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SUPLEMENTO ASTURIAS   -  JULIO 2004

LUIS MIGUEL FERNANDEZ ROMERO

 DIRECTOR DE LA AGENCIA REGIONAL DE EMIGRACION DEL PRINCIPADO

LUIS MIGUEL FERNANDEZ ROMERO "La emigración fue una de las aportaciones de capital más importantes y uno de los motores que generaron el tejido económico en Asturias"


Texto y foto: Lupercio González

La otra Asturias

Conocer las inquietudes de nuestros emigrantes y poder asentar la ayuda social y cultural que necesitan, son cuestiones que preocupan al Gobierno del Principado.

De todos es sabido que Asturias ha sido una de las comunidades autónomas en donde el fenómeno migratorio ha sido trascendental para el desarrollo. Hoy nos paramos unos instantes con Luís Miguel Fernández, director de la Agencia Regional de Emigración, que recientemente ha estado por algunos países de Sudamérica, para conocer de cerca la realidad que están viviendo nuestros emigrantes.

-Asturias en el pasado ha sido una región de emigrantes. ¿Podría decirse que aún lo sigue siendo?
-Hoy en Asturias el fenómeno de la emigración sigue siendo algo relevante y es un indicador importante, aunque por suerte no sufre el fenómeno de emigración de finales del siglo XIX y principio de siglo XX, cuando llegó a haber más asturianos fuera que en la propia Asturias. El número de personas que se van, los motivos por los cuales se van y los sectores a los cuales se van, indican o reflejan cuál es la realidad de Asturias. También el perfil del emigrante actual dista mucho del de hace varias décadas, que eran personas en muchos casos que no tenían una gran cualificación o gran formación y que buscaban un trabajo en general. Ahora estamos hablando de una emigración bastante o muy cualificada que busca cosas muy específicas. Ese es el gran cambio que ha dado la emigración.

-¿Se podría cuantificar el número de residentes asturianos en el extranjero?
-No es posible, porque, ¿a quiénes consideras emigrantes? ¿a los nacidos que se fueron? ¿a sus hijos que mantienen el vínculo con Asturias, bailan música asturiana, saben asturiano en muchos casos y además tienen nacionalidad española y votan? Existe la comunidad asturiana en sentido amplio. Refiriéndome a las cifras de un reciente estudio sobre la emigración, realizado por el profesor Buznego en el 2003, hablamos de aproximadamente 250.000 personas. No está mal para una comunidad como la nuestra, de un millón de habitantes.

"Vivimos en una sociedad cada vez más individualista, que deja de lado los valores solidarios"

-¿Qué países de destino han elegido nuestros emigrantes?
-Depende de las épocas. Hace varios siglos hubo una inmigración muy importante a Brasil, fue cuando empezaba aquello de las comunidades asturianas. Después, la emigración del siglo XIX y principios del siglo XX se dirigió masivamente hacia Cuba; fue precisamente en ese momento cuando hubo más asturianos fuera que dentro de la región. A mediados del siglo XX la mayoría viajó a Argentina, y ya en torno a los años cincuenta y sesenta la emigración asturiana como la del resto de España, se canalizó hacia Europa: Suiza, Bélgica, Alemania, Francia... En la actualidad, el número más importante de emigrantes asturianos marchan a determinadas zonas de España: a Madrid, el Mediterráneo y a Canarias.

-¿Cuál es la situación actual de nuestros emigrantes en países que hoy día están pasando por una crisis profunda?
-Quiero insistir en que Asturias es una de las comunidades autónomas para cuyo desarrollo fue fundamental la emigración. El capital de la emigración no sólo fue importante para las familias que se vieron beneficiadas del dinero que venía de América, sino también para los tipos de infraestructuras públicas e iniciativas empresariales. Cualquier estudio económico que analice la situación de hace un siglo en Asturias, verá cómo la emigración fue una de las aportaciones de capital más importantes y uno de los motores que generaron el tejido económico. Nosotros partimos del planteamiento de que estamos en deuda con ellos, con la emigración asturiana, y es el momento de compensar de alguna manera esa deuda.
En Latinoamérica hay una división social y unas diferencias brutales, y eso también se refleja en los asturianos. Hay quienes tienen una situación completamente desahogada -algunos de ellos poseen algunas de las mayores fortunas de Latinoamérica-, pero también hay asturianos con una situación económica que no les permite tener una vida digna y como están en unos países con unos servicios públicos estatales menguados, o muy deficientes, en muchos casos cuando llegan a la jubilación no tienen ingresos ni para sus necesidades básicas, como medicamentos o atención sanitaria. Tenemos emigrantes en todos los sectores económicos, en todas las clasificaciones profesionales y en todos los escalafones sociales.

