Manuel García Rubio
Escritor.
"Desconozco el balance real de la colaboración entre las administraciones regional y autonómica durante estos últimos cuatro años. Supongo que el grueso de los capítulos se habrá resuelto satisfactoriamente, desde la lealtad lógica entre instancias que, al fin y al cabo, gestionan los mismos intereses. En este sentido, la profesionalidad de los funcionarios es fundamental, razón por la que debería meditarse mejor el diseño de la carrera de los empleados públicos. No es admisible que el cambio de un Consejero suponga alteraciones a nivel de jefe de sección, lo que está ocurriendo hoy con alarmante frecuencia.
De todas formas, la permanente negativa de Alvarez Cascos a entrevistarse con Alvarez Areces ha trasladado a la opinión pública una sensación de desencuentro entre administraciones que es muy grave. A mi juicio, Alvarez Cascos no debió olvidar nunca que, como ministro, no ha sido elegido por nadie, sino designado por el dedo del Presidente del Gobierno de España. En cambio, Alvarez Areces ha sido votado por los asturianos y a ellos representa. A todas luces, la carga de la prueba con relación a por qué no ha habido diálogo entre instituciones corresponde íntegramente al Ministro de Fomento, quien no ha hecho nada por demostrar que es inocente, antes al contrario.
A esto hay que añadir el uso espurio que de la interlocución con los sindicatos mineros ha hecho el gobierno central para obviar la voluntad del Gobierno del Principado de Asturias. De hecho, se ha producido una clara desnaturalización de esa interlocución, atribuyendo a los sindicatos mineros funciones que no les corresponden y para cuya asunción de responsabilidades públicas no existe mecanismo alguno. Los sindicatos han entrado a ese trapo en búsqueda de protagonismo y de poder, sin considerar que han abierto un precedente muy grave para la salud democrática de nuestras instituciones, ya de por sí aquejadas de déficit en ese sentido.
Confío en que la cordura se restablezca y que los nuevos ministros que lleguen tras las elecciones de marzo mantengan el mínimo respeto cívico a los principios del orden democrático, lo que, tal como se han puesto las cosas, más que una obviedad ha pasado a ser una necesidad urgente. ∆

Ana Rosa Migoya Diego
Portavoz del Gobierno Asturiano y Consejera de Cultura, Comunicación y Turismo.
"Tengo que lamentar, y lamentamos desde el Gobierno asturiano, que el Gobierno del Estado no haya sido receptivo a los ofrecimientos de diálogo y de colaboración, en este caso por parte del gobierno autonómico. Numerosos asuntos que se podrían haber desbloqueado por la vía del entendimiento entre administraciones y de la lealtad y la colaboración institucional, están enquistados de una manera absurda. Los asturianos somos muy directos y no me voy a esconder para decir que aquí ha jugado un papel fundamental en imposibilitar ese entendimiento la figura de Francisco Alvarez Cascos. Y todas y cada una de las cuestiones, que son muchas, que en materia de su departamento afectan a esta comunidad autónoma, como el trazado de la autovía por el Occidente, como el poder desbloquear ese tramo de autovía por el este Unquera-Llanes, fundamental para el desarrollo de Asturias, estén en la situación que están, y no se admita desde el Estado la más mínima posibilidad de diálogo con el gobierno asturiano. Ha existido una cerrazón y un nivel de sectarismo por parte del ministro importante. Espero que en la nueva etapa haya otro gobierno en España, un gobierno progresista, socialista y que eso ayude a desbloquear muchísimas cuestiones que son fundamentales y trascendentales para el futuro de Asturias. ∆

