Texto:
Isabel Muñiz
Perspectiva de mujer
Carmen
González Casal nació en La Felguera en 1964. Estudió periodismo en la
Universidad de Navarra y ha trabajado en diferentes gabinetes de
comunicación, en Burgos, Zamora, Salamanca, hasta regresar a Asturias.
Tiene el arranque propio de una mujer de las cuencas y sus decisiones
rápidas le han llevado a meterse en pequeñas y grandes aventuras de las
que acostumbra a salir airosa. Hace unos cuantos meses, Septem ediciones
le propuso escribir un libro sobre 50 empresarias asturianas. Hoy ya
está publicado "Mujeres con historia", un trabajo que le ha abierto
nuevos horizontes.
-¿Qué has aprendido de las mujeres asturianas?
-Mucho, porque he palpado situaciones bastante duras y
difíciles. Creo que una cualidad con la que yo me identifico bastante,
no sé si es de la mujer en general o de la mujer asturiana, es la
capacidad de lucha. Tal vez en una mujer empresaria es más normal el
pelear las cosas hasta el final y meterse por una pared para conseguir
un objetivo, porque crear una empresa o continuar con una empresa
familiar no es fácil. Tienes que ser muy batalladora, tener mucho tesón,
mucha constancia, ser un poco inasequible al desaliento. Eso me llamó la
atención en la gran mayoría de ellas.
Pienso que la mujer tiene la capacidad de enfrentarse a las dificultades
con más generosidad y con más sacrificio que el hombre.
-Como mujer en el mundo del periodismo ¿sientes algún
compromiso hacia tu género?
-Esta experiencia me abrió o me planteó esa idea, antes no había
pensado en ella. Soy feminista, pero no en el sentido de intentar
equiparar la mujer al hombre porque me parece que cada uno tiene su
papel. De lo que se trata es de poner a la mujer en el lugar que le
corresponde, ya que por distintas situaciones en la vida la mujer ha
estado relegada de la actividad política, social, etc. Estoy encantada
de haber tenido esta oportunidad que me abrió los ojos a un campo muy
bonito: el trabajar para poner a la mujer en el lugar que le
corresponde.
"Mucha gente ha
hecho de los medios de comunicación un dios y todo lo que
les dice la televisión va a misa. Yo pienso que hay que
tener más sentido crítico" |
-Recorriste varios puntos de la península antes de
regresar a tu tierra. ¿Por qué has vuelto?
-No lo sé, yo creo que esto le pasa a cualquiera. La verdad es
que la asturianía la llevo muy dentro, me tiraba mi tierra y decidí
volverme para acá.
-¿El hecho de ser de las Cuencas marca el carácter?
-Creo que sí. Lo he experimentado ante reacciones que tengo, como la
rebeldía interior ante injusticias. Soy muy sensible a la injusticia y
pensaba que era una cosa mía, pero al regresar a Asturias me he dado
cuenta de que es algo muy marcado en la gente de esta zona y en la gente
de las Cuencas. Es gente muy luchadora, muy peleona.
Por otro lado, me canso un poco de las cosas, necesito variedad, y eso
es algo que el periodismo te da.
-¿La vida es una aventura cada día?
-Yo me lo planteo así. Me motiva estrenar cada día, tener una
oportunidad. Y aunque todos tenemos nuestros días peores, y el tiempo a
los asturianos nos influye bastante, me planteo la vida con ese sentido
positivo, con un poco de aventura, de escribir una nueva página.
-¿Qué es lo que no encaja con tu parte periodista?
-Las injusticias y también la falta de verdad. Me encuentro
impotente ante la gente que miente, que manipula la verdad y eso me
produce mucha desazón porque a veces es tu verdad contra la mía, y no
tienes armas para pelear. Me gustan las cosas claras y la verdad por
delante, cuando eso no lo veo me inquieta.
-En una sociedad como ésta ¿de qué crees que es
importante informar?
-Sobre todo de la realidad, porque ahora mismo la información es
muy tremendista. Hay que contar los sucesos porque realmente pasan, pero
la realidad es también mucho más amplia.
-El mundo de la información tal y como está diseñado
¿incentiva el espíritu crítico?
-Sí y no. Pienso que sí, porque es mucho más fácil demoler que
construir, pero a la vez pienso que no, porque mucha gente ha hecho de
los medios de comunicación un dios y todo lo que les dice la televisión
es como si fuese la palabra de Dios y va a misa. Yo pienso que hay que
tener más sentido crítico, no todo lo que digan los medios de
comunicación tiene porque ser así.
"Me
gustan las cosas claras y la verdad por delante, cuando eso no lo veo me
inquieta"
-¿Qué programas abolirías?
-Toda la tele-basura por supuesto. Me parece que hace mucho daño
a la persona como tal y no aporta nada, claramente.
-¿Algún programa que te guste especialmente?
-El programa de Enfoque de La 2. Me parece que está bastante bien
llevado, y aunque generalmente yo no soy muy partidaria de los debates,
en este caso el moderador modera, no se deja comer por los demás y lleva
personas de peso que aportan argumentos consistentes. Me gustan las
opiniones que se pueden crear en igualdad de condiciones. Es un programa
con objetividad y que respeta la verdad.
