Texto y foto: Lupercio González
La otra Asturias
Conocer las inquietudes de nuestros
emigrantes y poder asentar la ayuda social y cultural que necesitan, son
cuestiones que preocupan al Gobierno del Principado.
De
todos es sabido que Asturias ha sido una de las comunidades autónomas en
donde el fenómeno migratorio ha sido trascendental para el desarrollo.
Hoy nos paramos unos instantes con Luís Miguel Fernández, director de la
Agencia Regional de Emigración, que recientemente ha estado por algunos
países de Sudamérica, para conocer de cerca la realidad que están
viviendo nuestros emigrantes.
-Asturias en el pasado ha sido una región de emigrantes.
¿Podría decirse que aún lo sigue siendo?
-Hoy en Asturias el fenómeno de la emigración sigue siendo algo
relevante y es un indicador importante, aunque por suerte no sufre el
fenómeno de emigración de finales del siglo XIX y principio de siglo XX,
cuando llegó a haber más asturianos fuera que en la propia Asturias. El
número de personas que se van, los motivos por los cuales se van y los
sectores a los cuales se van, indican o reflejan cuál es la realidad de
Asturias. También el perfil del emigrante actual dista mucho del de hace
varias décadas, que eran personas en muchos casos que no tenían una gran
cualificación o gran formación y que buscaban un trabajo en general.
Ahora estamos hablando de una emigración bastante o muy cualificada que
busca cosas muy específicas. Ese es el gran cambio que ha dado la
emigración.
-¿Se podría cuantificar el número de residentes
asturianos en el extranjero?
-No es posible, porque, ¿a quiénes consideras emigrantes? ¿a los
nacidos que se fueron? ¿a sus hijos que mantienen el vínculo con
Asturias, bailan música asturiana, saben asturiano en muchos casos y
además tienen nacionalidad española y votan? Existe la comunidad
asturiana en sentido amplio. Refiriéndome a las cifras de un reciente
estudio sobre la emigración, realizado por el profesor Buznego en el
2003, hablamos de aproximadamente 250.000 personas. No está mal para una
comunidad como la nuestra, de un millón de habitantes.
"Vivimos en una sociedad cada vez más individualista, que
deja de lado los valores solidarios" |
-¿Qué países de destino han elegido nuestros emigrantes?
-Depende de las épocas. Hace varios siglos hubo una inmigración
muy importante a Brasil, fue cuando empezaba aquello de las comunidades
asturianas. Después, la emigración del siglo XIX y principios del siglo
XX se dirigió masivamente hacia Cuba; fue precisamente en ese momento
cuando hubo más asturianos fuera que dentro de la región. A mediados del
siglo XX la mayoría viajó a Argentina, y ya en torno a los años
cincuenta y sesenta la emigración asturiana como la del resto de España,
se canalizó hacia Europa: Suiza, Bélgica, Alemania, Francia... En la
actualidad, el número más importante de emigrantes asturianos marchan a
determinadas zonas de España: a Madrid, el Mediterráneo y a Canarias.
-¿Cuál es la situación actual de nuestros emigrantes en
países que hoy día están pasando por una crisis profunda?
-Quiero insistir en que Asturias es una de las comunidades
autónomas para cuyo desarrollo fue fundamental la emigración. El capital
de la emigración no sólo fue importante para las familias que se vieron
beneficiadas del dinero que venía de América, sino también para los
tipos de infraestructuras públicas e iniciativas empresariales.
Cualquier estudio económico que analice la situación de hace un siglo en
Asturias, verá cómo la emigración fue una de las aportaciones de capital
más importantes y uno de los motores que generaron el tejido económico.
Nosotros partimos del planteamiento de que estamos en deuda con ellos,
con la emigración asturiana, y es el momento de compensar de alguna
manera esa deuda.
En Latinoamérica hay una división social y unas diferencias brutales, y
eso también se refleja en los asturianos. Hay quienes tienen una
situación completamente desahogada -algunos de ellos poseen algunas de
las mayores fortunas de Latinoamérica-, pero también hay asturianos con
una situación económica que no les permite tener una vida digna y como
están en unos países con unos servicios públicos estatales menguados, o
muy deficientes, en muchos casos cuando llegan a la jubilación no tienen
ingresos ni para sus necesidades básicas, como medicamentos o atención
sanitaria. Tenemos emigrantes en todos los sectores económicos, en todas
las clasificaciones profesionales y en todos los escalafones sociales.
"Estamos en deuda con la
emigración asturiana y es el momento de compensar de alguna manera esa
deuda"
-¿Qué papel juega en este momento la Agencia Regional de
Emigración?
