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SUPLEMENTO ASTURIAS   -  JULIO 2005

JOSE PERALS CALLEJA

 Fiscal Antidroga de Asturias

JOSE PERALS CALLEJA


Texto y foto: Lupercio González

Educación preventiva

Lleva ya un año al frente de esta fiscalía. Le gusta su trabajo, es tenaz y no escatima su entrega para que su labor dé los frutos que la sociedad espera.

Durante más de dos años fue la mano derecha de José Luis Rebollo, al que sustituyó en este cargo. "No hay nada más saludable -comenta José Perals Calleja- que hacer lo que a uno le gusta. Esta me pareció una materia muy buena y muy apropiada para especializarme".

-¿Qué panorama de consumo y distribución de estupefacientes nos presenta Asturias hoy?
-Los datos son similares a los del resto de España. En cuanto al consumo, Asturias no destaca. Desgraciadamente el consumo de todo tipo de sustancias es mayoritario entre adolescentes, sobre todo del cannabis, la cocaína y el éxtasis, y hay poco consumo de heroína. Cada ciertos meses los fiscales antidroga de toda España nos reunimos y coincidimos prácticamente en todo, incluso en cuanto a las incautaciones. Por ejemplo España sí difiere del resto de Europa en cuanto al consumo de cocaína, que es doble en nuestro país, y lo mismo ocurre con el hachís. Eso sí que nos causa preocupación a todos, pero en cualquier caso no es una cuestión sólo del territorio de Asturias. Como responsable antidroga nunca me canso de decir que el consumo es muy elevado, sobre todo en chavales de doce, trece y catorce años. Estas cosas nos demuestran que realmente hay un fracaso en el sistema vigente hasta ahora.

-Desde su punto de vista ¿qué impulsa a una persona a consumir droga?
-No lo sé, posiblemente no soy la persona más idónea para responder, quizá fuese mejor un sociólogo o un educador, o un profesor de instituto, que seguramente conoce mucho más de cerca esa realidad. Cuando voy a algún instituto a dar charlas a los chavales, veo lo que hay, pero no con la crudeza con que lo vive un profesor. Lo que sí se nota es que han cambiado los hábitos. La sociedad se ha vuelto más materialista y consumista que hace veinte o treinta años. Además, en la educación no se potencian otro tipo de valores, como la naturaleza o el deporte. Hay también más riqueza y eso conlleva que los chavales de trece o catorce años tengan más medios económicos y se puedan pagar una dosis de cocaína, o unas pastillas de éxtasis. Ante el materialismo, la contrarreacción de los chavales es decir: la droga es lo que nos queda. Por otro lado, tienen un concepto equivocado sobre lo que es evadirse e ir contracorriente. Ellos empiezan con el hachís porque todos lo consumen. Aunque las estadísticas digan que en una clase el 30 ó 35% son consumidores, hay determinados institutos o colegios en los que la cifra llega a ser el 100% ó el 98% de una clase. Y lo encuentran normal, lo encuentran habitual.

"La frase: "Dí no a las drogas", ya no es suficiente. Hace falta más imaginación por parte de los responsables de sanidad"

-¿No cree que falla la responsabilidad de los padres?
-Creo que la responsabilidad es de todos. No me gusta decir de los padres sólo, porque además los chavales pasan mucho tiempo en el instituto. A lo mejor también es responsable la policía local que controla el consumo en la calle. A lo mejor es responsabilidad de los políticos, de esos que con un falso progresismo hablan de que fumar porros no significa nada, cuando por otro lado los responsables de sanidad están diciendo lo contrario, que es muy perjudicial. Estamos viendo una Ley Antitabaco de un partido que es progresista, y nadie tiene que dudar de su progresismo porque esté estableciendo determinadas prohibiciones, si entiende que el tabaco ocasiona unos daños claros a la salud. El cannabis lo mismo, y qué decir la cocaína o el éxtasis. Hace poco salía publicado un estudio en un periódico de ámbito nacional sobre los daños que provoca el consumo de éxtasis, explicando que dos de cada tres personas que lo han ingerido, al final desarrollan enfermedades de tipo mental, depresiones, esquizofrenias... Pienso que lo que falla es la educación.

-¿Son suficientes y efectivas las campañas de concienciación e información sobre esta problemática?
-No, porque evidentemente si sigue habiendo más consumo es que esas campañas están fracasando. ¿Que está bien que estén ahí? Pues sí porque si no, posiblemente, el consumo sería mayor. Quizás habría que exigir más imaginación para convencer, educar y dar ideas. La frase: "Di no a las drogas", ya no es suficiente. Hace falta más imaginación por parte de los responsables de sanidad. Falta una mayor concienciación, más educación en los institutos, pero no ya por los educadores o los psicólogos, sino por policías, por fiscales, por jueces, que saben lo que son las drogas. O por médicos de centros de salud mental, que ven lo que es un esquizofrénico, lo que es una persona que ha consumido droga. Incluso se puede visitar el centro penitenciario Villabona, el módulo terapéutico, donde se ve a gente que ha acabado ahí por culpa de las drogas. Por otro lado, por mucha educación que haya -que yo creo que los chavales hoy día están educados- ellos son conscientes que el consumo del cannabis o la cocaína es peligroso, pero aún así asumen el riesgo. Es como esa reacción de la adolescencia en contra del sistema, lo que pasa es que ahora hay una sociedad mucho más consumista, más materialista que hace 20 ó 30 años y ellos tienen unos medios para conseguir drogas que antes no tenían.

