COLLOTO

A las puertas de Oviedo, Colloto crece a un ritmo constante sin renunciar a su pasado, y a la vez asumiendo las condiciones de un futuro lleno de riqueza y posibilidades. / Texto: Marta Malde

Cada vez son más las personas que buscan un lugar tranquilo en el que poder vivir sin necesidad de renunciar a cualquiera de los servicios que ofrecen las grandes ciudades. Colloto crece manteniendo su identidad rural, a la que ha sabido añadir, con grandes dosis de sabiduría y buen gusto, ingredientes de ciudad: una amplia variedad de servicios, instalaciones deportivas, centro social o zonas comerciales. No falta de nada. Pero sería engañoso pensar que ya está todo hecho. El progresivo aumento de la población sumado a la demanda de más infraestructuras y servicios por parte de los vecinos hace que el crecimiento se mantenga de manera equilibrada, al mismo tiempo que no permite que las administraciones públicas se olviden de todo lo que queda por hacer. En la actualidad existe un plan de vivienda que prevé la construcción de 2.130 pisos y 362 chalés que triplicarán la población actual de Colloto.
Además de su situación privilegiada, a diez minutos del centro de Oviedo, Colloto cuenta con otro punto a su favor: la proximidad a dos polígonos industriales, Espíritu Santo y Águila del Nora, lo cual favorece la centralización de una parte importante de la población en Colloto. "En esta zona, la gente siempre estuvo vinculada a grandes industrias -comenta Julio Álvarez, Presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes Santolaya-. Ahora estamos experimentando un crecimiento casi vertiginoso de las empresas que se están asentando aquí, teniendo en cuenta que, en esta zona, el metro cuadrado de suelo industrial es el más caro y el más solicitado de toda Asturias. Cualquier terreno que se destine aquí a estos fines se lo quitan de las manos". La proximidad a Parque Principado y la reciente inauguración de Ikea es también un atractivo que facilita el acercamiento a Colloto. Las infraestructuras es un tema que preocupa a los habitantes de Colloto. "Es la asignatura pendiente, especialmente a nivel de comunicaciones y mejoras en los viales porque las carreteras están saturadas". "Por otra parte, el Centro de Salud se queda pequeño debido al incremento de la población -continúa Julio Alvarez- y también estamos haciendo hincapié en el saneamiento de una parte de Colloto como son las Folgueras en Siero. Queremos además que se supriman los pasos a nivel ferroviarios y que realicen la adecuación del Puente de las Folgueras, que es muy estrecho y no reúne las condiciones para el tráfico que está soportando".
Uno de los rasgos fundamentales de Colloto es pertenecer a dos municipios. Oviedo y Siero se reparten las competencias de gestión, cosa que no siempre repercute de manera positiva en los vecinos de ambos ayuntamientos. "Muchas veces no está muy claro a dónde hay que acudir -comenta Julio Álvarez- y esto crea lagunas en todos los órdenes y sentidos de la vida, sobre todo en temas de seguridad, ya que dependiendo de la zona, actúan distintos cuerpos de seguridad. También los planes de urbanismo son distintos, al igual que los servicios sociales, las prestaciones y la asistencia". Independientemente de la ubicación física de las casas o los negocios, los vecinos de esta zona no tienen duda al afirmar que ni de Oviedo, ni de Siero, ellos pertenecen a Colloto.
Con el verano y la celebración de las fiestas, las calles de Colloto experimentan una explosión y una gran afluencia de gente. El primer domingo de julio, se celebran las fiestas de San Antonio. Un encuentro que a lo largo de cinco días mantiene viva la tradición y las ganas de pasarlo bien. Estas fiestas, que se celebran desde primeros de siglo, tienen el sello de los antiguos festejos que se celebraban en los pueblos. El viernes, primer día de fiesta, se abre el telón con la presentación de la reina y las damas de honor. El sábado se impone la tradición del bollu y la botella de vino. "Es un día dedicado a los socios -comenta Moisés Colón, miembro de la Sociedad de Festejos de San Antonio-. Las familias se suelen sentar bajo el entoldado a comer el bollo y el vino acompañados siempre por la música de algún grupo folclórico. Después de comer el bollo y productos típicos se celebra la primera romería y posteriormente la verbena". El domingo se inaugura con la misa dedicada a San Antonio de Padua. El resto del día transcurre tranquilo entre comidas familiares y la romería de la noche. El lunes se dedica a los jubilados y los niños. Bailes, sorteos y encuentros gastronómicos para los más mayores, mientras que los pequeños contarán con un espectáculo de magia que los dejará con la boca abierta. Este día hay que acostarse pronto para retomar fuerzas de cara al martes, otro de los días grandes. "El martes es cuando solemos entregar unos 3000 bollos a los socios y a los colaboradores", comenta Moisés Colón.
La importancia de esta celebración ya no sólo radica en tomarse unos días de descanso, sino en saber que se está fomentando el patrimonio social de la zona. "Estas fiestas hacen que no se pierda la tradición. La mantienen. Colloto está a dos kilómetros de Oviedo y el flujo de gente es muy grande. Junto con Nava y Tiñana, debemos ser la segunda capital de las sidrerías. Está a caballo entre lo que es un pueblo y lo que es un barrio. El barrio está formado por la gente que ha venido de fuera a vivir, y el pueblo lo forman las personas que son de aquí de toda la vida. Estas fiestas ayudan a conservar los valores propios del pueblo. Todo el mundo se junta, se conoce y así no se pierde la familiaridad". ∆

