo producción de energía eléctrica basada en el carbón. En cuanto
al régimen de vientos, Asturias se encuentra en una posición intermedia, con
vientos que oscilan entre los 50-100 w/m2 en terrenos accidentados, hasta
los 150-200 en la costa, los 200-400 en mar abierto y los 400-700 en las
colinas y crestas, que en Asturias son abundantes. No obstante, la potencia
instalada de generadores eólicos en la actualidad, apenas es de unos 150 MW,
lo que en condiciones normales genera apenas unos 350 GWh al año, que es
alrededor del 3% del consumo eléctrico propio y apenas un 1% de la
producción eléctrica de la región.
Sin despreciar en absoluto el potencial del sol, que incluso en Asturias es
la fuerza que genera la vida y la mantiene, la generación solar
fotovoltaica, por ejemplo, no tiene futuro en Asturias. La insolación en el
Principado, es apenas de 1.100 KWh por metro cuadrado y año. Esto la coloca
como la más baja de cualquier provincia española. El sol seguirá siendo la
más importante fuente de energía que recibirá Asturias, pero nuestra
encarecida recomendación es que se tome directamente sobre la piel, en
solana, los espléndidos días en que luzca.
"Las energías
alternativas favorecerán al medio rural asturiano en la medida
en que se integren de forma armónica con él y no como
perspectiva de negocio inmediato" |
-¿Hasta qué punto las instalaciones de determinadas
energías alternativas van a favorecer al medio rural asturiano?
-En el contexto anteriormente citado, las energías alternativas favorecerán
al medio rural asturiano en la medida en que se integren de forma armónica
con él y no como perspectiva de negocio inmediato o como "industria",
trasladando el pervertido concepto a energías que, para ser verdaderamente
útiles, deben mantener, sobre todo, un marcado carácter y dimensión humanos.
-Los parques eólicos originan un importante impacto
visual y paisajístico. ¿Dónde está el equilibrio entre el desarrollo y la
preservación de nuestro patrimonio medioambiental?
-El impacto visual de los parques eólicos de tipo industrial, que son
los que parece empiezan a prevalecer, es innegable. La producción comienza
por situarse donde las perspectivas son mejores: los altos de las lomas
entre una depresión y una meseta, por ejemplo, con lo que se ven desde toda
la depresión o todo el valle, o las cimas que vierten aguas (y provocan la
aceleración máxima de los vientos) accesibles a las grandes maquinarias, que
deben subir hasta allí e instalar y mantener sus enormes piezas, con lo que
no sólo no se pueden ocultar, sino que exigen estar "en el podio" para
producir al máximo. La pregunta no es sólo si hay impacto visual hoy. Es
también ¿adónde queremos ir? A mí lo que más me preocupa en la generación
eólica es también la enorme cantidad de recursos fósiles que exige para su
implantación. Y cada aerogenerador de este tipo, exige 150 toneladas de
acero, varias toneladas de cobre, 30 toneladas de fibra de vidrio y mil
toneladas de hormigón, si se hace en tierra firme. Eso es una industria muy
pesada, muy convencional, nada renovable y bastante contaminante. Y lo peor
de todo es que no va a servir para calmar la insaciable sed de crecimiento
industrial que tenemos. El mal está en ese afán de crecer industrialmente
hasta el infinito.
-¿Cree que se debe invertir más en investigación que en
mantener unas fuentes energéticas basadas en el pasado?
-El mantenimiento de las fuentes energéticas fósiles y nucleares es
imprescindible, mientras éstas duren, si queremos seguir manteniendo el
nivel de vida actual, que es de un derroche energético sin precedentes, pero
que tiene muy difícil vuelta atrás. Dejar de gastar en ellas, supondría un
colapso social sin precedentes. El problema se le presentará a la humanidad,
no el día en que estas energías se acaben, sino el día en que sus
producciones mundiales toquen techo y comiencen a disminuir, con una
población en constante aumento y además acostumbrada a crecer cada año.
Invertir en renovables, es pues, una exigencia, para que llegado el momento
de la llegada al cenit, podamos contar con algún recurso alternativo, al
menos para emergencias. Por tanto, en AEREN somos partidarios de invertir,
sí, pero utilizando mucho el sentido común; huimos de las investigaciones
muy costosas y de dudosos resultados, en manos de científicos muy alejados
de la realidad, que sólo buscan perpetuarse en el cargo; nos preguntamos
primero por el fin perseguido; intentamos analizar los objetivos que se
pretenden con claridad y si las alternativas son sensatas, viables o estamos
haciendo castillos de naipes. Investigación, sí, pero con los objetivos
claros. Renovables ¿para qué, para sustentar qué modo de vida? ¿Quo Vadis?
Es decir, ¿a dónde vamos? ∆. |