-Se ha llegado a decir que más del 70% de los delitos que se cometen están relacionados con la droga. ¿Qué hay de cierto?
-Es cierto en parte. Realmente esas cifras han bajado porque se refieren a los años 80 con la heroína. Y es cierto que había un gran nivel de delincuencia porque los drogadictos no tenían el dinero para conseguir las dosis. Precisamente es lo que comentaba antes, ahora los chavales no necesitan robar o atracar para conseguir el dinero. Hay quien piensa: "Démosles las drogas para que así no tengan que robar y nos dejen tranquilos. Si desgracian su vida en el mundo de las drogas no va conmigo". Pensar que legalizando las drogas no habría delincuencia es también una hipocresía social.

"Cuando aparece droga es noticia de un día o de cinco segundos, sin embargo ha requerido meses y meses de investigación, de seguimiento, de vigilancia silenciosa que nadie conoce, pero que existe"

-De hecho hay gente a favor y en contra de la legalización. ¿Dónde está la salida?
-No sé donde está la salida. Sólo sé que la menos mala, creo, es la que hay ahora mismo, sobre todo en lo que se refiere a fomentar aún más la prevención. Es cierto que todas las drogas que hoy están prohibidas han sido legales, desde la cocaína y el cannabis, hasta el éxtasis, pero al cabo del tiempo se ha visto que no son buenas para la salud. Lo estamos viendo con el tabaco. No se está realizando una prohibición radical, porque se sabe que eso es imposible y que originaría aún más delincuencia. Lo que se está intentando en este caso es lo que se debería hacer con el resto de las drogas: la educación. Una prohibición efectiva en cuanto al consumo, pero sin convertirla evidentemente delictiva, y paralelamente ir convenciendo a la gente, con educación y con prevención, de que el tabaco es malo, y de que las drogas son ilegales porque son malas. El tabaco en España ocasiona unos 50.000 muertos al año. La cocaína, si se legalizara, generaría eso y mucho más.

-¿Hay suficientes leyes para luchar contra el problema de la droga?
-Desgraciadamente no. Y se hace mucho, sobre todo desde el ámbito internacional. Se ve que hay una concienciación en la lucha contra las drogas, especialmente a la hora de ir a por el dinero de los grandes traficantes. A nivel de España hay una cosa que siempre critico, y es la necesidad de unas reformas procesales. Hay procedimientos que se eternizan en los juzgados después de una buena investigación policial. Sin embargo los juzgados marcan unos plazos y unos trámites que realmente son del siglo XIX, no del siglo XXI. Si permitieran que los procesos fueran más ágiles los traficantes tendrían una respuesta inmediata. A veces vemos en los medios de comunicación que pillan a alguien y como pasan los plazos de prisión provisional tienen que quedar en libertad porque el sumario no ha llegado al juicio.

-Los recientes decomisos en Villaviciosa son un ejemplo del nivel de eficacia policial que existe, a pesar de lo sofisticado de los métodos de los traficantes.
-Evidentemente hay una labor diaria de la policía que no se conoce. Los datos que tienen son fruto de lo que van detectando, y a veces son investigaciones laboriosas. Luego, cuando aparece un alijo, como el decomisado en la Piedrona, en Villaviciosa, es noticia de un día o de cinco segundos, sin embargo ha requerido meses y meses de investigación, de seguimiento, de vigilancia silenciosa que nadie conoce, pero que existe.

-¿Hay que tener fuerza y tenacidad para luchar todos los días en este terreno?
-Sí. La labor de la justicia es a veces cansada y hay que ser tenaz en el trabajo, tanto los jueces como los fiscales en todos los ámbitos. En el caso de la lucha antidroga a lo mejor es un poco más, porque son operaciones grandes, con muchísimos acusados, con abogados pagados por narcotraficantes, que evidentemente plantean muchas más cuestiones que los de otra persona. Son sumarios muy grandes, muy pesados. Dentro de poco empieza un juicio de unos veinte acusados, porque son organizaciones, y eso no es habitual. Pero eso a nivel personal tampoco importa, porque me gusta mi trabajo y por ello no me voy a quejar.

"Las últimas operaciones que han salido a la luz se han llevado a cabo precisamente gracias a las denuncias de los ciudadanos"

-¿Ha sentido miedo por algún tipo de amenaza?
-No, personalmente no. Yo estuve destinado en Barcelona y en Bilbao y quizás pueda decir que en Bilbao sí he sentido más temor que en Asturias.

-¿Le preocupa su seguridad?
-Personalmente ahora no. Mi situación es igual a la de cualquier otro fiscal. Hay fiscales, por ejemplo, que se dedican a cuestiones de violencia doméstica que pueden ser atacados por una persona que se considere maltratada por un fiscal o un juez. Pero tampoco hay que dramatizar este trabajo nuestro. Quizás está influido por las películas americanas, e incluso ahora por los telefilmes españoles.

-¿Cómo calificaría el nivel de colaboración ciudadana?
-A veces los ciudadanos pueden caer en la equivocación de creer que nadie hace caso de sus denuncias. Y no es cierto. Las últimas operaciones que han salido a la luz se han llevado a cabo precisamente gracias a las denuncias de los ciudadanos. La policía toma nota de esas llamadas que dicen que en determinado bar se está vendiendo droga y hace sus comprobaciones. Lo que no hace es entrar en ese bar directamente esa misma noche, sino que investiga. En la operación de la Piedrona se incautaron 300 kg de cocaína gracias a que se denunció que en tal sitio se estaba vendiendo droga. Lo que sucede es que para llegar hasta estos 300 kilos hay que seguir una cadena de investigación que a lo mejor lleva cinco o seis meses. Entiendo que en estas cosas a veces es difícil el pedirles paciencia a los vecinos, pero en una investigación hay que ir tirando de la cadena hasta llegar a las personas que introducen la droga. ∆

   

   
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