-De alguna manera contribuimos a compensar esa deuda histórica,
tratando de equiparar los derechos ciudadanos entre los emigrantes y los
residentes en Asturias, porque tienen la nacionalidad española y son tan
ciudadanos como nosotros. Eso no se puede implantar de manera
automática, es algo progresivo. Esa equiparación de derechos significa
que tienen que tener una cobertura social, sanitaria, cultural..,
similar a los que están aquí. Es decir, que si un emigrante, por las
razones que sean, está en un país en el cual el servicio público
sanitario es deficiente y no le ofrece una perspectiva como la de aquí,
las administraciones públicas de aquí, la asturiana en particular, la
española en general, debemos complementar ese tipo de prestaciones para
que al final sus derechos sean igualados a los de aquí. Y hay mucho que
hacer en la igualdad de derechos. Los derechos políticos, a pesar de que
tienen reconocido el derecho al voto y están en los censos, aunque
parezca mentira, todavía no los pueden ejercer con la misma normalidad
que un residente en Asturias. En las pasadas elecciones ocurrió por
ejemplo que uno de cada cuatro votos que se ejercieron en la emigración
española no se computó, bien porque llegó fuera de plazo, o porque no
estaba toda la documentación, pero en cualquier caso por fallos de la
administración española. O cuestiones tan básicas como por ejemplo que
cuando un emigrante venga de vacaciones a Asturias tenga cobertura
sanitaria. Todos los programas que estamos desarrollando tienen ese
horizonte: la equiparación de derechos progresivamente y en todos los
sentidos.
"El
emigrante asturiano se caracterizó por ser una persona que
se integró muy bien y que fue muy emprendedor fuera" |
-¿Se está elaborando un Plan de Emigración desde el
gobierno regional?
-Lo que nosotros hemos hecho es proponer un Plan de Emigración
al Gobierno asturiano y que luego éste aprobará, es decir, no es de la
Agencia, sino del Gobierno. La mayor parte de las acciones de este plan
van a ejecutarse en esta Agencia, pero otra parte va a ser gestionada
por otros departamentos, como Formación Profesional, Turismo, Comercio
Exterior, etc. Lo hemos dividido en cinco áreas: la primera, solicitar
una cobertura sociosanitaria para los emigrantes que viven en el
exterior. La segunda, atención social para los que retornan. Hay
muchísimas personas que viven en una situación de ingresos cero y de
problemas para tener un alojamiento y demás. La tercera, conexión con
los jóvenes emigrantes, la nueva emigración y también con los
descendientes de los emigrantes. La cuarta, apoyo a las comunidades
asturianas. Tenemos una red de Centros Asturianos y Casas de Asturias de
las más importantes de España. Tenemos más de ciento cincuenta centros
asturianos en todo el mundo, hasta en Hong Kong o en Melbourne. La
quinta área, probablemente la más novedosa, y es que junto con la de los
jóvenes está planteado el aprovechamiento de la emigración para la
proyección de Asturias en un sentido amplio. Ello conlleva, además de la
propia difusión de la cultura asturiana en el exterior, la promoción del
turismo en Asturias y la promoción de las empresas asturianas, que
ayudadas por los emigrantes, puedan introducir productos asturianos en
mercados extranjeros.
-¿Los Centros Asturianos se convertirían en una especie
de "embajadas"?
-No como tal, pero sí en el sentido de que pueden ser el
trampolín de todo lo asturiano al exterior. Hay que tener en cuenta que
estamos en una sociedad globalizada en la cual en cualquier tienda
podemos adquirir productos y servicios que están elaborados o producidos
en cualquier rincón del mundo. Esto nos está indicando que si lo
asturiano no sale al exterior, nos quedaremos con una comunidad sin un
tejido económico cultural autóctono importante. Asturias tiene un
privilegio, y es toda esa red de comunidades asturianas. Ese va a ser un
pilar fundamental en el Plan y en el que vamos a implicar a muchas
administraciones del Principado.
-Asturias siempre ha sido tierra de emigrantes. ¿Nos
toca ahora ser receptores de esa emigración?
-Sí, porque en primer lugar, somos tierra de acogida a los
emigrantes que retornan, no hay que olvidarlo. Y esto lo digo porque no
estamos, seguramente, recibiéndolos tan bien como deberíamos. Estos
tienen ciertos problemas de integración y de adaptación. Emigrar ya es
un trauma y un segundo trauma volver a Asturias. El emigrante asturiano
se caracterizó por ser una persona que se integró muy bien y que fue muy
emprendedor fuera, cosa que probablemente resulta chocante, porque se
dice que el asturiano es poco emprendedor, que busca ser asalariado, o
funcionario, ese es el tópico. Sin embargo, hay muchísimos asturianos
fuera que han sabido ser empresarios desde la nada, pasaron de ser
botones de hotel a propietario del hotel. Ahora tenemos que abrir las
puertas a la inmigración. Somos muchos los que tenemos el tío en
Argentina, o el abuelo o el amigo. Eso debería ser una lección para los
asturianos, y si no, mal nos irá.
"Tenemos emigrantes en todos los sectores
económicos, en todas las clasificaciones profesionales y en todos los
escalafones sociales"
-¿Vamos hacia una sociedad mestiza?
-Debemos ir hacia ella, hacia la diversidad. Que se respeten las
culturas y las costumbres de cada uno y que al final, la solidaridad sea
una cohesión formada por una clase social única donde estemos todos,
evidentemente una sociedad mestiza. Si analizamos la situación mundial
vemos que estamos en el camino contrario y eso nos lleva al choque. Eso
es muy preocupante.
-¿No crees que aún nos queda mucho camino para
desarrollar la solidaridad?
-Sí, para la inmigración y para todo; empezando en primer lugar
con el propio entorno familiar y personal. El problema es que todos la
asumimos en la teoría, en el discurso, pero los hechos muestran que
vivimos en una sociedad cada vez más individualista, que deja de lado
los valores solidarios. O la convertimos en una sociedad que tenga el
mestizaje y la solidaridad como valores fundamentales, o el
individualismo acabará con ella. ∆ |