La voz de Colloto
Debido al gran crecimiento de esta zona, los vecinos de Colloto consideraron necesaria la creación de una asociación que aunara sus voces a la hora de realizar cualquier demanda o denuncia. Así nació en el año 99 la Asociación de Vecinos y Comerciantes Santolaya. "En aquella época se intuía el crecimiento importante de la población debido a la instalación de Parque Principado y de los polígonos industriales -comenta Julio Álvarez, Presidente de la Asociación-. Esto iba a ser un revulsivo importante y queríamos tener voz propia a la hora de contar la problemática que tiene esta zona, al pertenecer a dos municipios distintos". Desde el año 99 hasta el 2005, esta Asociación ha mantenido unas magníficas relaciones con los Ayuntamientos de Oviedo y Siero, lo que les ha ayudado a que proyectos y planes presentados a las distintas administraciones se transformaran en realidades.
Ahora mismo, aunque se han dado muchos pasos y el crecimiento de la zona es un beneficio del que deben cuidar tanto los vecinos como las administraciones, las necesidades siguen siendo grandes. Por ello la Asociación Santolaya sigue en la brecha poniendo sobre la mesa las asignaturas pendientes. "Debido a las instalaciones comerciales e industriales hemos notado un crecimiento ostensible del tráfico y un aumento de la inseguridad tanto ciudadana como en el tema de circulación -continúa Julio Alvarez-. Ya hemos tenido varias reuniones con los responsables del tráfico en Oviedo y Siero pero nos preocupa la desproporción entre infraestructuras y el tráfico rodado. También queremos conseguir para el pueblo mejoras en saneamiento. Aunque en la zona de Oviedo todas las viviendas cuentan con saneamiento propio, en Siero vamos un poco más retrasados. Nos queda el barrio de las Folgueras, que está pendiente de la instalación de saneamiento, a pesar de haber firmado un convenio en el año 2001".
A la hora de hablar de objetivos de cara a un futuro no muy lejano, Julio Álvarez tiene claro hacia dónde enfocan su lucha. "En la zona de Oviedo queremos restaurar el edificio de la fábrica Cima porque consideramos que puede ser una buena infraestructura a nivel cultural y social al servicio de la localidad. En Siero es donde más nos estamos volcando, sobre todo en la zona más próxima a Parque Principado ya que hace cuatro años que está aprobado todo el tema del saneamiento y todavía no han hecho nada". ∆