Jesús Iglesias
Coordinador general de IU de Asturias.
"En la legislatura que se acaba de cerrar Asturias ha sido víctima de la prepotencia, imposición, sectarismo y ausencia de diálogo que ha caracterizado la acción de gobierno del Partido Popular desde el momento en que obtuvo la mayoría absoluta, sin que en muchos casos la respuesta del PSOE fuese la más adecuada.
Así, nuestra Comunidad Autónoma vió cercenada cualquier aspiración de incrementar su nivel de autogobierno por confrontar tal planteamiento con la lectura involucionista del modelo de Estado que los conservadores han logrado imponer en su Cruzada unitaria en la que no han dudado en invadir sin rubor competencias de las Autonomías.
Igualmente, asumió por decisión del Gobierno del momento, un sistema de financiación que no satisface nuestras necesidades y la transferencia de las competencias educativas y sanitarias con unas contraprestaciones económicas por debajo de las exigencias del mantenimiento de los servicios en un nivel de calidad aceptable; es necesario recordar que, apenas dos meses después de negarse en la negociación del traspaso de la sanidad a comprometer la financiación del nuevo Hospital Central, el Estado asumió el coste de la reforma del de Valdecilla, sólo porque a la sazón la derecha gobernaba también en Cantabria.
A ello hay que sumar la búsqueda de excusas formales para no atender a los requerimientos en relación con la urgencia de licitar el tramo Unquera-Llanes de la Autovía del Cantábrico, la negativa a negociar un trazado de ésta respetuoso con la rasa costera en el Occidente, la imposición a macha martillo de la Autovía del Sella, el rechazo a contribuir al coste de los enlaces de la Autovía Minera, la prórroga por veinticinco años del peaje en el Huerna y la exigencia de renuncia a las acciones civiles para adelantar la compensación de parte de los perjuicios originados por el Prestige.
Todos ellos son ejemplos de una actitud que, además, se ha agravado tras la celebración de las elecciones autonómicas y la configuración en Asturias de un gobierno de la izquierda plural; el PP se ha negado a aceptar los resultados electorales y rechaza reconocer la interlocución del Gobierno de los asturianos para buscar soluciones a las múltiples cuestiones pendientes. Por ello, es evidente, que tras el próximo 14 de marzo Asturias necesita otro Ejecutivo en Madrid". ∆

Aurelio Martín González
Vicepresidente Primero de la Junta General del Principado.
"Las relaciones en general no han sido buenas, sobre todo por esa voluntad recentralizadora que tiene el Partido Popular, que entiende que debe hacer las cosas sin previa consulta, sin implicar a las Comunidades Autónomas. Son relaciones que no han dejado de ser buenas por causa de las personas en sí mismas, sino por el modelo político y de concepción del Estado que el PP aplica. Ha aplicado decisiones que pudieran entenderse que eran de competencia de la Comunidad Autónoma, y sin embargo, se han aplicado a nivel del Estado de forma unilateral. Recientemente, por ejemplo, el Partido Popular sacó un decreto de liberalización de las cuotas lácteas sin consultar a las comunidades autónomas, y sin embargo, las comunidades autónomas tienen competencias exclusivas en materia rural. Otro ejemplo: la autovía del Sella, una autovía de muy pocos kilómetros y que transcurriría íntegramente en territorio asturiano. El titular de turno, que en este caso es Fomento, no Agricultura, se le ocurre que puede hacer una autovía donde a él le plazca sin tener en cuenta que la comunidad autónoma tiene competencias en la ordenación del territorio. Insisto, que más allá de la buena voluntad, o no, de las personas eso responde a un modelo del PP con una concepción enormemente centralista de la política, que a veces considera que las comunidades autónomas son convidados de piedra.
Intento no personalizar demasiado la política y espero que cualquier futuro Ministro de Fomento pueda mantener unas relaciones con más cortesía que las que pudo mantener el señor Cascos, y es esperable y deseable no sólo para nuestra comunidad autónoma sino también para la Administración. Este tipo de broncas entre administraciones va en perjuicio de la imagen democrática de las instituciones ante los ciudadanos.
En cualquier caso sería deseable, tanto en términos de modelo como en términos también de carácter, que nos encontráramos con una situación sustancialmente mejor.
Hace falta una madurez por encima del carácter de las personas y del interés partidario legítimo. Debe haber un funcionamiento institucional leal y correcto, lo contrario, insisto, perjudica al conjunto de la institución y la democracia. ∆

