Texto: Isabel Muñiz /
Foto: Fusión
Mientras la Iglesia
Católica mira hacia otro lado, varias asociaciones de gais y lesbianas
le exigen el reconocimiento de sus derechos y que modifique su actitud
discriminatoria ante este colectivo.
Diferentes
voces se alzan ya en nuestro país ante un discurso homofóbico, que
atenta contra valores fundamentales de nuestra democracia. Tino Brugos,
portavoz de Xente Gai Astur, un colectivo de homosexuales asturianos,
nos da sus impresiones ante un tema que está levantando ampollas.
-El pasado 8 de julio 1500 homosexuales presentaron en
Valencia su renuncia a la fe católica. ¿Cómo valoras esta decisión?
-Yo creo que nos sitúa ante la punta de un iceberg. Iniciativas
como la de Valencia están llamadas de un modo u otro a ir teniendo un
eco creciente. Hay un sector de gente que empieza a estar un poco
cansada, y lo más significativo, está combativa en contra de las
posiciones homófobas de la jerarquía de la Iglesia católica. Nosotros,
el año pasado, cuando se hizo público un documento de la Congregación
para la Fe, que es la adaptación al siglo XXI de la vieja Inquisición,
lo que planteábamos es que el Vaticano estaba haciendo una adaptación de
la homofobia a las nuevas circunstancias. Eso lo hemos visto todos los
colectivos de gays y de lesbianas, y lo ha visto mucha más gente.
Mientras ellos sean beligerantes lo lógico es pensar que desde los
colectivos de gays y lesbianas se les intente dar una respuesta. Lo más
llamativo es que dirigentes de partidos políticos vinculados a la
izquierda social, organizaciones sindicales también han firmado el
documento, es decir que la posición partidaria de dar una respuesta a la
Iglesia socialmente se ha extendido a otros ámbitos.
-¿Cuál es la reivindicación actual desde vuestra
posición?
-La Iglesia católica en este país recibe una serie de
subvenciones, y aunque oficialmente nuestro Estado es laico, el trato
privilegiado que recibe la Iglesia lo justifican planteando que el
noventa y pico por ciento de la población española tiene una vinculación
con esta institución. Si ésa es la justificación que ellos tienen, lo
que queremos es que se nos dé de baja, queremos un papel que certifique
que cuando la Iglesia llegue a negociar con el gobierno, diga que ha
habido un número de personas que se han dado de baja.
"Hay un sector de
gente que empieza a estar un poco cansada y, lo más
significativo, está combativa en contra de lo que son las
posiciones homófobas de la jerarquía de la Iglesia católica" |
-¿Cómo es posible que la Iglesia continúe con esa
actitud homófoba cuando en el seno de la misma se ven cada día más
homosexuales?
-Desde la perspectiva de un gay no hay mucho que percibir o que
entender. Nosotros siempre hemos dicho que estamos en todas las partes
de la sociedad, quizás lo que pueda llamar la atención sea que
últimamente sí existen ciertos indicios de que hay gente que sale del
armario dentro de la Iglesia. Estoy hablando de jerarquía, y de
sacerdotes, mayoritariamente teólogos disidentes que están planteando
problemas. El caso de José Mantero hace un par de años es un poco
sintomático, pero ha habido más que se han intentado silenciar, casos de
teólogos disidentes que plantean la necesidad de modificar la actitud de
la Iglesia.
-A principios de año hubo por parte de la Iglesia
Católica una publicación de una serie de documentos oficiales en los que
se actualizaba la doctrina oficial ante temas como la violencia de
género, los derechos de gais y lesbianas...
-Esa ratificación coincide con un alineamiento de la Conferencia
Episcopal española con respecto a las posiciones de ese documento
vaticano al que hacía referencia y que salió justo hace un año. Aquí lo
que se hizo fue refrendar la ideología oficial.
En su momento, coincidiendo con una conferencia que ofreció Rouco
Varela, nosotros nos concentramos delante del Auditorio Príncipe de
Asturias. Allí planteamos que lo que venía era a extender la homofobia,
a consolidar los planteamientos contrarios a reconocer nuestros
derechos, que venía a desarrollar un discurso que coincide con lo que es
la expansión del Sida y que no protege a la población de una enfermedad
para la que hoy por hoy no tenemos todavía una solución.
El mensaje que sistemáticamente plantea la Jerarquía viene a decir a
grosso modo "que todo el caos que existe en el mundo de hoy es el
resultado de una supuesta revolución sexual que venimos arrastrando
desde los años 60-70". Nosotros planteábamos justamente lo contrario,
decíamos que si hoy el mundo está cambiando es porque las mujeres han
conseguido avances importantes en lo que tiene que ver con sus
libertades personales, con el reconocimiento de sus derechos. Nos parece
que si la familia tradicional está en crisis habrá que buscar otro tipo
de causas. Nuestras familias, que existen, tienen los mismos derechos
que las otras y si están en crisis pues estarán en crisis probablemente
todas, pero no es cuestión de hacer una negación, como hacen ellos, de
nuestra situación.
