osé Luis compite en
los seis aparatos y en todos consigue buenos resultados. Es uno de los
dos asturianos que hay en la selección. Ellos llevan el prestigio del
Principado por todo el mundo.
-Tú trabajas todos los aparatos, pero ¿qué es lo mejor
para un gimnasta?
-Yo hago siempre los seis aparatos. Hay gimnastas que sólo se
dedican a dos o tres, como Gervasio Deferr, que hace salto, suelo y nada
más. Pero para el equipo, aparte de tener "cracks" como él, que hacen
dos aparatos y sacan medalla en los dos, hace falta gente como yo, que
haga los seis y trate de puntuar bien en todos para sacar un buen
resultado en conjunto.
-¿Cuáles de los seis prefieres?
-Mis aparatos más fuertes son potro y paralelas, y el más flojo
puede ser salto, porque soy un gimnasta muy alto y de piernas delgadas.
Luego soy subcampeón de Europa en barra y anillas. Hay que decir que
hace poco que nos han cambiado los códigos de puntuación, y hay códigos
que te benefician más en unos aparatos y menos en otros.
-¿Cómo ves el nivel de la selección española tras las
olimpiadas?
-Ahora se ha producido prácticamente un relevo generacional,
porque después de Atenas, los mayores como Carballo, por ejemplo, con
treinta años, se han retirado, y hemos entrado en el equipo los más
jóvenes. Por las competiciones que hemos tenido contra otros países con
gente de edad parecida a la nuestra, tenemos bastante buen nivel y creo
que eso es algo que se puede reflejar en los próximos Juegos del
Mediterráneo, a finales de junio, en los que vamos a intentar conseguir
el primer o segundo puesto.
En cuanto sales de Europa te encuentras con chinos, coreanos, japoneses
o americanos, que tienen un nivel mucho más alto. Yo creo que nosotros
tenemos equipo para estar entre los diez mejores del mundo.
-La gimnasia tiene fama de ser uno de los deportes que
más dedicación y sacrificio requieren. ¿Cómo se vive desde dentro?
-Yo creo que quizá junto con el ciclismo, sí es de los más duros
que hay, pero es que la gimnasia además, de sacrificada, es un deporte
muy complejo porque son seis aparatos y cada uno tiene una preparación
muy específica.
Nosotros estamos entrenando una media de siete horas y media al día,
porque no se trata sólo de la condición física, sino de la técnica
concreta de cada aparato.
"Creo que nosotros tenemos equipo para estar entre los diez
mejores del mundo" |
-¿Cómo trabajáis el componente mental de vuestra
preparación?
-Nosotros tenemos una vez a la semana trabajo con psicólogo,
para controlar los nervios en la competición , los bajones psicológicos,
y estar anímicamente al cien por cien.
Además, visualizas mentalmente el ejercicio que vas a hacer en el
campeonato. Lo visualizas millones de veces, en muchos momentos del día.
Igual estás en el cine y te pones a pensar algún cambio que quieres
hacer, o simplemente a repasarlo.
Cuando ya lo haces físicamente lo tienes totalmente sistematizado, e
incluso si no te acuerdas de cómo era algún movimiento, al ejecutar el
ejercicio ya te sale simplemente por la misma inercia. Este trabajo
ayuda mucho.
-Todos los gimnastas que os formáis aquí en Asturias
tenéis que marcharos fuera para poder pasar a la alta competición. ¿Qué
falta en el Principado para que no ocurra eso?
-No es una cuestión del cuerpo técnico, puesto que en Asturias
hay de lo mejor de España, con Benjamín Bango, que estuvo ahí hasta hace
bien poco, o José Luis González, que ahora entrena en el Grupo
Covadonga, y que desde ahí está haciendo una gran labor de formación de
jóvenes gimnastas.
Lo que sí está desfasado son las instalaciones del Grupo, que en su
momento eran punteras pero que ahora hay que renovar. Creo que ya se ha
aprobado el programa para construir un gimnasio nuevo y dotarlo con
aparatos mucho más modernos.
-La gimnasia es un deporte sacrificado, duro y poco
apoyado. ¿Por qué engancha sin embargo con tanta fuerza?
-Para hacer gimnasia te tiene que gustar mucho. Gracias a ella
yo he viajado por todo el mundo, he estado en Sydney, en México, en casi
toda Europa... pero lo que más me gusta es competir, enfrentarme a
personas de otros países y sacar lo mejor de mí.
Conseguir un control del propio cuerpo sin límite, llegar a esa
sensación de vértigo que produce meterle un giro más a esa pirueta o un
mortal más a esa otra.
Incluso se sabe de ex gimnastas que luego hacen puenting, paracaidismo y
otros deportes extremos, porque es como si necesitaran compensar ese
vértigo que se siente en la gimnasia al superarse a uno mismo en cada
aparato, sin necesidad de nada más... Ese es el auténtico atractivo de
la gimnasia. ∆