"Estamos en deuda con la emigración asturiana y es el momento de compensar de alguna manera esa deuda"

-¿Qué papel juega en este momento la Agencia Regional de Emigración?
-De alguna manera contribuimos a compensar esa deuda histórica, tratando de equiparar los derechos ciudadanos entre los emigrantes y los residentes en Asturias, porque tienen la nacionalidad española y son tan ciudadanos como nosotros. Eso no se puede implantar de manera automática, es algo progresivo. Esa equiparación de derechos significa que tienen que tener una cobertura social, sanitaria, cultural.., similar a los que están aquí. Es decir, que si un emigrante, por las razones que sean, está en un país en el cual el servicio público sanitario es deficiente y no le ofrece una perspectiva como la de aquí, las administraciones públicas de aquí, la asturiana en particular, la española en general, debemos complementar ese tipo de prestaciones para que al final sus derechos sean igualados a los de aquí. Y hay mucho que hacer en la igualdad de derechos. Los derechos políticos, a pesar de que tienen reconocido el derecho al voto y están en los censos, aunque parezca mentira, todavía no los pueden ejercer con la misma normalidad que un residente en Asturias. En las pasadas elecciones ocurrió por ejemplo que uno de cada cuatro votos que se ejercieron en la emigración española no se computó, bien porque llegó fuera de plazo, o porque no estaba toda la documentación, pero en cualquier caso por fallos de la administración española. O cuestiones tan básicas como por ejemplo que cuando un emigrante venga de vacaciones a Asturias tenga cobertura sanitaria. Todos los programas que estamos desarrollando tienen ese horizonte: la equiparación de derechos progresivamente y en todos los sentidos.

"El emigrante asturiano se caracterizó por ser una persona que se integró muy bien y que fue muy emprendedor fuera"

-¿Se está elaborando un Plan de Emigración desde el gobierno regional?
-Lo que nosotros hemos hecho es proponer un Plan de Emigración al Gobierno asturiano y que luego éste aprobará, es decir, no es de la Agencia, sino del Gobierno. La mayor parte de las acciones de este plan van a ejecutarse en esta Agencia, pero otra parte va a ser gestionada por otros departamentos, como Formación Profesional, Turismo, Comercio Exterior, etc. Lo hemos dividido en cinco áreas: la primera, solicitar una cobertura sociosanitaria para los emigrantes que viven en el exterior. La segunda, atención social para los que retornan. Hay muchísimas personas que viven en una situación de ingresos cero y de problemas para tener un alojamiento y demás. La tercera, conexión con los jóvenes emigrantes, la nueva emigración y también con los descendientes de los emigrantes. La cuarta, apoyo a las comunidades asturianas. Tenemos una red de Centros Asturianos y Casas de Asturias de las más importantes de España. Tenemos más de ciento cincuenta centros asturianos en todo el mundo, hasta en Hong Kong o en Melbourne. La quinta área, probablemente la más novedosa, y es que junto con la de los jóvenes está planteado el aprovechamiento de la emigración para la proyección de Asturias en un sentido amplio. Ello conlleva, además de la propia difusión de la cultura asturiana en el exterior, la promoción del turismo en Asturias y la promoción de las empresas asturianas, que ayudadas por los emigrantes, puedan introducir productos asturianos en mercados extranjeros.

-¿Los Centros Asturianos se convertirían en una especie de "embajadas"?
-No como tal, pero sí en el sentido de que pueden ser el trampolín de todo lo asturiano al exterior. Hay que tener en cuenta que estamos en una sociedad globalizada en la cual en cualquier tienda podemos adquirir productos y servicios que están elaborados o producidos en cualquier rincón del mundo. Esto nos está indicando que si lo asturiano no sale al exterior, nos quedaremos con una comunidad sin un tejido económico cultural autóctono importante. Asturias tiene un privilegio, y es toda esa red de comunidades asturianas. Ese va a ser un pilar fundamental en el Plan y en el que vamos a implicar a muchas administraciones del Principado.

-Asturias siempre ha sido tierra de emigrantes. ¿Nos toca ahora ser receptores de esa emigración?
-Sí, porque en primer lugar, somos tierra de acogida a los emigrantes que retornan, no hay que olvidarlo. Y esto lo digo porque no estamos, seguramente, recibiéndolos tan bien como deberíamos. Estos tienen ciertos problemas de integración y de adaptación. Emigrar ya es un trauma y un segundo trauma volver a Asturias. El emigrante asturiano se caracterizó por ser una persona que se integró muy bien y que fue muy emprendedor fuera, cosa que probablemente resulta chocante, porque se dice que el asturiano es poco emprendedor, que busca ser asalariado, o funcionario, ese es el tópico. Sin embargo, hay muchísimos asturianos fuera que han sabido ser empresarios desde la nada, pasaron de ser botones de hotel a propietario del hotel. Ahora tenemos que abrir las puertas a la inmigración. Somos muchos los que tenemos el tío en Argentina, o el abuelo o el amigo. Eso debería ser una lección para los asturianos, y si no, mal nos irá.

"Tenemos emigrantes en todos los sectores económicos, en todas las clasificaciones profesionales y en todos los escalafones sociales"

-¿Vamos hacia una sociedad mestiza?
-Debemos ir hacia ella, hacia la diversidad. Que se respeten las culturas y las costumbres de cada uno y que al final, la solidaridad sea una cohesión formada por una clase social única donde estemos todos, evidentemente una sociedad mestiza. Si analizamos la situación mundial vemos que estamos en el camino contrario y eso nos lleva al choque. Eso es muy preocupante.

-¿No crees que aún nos queda mucho camino para desarrollar la solidaridad?
-Sí, para la inmigración y para todo; empezando en primer lugar con el propio entorno familiar y personal. El problema es que todos la asumimos en la teoría, en el discurso, pero los hechos muestran que vivimos en una sociedad cada vez más individualista, que deja de lado los valores solidarios. O la convertimos en una sociedad que tenga el mestizaje y la solidaridad como valores fundamentales, o el individualismo acabará con ella. ∆

   

   
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Última revisión: abril 07, 2011. 
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