-¿La noticia tal cual es o matizada desde el color de
cada uno?
-Me gusta la noticia tal cual es pero quizá contada de una forma
bonita, y eso no quiere decir faltar a la verdad. Ahí está también la
profesionalidad del periodista.
-Ahora has dejado un mundo conocido para enfocarte hacia
una aventura: la literatura.
-Sí, me aparté, no por comodidad, porque hay que estar ahí y
pelear las cosas, pero la política es un mundo un tanto movedizo y
tienes que tener mucha cintura que quizá yo no tengo.
A veces tienes que comulgar con cosas que no te gustan, yo prefiero
denunciarlas, y si no puedo denunciarlas me dedico a otras cuestiones.
Escribir me gusta porque se trata de no faltar a la verdad del personaje
pero es un ejercicio más sereno, más tranquilo.
Ahora tengo dos proyectos a la vista, uno de ellos es una novela
histórica que ya estoy perfilando, aunque tampoco quiero hablar de ella.
"La mujer tiene la
capacidad de enfrentarse a las dificultades con más
generosidad y con más sacrificio que el hombre" |
-De las cincuenta historias de mujeres que recoge tu
libro ¿cuál es la que más te impactó?
-Me tocaron a veces cosas pequeñas de muchas pero ahora mismo me
vienen dos a la mente, quizá por la dureza de las historias y las
respuestas de las protagonistas. Una es Aurina, de Aurimotor en Llanes,
una empresaria de la mecánica del coche. Tras una vida con muchas
dificultades y una enfermedad grande, su marido le deja cuando ya había
creado el negocio. Ella queda en la ruina pero remonta con una gran
capacidad de afrontar golpes, de luchar, de sobreponerse como si nada.
También recuerdo la historia de una empresaria de Gijón que levantó una
empresa de recursos humanos por querer sacar a su marido del hoyo en el
que se encontraba por un mobbing en la empresa. Su marido estaba
francamente mal, tenía que apartarse de la empresa pero para que
remontara era necesario que siguiese trabajando en algo que él dominase,
y era el tema de los recursos humanos. Ella, que era pintora y trabajaba
tranquilamente en su casa, dejó todo eso y empezó a situarse en ese
tema. Se puso en contacto con grandes figuras de este tema, uno era
francés y el otro americano, y creó su propia empresa. Es una mujer con
una sensibilidad, con un aplomo, una serenidad que me llegaron muy
hondo. Me gustó mucho como mujer y como persona.
-¿La mujer imprime en el trabajo alguna característica
distinta por el hecho de ser mujer?
-Sí, la mujer quizá por su intuición, porque tiene una
sensibilidad, es más proclive a crear relaciones personales. Allí donde
trabaja suele hacerlo en equipo, huye de ser la superjefa que está en su
silla y dirige. Es más negociadora.
Durante muchos años estuvo relegada a la familia, y el gran reto que hay
ahora por delante es que los poderes públicos ayuden a la mujer a
conciliar su dedicación laboral con la personal. El hombre nunca lo ha
hecho, y a la mujer siempre le toca más carga familiar porque por
constitución, hasta psicológica, es capaz de compatibilizar muchas cosas
a la vez. ¿Qué ha estado haciendo la mujer durante muchos años?
Organizar la economía familiar. Si ella ahora mismo, porque le facilitan
la vida los poderes públicos, se pone a organizar una empresa, sabe
hacerlo perfectamente, porque ha estado haciendo eso durante muchos
años, lo que pasa es que es un papel oculto.
Además a una mujer no se le caen los anillos. Por ejemplo, en el tema de
la restauración de la hostelería y aunque sean las directoras de un
hotel, si un día tienen que hacer camas o fregar, pues lo hacen y no
pasa nada.
Por otra parte, quizá por esa capacidad de ser madre, tiene más
paciencia, más dedicación, no se inquieta tanto ante una falta de fruto
inmediato sino que sabe correr más de fondo.
-¿Qué va a ganar la sociedad con la incorporación de la
mujer?
-La mujer es complementaria al hombre. En la medida que la mujer
está siendo más protagonista se humaniza más la sociedad. Pienso que es
una aportación muy necesaria.
Es importante ayudar a que la mujer realmente esté ahí y pueda
compatibilizar todo, porque es una realidad de la cual no se apea. Lo he
visto en muchos casos, la mayoría son mujeres con un trabajo, una
familia de dos, tres, cuatro hijos y muchas cuidando a padres mayores.
-Se trata de conjugar la vida profesional y la personal.
¿Cómo lo llevas tú?
-Como la llevan estas cincuenta mujeres a las que he
entrevistado, intentando priorizar. Mi vida personal es bastante
importante y procuro que el trabajo no me absorba de tal manera que
anule mi vida familiar. No es fácil, es cuestión de prioridades, y a
veces tienes que renunciar a algunas cosas. ∆ |