"Actualmente en
nuestra sociedad sólo hay dos sectores capaces de elaborar
una ideología homófoba, uno, es la Jerarquía de la Iglesia
Católica, y otro, son los neonazis" |
-¿Se podría hablar de un terrorismo clerical hacia
vuestro colectivo?
-El discurso que tiene siempre la Iglesia, de puertas abiertas
para todo el mundo, hacia nosotros no existe. Dentro de nuestra
agrupación existen varios niveles, pero hay quien sí habla de un
terrorismo clerical. Evidentemente ellos son conscientes de que sus
posiciones son muy difíciles de mantener y de vez en cuando aparecen
haciendo matizaciones, e intentan ponerse en una situación a medio
camino. Ante esto nosotros lo que planteamos es que actualmente en
nuestra sociedad sólo hay dos sectores capaces de elaborar una ideología
homófoba, uno, es la Jerarquía de la Iglesia Católica, y otro, son los
neonazis. Yo no voy a hacer una afirmación de que hay una relación
directa entre las agresiones neonazis y el mensaje de la Iglesia, pero
lo que sí es evidente es que ideologías que han podido ser nefastas,
como todo tipo de totalitarismos, fascismos, como los neonazis, tienen
una fijación en cuanto a que la homosexualidad es un factor que juega en
contra de una sociedad sana, y sin duda el mensaje de la iglesia juega
un papel significativo para reelaborarlo por su cuenta y sacar sus
propias conclusiones. Evidentemente no me imagino a Rouco Varela
atizando a un gai por la calle, pero quienes sí lo hacen estoy
convencido que uno de sus argumentos lo sacan de ahí.
-¿Hasta qué punto la Iglesia va a tener que asumir
responsabilidades en un futuro?
-A ese nivel tienen una responsabilidad significativa, pero
bueno sabemos que la iglesia tiene muchos problemas para asumir
responsabilidades. Ha tardado más de 300 años en reconocer sus errores
con Galileo Galilei, y está tardando mucho en reconocer todos los
cometidos por sacerdotes, con temas como abusos sexuales a menores, por
ejemplo.
Hace varios días se condenó a un sacerdote de Córdoba y el obispo seguía
defendiendo su inocencia, así que del mismo modo que no hay
rectificaciones en este sentido, nuestro colectivo no es una de sus
preocupaciones principales. La respuesta por su parte sigue siendo la
negación. Nosotros no existimos, ni como individuos, ni como colectivo.
La mejor manera de negar un problema es no reconocer que existe, pero
claro a estas alturas no pueden hacerlo, y lo que intentan es
ningunearnos. Lo que está claro es que es un tema en el cual el barco
empieza a hacerles aguas por todas partes.
"El discurso que
tiene siempre la Iglesia, de puertas abiertas para todo el
mundo, hacia nosotros no existe. Hay quien habla de un
terrorismo clerical" |
-¿Asumirá también su responsabilidad ante lo que es el
tema del VIH y su negativa al uso de los preservativos?
-Eso ya es pedir otros 300 años. Buena parte de las religiones
tienen problemas reales para tener una comprensión sana de lo que es la
sexualidad. No hay muchas instituciones religiosas que tengan una
actitud en positivo con este tema, más bien al contrario, en vez de ser
liberadoras, lo que hacen es dar una vuelta de tuerca más con el tema de
la represión.
Y para la Iglesia, empeñada en mantener una tradición remota de que la
sexualidad tiene que ser en base a la reproducción, todo lo que sea
hablar de métodos de control de la natalidad sigue siendo un tema muy
difícil de gestionar. Sin embargo con el tema del sida han encontrado
una grieta por donde volver a decir cosas que en condiciones normales ya
no se atrevían a nombrar. Plantean que recomendar el uso del condón no
resuelve el problema, y lo que hay que plantear es la fidelidad, la
abstinencia sexual, un discurso sexofóbico tradicional. Yo creo que
tienen una responsabilidad moral, y hay quien ha dicho que tienen una
responsabilidad penal, porque con esos discursos están poniendo en
peligro la salud pública. A mí lo que más me preocupa, es que al igual
que en la elaboración ideológica hay una coincidencia entre nazis y
jerarquía católica, en el tema del sida hay una convergencia con los
grupos más reaccionarios, la administración Bush, o algunos de los
gobernantes africanos de países como Zimbawe, Uganda, anteriormente
Sudáfrica, que han planteado que el condón no es una solución. Y está
bien como elucubración ideológica si no fuera porque en la práctica
diariamente miles de personas son infectadas y mueren centenares a
consecuencia de la enfermedad.
Quien difunde ese mensaje -en contra del uso del preservativo- está
trabajando en contra de la salud pública. El problema es ¿quién se
atreve a ponerle el cascabel a ese gato? Yo no sé si necesitaremos otro
holocausto, o que desaparezca media Africa, para reaccionar a
posteriori. Los seres humanos somos así. ∆ |