Dacio Alonso
Presidente de la Unión de Consumidores de Asturias (UCE).
"El balance, por lo que hemos visto en determinados enconamientos, es negativo y además contrario a lo que debe de ser para los ciudadanos. No parece razonable que porque un gobierno, en este caso el del Estado, tenga un signo político determinado y el gobierno autonómico asturiano tenga otro signo político, ambos dos legitimados por la soberanía popular, tenga que haber ya un enconamiento absoluto. Eso es lo que no entendemos los ciudadanos. No parece razonable que eso sea un antagonismo y sea utilizado de forma partidista para crear una tensión y una presión sobre, en este caso el gobierno autonómico asturiano, que al final repercute fundamentalmente, no sólo en las relaciones del propio gobierno, sino en los ciudadanos. Son los ciudadanos los que sufren las consecuencias de esos antagonismos, y eso, a mi juicio, lo que denota es una falta de madurez democrática importante.
Los ciudadanos, a los gobiernos que gestionan las administraciones públicas, les exigimos el principio fundamental de colaboración absoluta. Tiene que haber un marco de colaboración estrecho entre las administraciones. Pero lo que hemos visto es todo lo contrario, es decir, un enconamiento, un uso generalmente partidista de las administraciones del Estado, frente a una administración autonómica, una falta de colaboración en situaciones como las que hemos vivido en actuaciones públicas de interés general, como es el caso de la autovía minera y sus enlaces. También se han producido actitudes y situaciones en las que el Gobierno del Estado, desde el punto de vista protocolario, menosprecia a nuestras autoridades cuando viene a nuestra Comunidad Autónoma. Hay un uso partidista desmedido de las administraciones públicas, y eso es muy malo en la democracia, porque al final da la impresión de que a la Administración la tiene secuestrada el partido que gobierna. Eso va creando un poso de desconfianza y de descrédito de los ciudadanos hacia los partidos políticos y hacia las administraciones públicas". ∆

Juan García
Periodista.
"Hay que dividir el periodo de esta legislatura en dos, ya que desde el pasado mes de mayo existe un nuevo gobierno en Asturias, que aunque presidido y dominado por el PSOE, cuenta desde esa fecha con incorporaciones de la coalición Izquierda Unida. Ni en el anterior periodo en el que el Partido Socialista tenía mayoría absoluta, y consecuentemente no debatía con nadie sus decisiones, ni en estos meses en los que gobierna en coalición, no parece que el entendimiento con el Gobierno Central haya sido el deseable para la Comunidad Autónoma Asturiana. Algunos de los asuntos de mayor trascendencia y más delicados que afectaban a nuestra región aún no han sido abordados por ambas administraciones con el rigor que a mi juicio hubiera sido deseable. Algunos casos fueron abordados, sobre todo en las obras de infraestructura, bien por una administración o bien por otra, pero siempre con durísimos enfrentamientos, lo cual no creo que haya favorecido en nada ni la realización, ni el término, ni el planteamiento de ninguna de esas cuestiones.
Cuando se trata de asuntos de alcance general, entiendo que los partidos deben quedar al margen y debe primar el interés general de los ciudadanos. En consecuencia debería haber una mayor avenencia entre administraciones. El hecho de que no la haya pone de manifiesto, a mi juicio, tantísimas lagunas políticas que se dan con demasiada frecuencia en la política española. Con eso lo único que se consigue es perjudicar gravemente al conjunto de los ciudadanos.
Aquí la madurez democrática no figura en ningún caso. Se aplica pura, llana y sencillamente lo que es una dictadura democrática, en el sentido de que se aplican las mayorías bien absolutas o bien consensuadas y no se permite ninguna opinión, incluso cuando estas opiniones son beneficiosas para la ciudadanía, o simplemente porque las propone un partido de signo contrario. Esto es una auténtica aberración. Sería muy de desear, ya no en el futuro sino en inmediato presente, que esto desapareciese de la vida política española. El trabajo en estos casos debería ser conjunto, como ocurre por ejemplo con algunos temas de Estado, como el terrorismo, donde no hay aparentemente fisuras. En todo este tema sale a la palestra la figura del señor Alvarez Cascos y puedo entender sus razones egoístamente políticas, pero fueran las que fueran, no parece que como político asturiano ejerciente en Madrid haya descuidado excesivamente aquellos aspectos en los que tuvo oportunidades de actuación, sobre todo en esta última legislatura donde fue el Ministro de Infraestructuras. Podemos decir que seguramente Alvarez Cascos va a expiar alguna cosa, pero seguramente no sus pecados políticos, sino sus pecados estrictamente individuales, cosa que como espectador absolutamente imparcial, porque no pertenezco a su partido ni a otro, me parece muy injusto porque la vida privada de cada persona es privada, independientemente de sus acciones públicas. ∆

"Algunos de los asuntos de mayor trascendencia y más delicados que afectaban a nuestra región aún no han sido abordados por ambas administraciones"